Mensaje del 19 de Junio de 2003

Habla Artemio:

Jueves 19 Junio de 2003.

Dice Jesús:

No teman, no se hagan problemas, todo está previsto, lo tantas veces defenestrado se da la piedra angular, porque el Señor así le parece bien, los que quieren señales milagrosas las tienen y las tendrían, los que tienen la expectativa de que la gracia sobreabunde sobreabundará y la larga espera será por fin el descubrimiento del Río de Agua Viva.

Dichosos aquellos que desde hace muchos han visto el Río, pero pobres de aquellos a quienes arrastrará la corriente por no creer que el Río venía y todos saben muy bien que cuando el agua empieza a correr no conviene ensayar bellos discursos para que se detenga sino hay que ponerse a salvo para no dejar que a uno lo lleve la corriente.

Dichosos aquellos que oyen y oyen a tiempo, porque Mi intención no es que el río le haga daño a nadie sino al contrario, pero normalmente hay una compensación natural para los porfiados, para bien y para mal según sean los objetivos de los porfiados.

Yo les aconsejo que tengan en cuenta la ley de la compensación, porque los ciegos ven, los muertos espiritualmente resucitan, los tullidos caminan, todas las enfermedades ponen pies en polvorosa y la buena noticia es dicha a todos aquellos que quieren oírla. Entonces…, porque hay una verdad, en el fondo y en la superficie, lo que es se ve, ahora se pueden tomar tantas actitudes ante algo que se ve: mirar para otro lado, disgustarse, no creer, estar ciego y montones de formas más, pero no se preocupen que Mi Misericordia alcanza para todo ¿eh?, pero desde el comienzo de los tiempos siempre se ha manifestado una ley de compensación.

Lo dije tantos en estos años, no siembren tomates para cosechar berenjenas, si siembran trigo se gozarán con los trigales de Noviembre, si siembran maíz las mazurcas repletas serán casi un desafío; es decir, siembren lo que siembren…, cuando los Discípulos me preguntaron: “Señor ¿cómo van a saber que somos cristianos cuando estemos en lejanas tierras?, Yo les dije: porque se aman y sanan a los enfermos, expulsan a los demonios y resucitan a los muertos”.

Entonces ¿para qué tantas palabras?, ¿cómo vamos a conocer si esto que pasa aquí es genuino o no?, pero no hay sordo como el que no quiere oír y no hay ciego peor que el que no quiere ver y además por esos problemas tropiezan y caen y vuelven a tropezar y caen, siendo que es tan simple abrir los ojos y ver.

Amén.