Mensaje del 17 de Junio de 2003

Habla Artemio:

Hoy es como 17 Junio de 2003.

Por supuesto está Jesús con todos, Jesús hoy no está con una túnica sino que tiene un poncho pero es delgadito no es muy pesado, no es blanco, es de color crudo y además los flecos son negros, que por lo menos tienen casi veinte centímetros, está puesto…, se lo puso así por el agujero, pues se ve que es bastante largo porque le llega abajo ¿no?.

Dice Jesús:

Es totalmente cierto que siempre es posible que el mundo se detenga delante de la puerta de alguien que sueña y tiene esperanza, es decir Mis queridos todo es posible para el Señor, no hay nada que sea imposible; algunos dirán: ¿habrá que tener mucha fe para que esto ocurra?, que cada uno quiera tener fe por supuesto, pero que nunca la mida si es poca o es mucha, la cantidad en todo caso lo digo Yo, porque el hombre no sabe medir la cantidad de fe que tiene, a lo mejor le parece que es poquito y es montón o puede pensar que es un montón y es nada más que un poquito.

Por supuesto que lo he dicho muchas veces y de maneras muy diferentes, pero piensen que Yo me fijo muchísimo en las intenciones de los seres humanos, cuántas veces uno está en una situación en que solamente puede manejarse con intenciones y como los demás no las conoce y nosotros no conocemos la de los demás, entonces qué cada uno se cuide muy bien en pensar qué tienen los demás dentro, porque se pueden equivocar muy seriamente.

Además, piensen que si van por la calle y creen que las personas son malas o algunos tienen malas intenciones, así nunca me van a ver a Mí, ni en la calle ni en ningún lado. Háganse humildes y simples, es la única forma de vivir felices, es la única forma de entender todo e incluso de entender Mi vocabulario, Mi forma de hablar, la de Mi Madre y la de los Santos.

Y como dije el otro día cuando bendije a todos los animales, las plantas y las cosas, en la figura de ese pequeño animal que siempre entra en los brazos de todos acá, en ella los bendije a todos y después les dije: nunca piensen que hay destinos humildes, nadie sabe lo grande que puede ser delante de los ojos del Señor, nadie lo sabe, solamente el Señor.

Hoy tuvieron la Parábola de la Viuda, que dio todo lo que tenía, y ¿qué es lo más que se puede dar? cada uno se pregunta, y la propia vida, ustedes dirán: pero el Señor nos está pidiendo un acto heroico, que demos la vida, bueno pero hay muchas formas de darla, hay formas en que uno puede darla en un momento y para siempre, pero hay otras formas, cuando uno va asumiendo todos los días, desde los más pequeños hasta los grandes dolores, eso también es dar la vida; cuando uno va dejando a lo largo del camino todo de sí mismo, eso es dar la vida; cuando uno se esfuerza por ser honesto en lo que hace, eso es dar la vida; cuando…, el hermano lo ofende y uno dice por dentro: que el Señor lo perdone, eso no quiere decir que haya que defenderse muchas veces, pero por dentro: que el Señor lo perdone.

Son formas de dar la vida y que voy a decirles a las mujeres que cada vez que tienen un hijo se enfrentan con la muerte, porque no solamente están dando la vida sino que están generando la vida de otro ser, por eso como dije otras veces, ninguna mujer se acuerda de los dolores del parto, tanto que reincide volver a tener más hijos.

Y volvemos a decir aquello de que: si el grano de trigo no cae en tierra y muere no nace la planta, podríamos ver, como dijimos, los trigales de noviembre cargados de granos, sin pensar en los granos que hay bajo tierra muertos que dieron orígenes a las plantas, no, ¿quién se acuerda del grano?, Yo sí, y que importa si los demás no se acuerdan, Yo sí me acuerdo del grano, Yo contabilizo todo, el antes, el durante y el después, es Mi trabajo. Ustedes dirán: entonces si yo obré mal, el Señor lo tiene en cuenta y va a ser duro conmigo, fíjense que no, no es Mi tarea castigar a nadie nunca, aunque muchos lo creen, Mi tarea es perdonar y Mi tarea es derramar sobre todos Mi Misericordia, que es el amor obrando. Si alguno hace o hizo algo malo que me lo regale a Mí, Yo soy coleccionista de cosas malas, me encanta que me las regalen, porque soy coleccionista en Mi memoria pero Yo las quemo con el fuego de Mi amor y entonces lo que el fuego quema no deja rastros y más si es el fuego del amor.

Esto hay que entenderlo Mis queridos, con todas las de la ley, es decir, con todas significa lo que tiene, no me refería a la Ley con mayúscula, es decir la Torá, no. Todo esto hay que reconocerlo y llevarlo a la vida de todos los días ¿mmm?, quien sabe si mañana va a salir el sol o va a estar nublado y no lo ven, noo Mis queridos, la nube puede interponerse un poco pero el sol sale todos los días, es decir, la Tierra gira como para que veamos el sol todos los días. Ahora, el que no quiere ver el sol es inútil que Yo se lo diga, pero piense que puede verlo todos los días y cada día, como dije al principio, cada día le dice a las cosas: háganse de nuevo, todo, todo de nuevo.

Así que cada día trae la esperanza de montones de cosas que a lo mejor ni jamás la sospechamos ¿mmm?, ruéguenme a Mí que esas cosas que jamás esperaban sean siempre buenas, es que lo lógico es que quien está conmigo no tiene porqué tener miedo que aparezcan cosas malas, porque si los hombres hicieran algo malo, nos hicieran algo malo, Yo me encargo de utilizar eso malo para enseñarle alguna cosa buena, pero nunca lo malo lo provoco Yo, jamás.

Entre paréntesis, (cuando describiste Mi poncho, ¿por qué no dijiste también que debajo tengo un pantalón color azul oscuro?, alguno pensará: como desentona el Señor con un poncho y descalzo, es que el Señor se puede dar ciertos lujos).

Ténganme siempre presente y sobre todo abran vuestro corazón para que Yo pueda entrar en él, tengo unas ganas tan grandes de amarlos, pero amarlos con toda Mi alma, no así nomás, con todo, con todo. Ábranme vuestro corazón, quiero hoy y siempre reclinar Mi cabeza en ustedes, porque son Mis hijos, Mis creaturas y por lo tanto todos son herederos de Mi Gloria, no se olviden ¿eh?, no se olviden, que no solamente los creé a Mi imagen y semejanza sino que también son herederos de Mi Gloria, ya aquí en este mundo.

Amén.