Mensaje del 05 de Junio de 2003

Habla Artemio:

Hoy es jueves, jueves 05 de Junio de 2003.

El Señor no se ha sentado allí, está en mí y todos los demás están mirando.

Dice Jesús:

Yo creo que conviene que diga lo que la mayoría de los teólogos y de lo sabios entendidos en todas estas cosas, que hay montones de oportunidades en que Yo directamente, no solamente me apodero de la voz en las Revelaciones sino también de la persona. ¿Quieren ejemplos?, les doy algunos: San Alfonso María de Ligorio, San Juan Bautista Vianney, San Juan Bosco, pero los que estudiaron sus vidas no llegaron a esas cosas, pero sépanlo y además si quieren pueden decir que es una cuestión de lógica o sino no hablen tanto, si dicen que todo hombre es Templo de la Trinidad, ¿es o no es Templo?, pues bien si lo es no solamente puede usar la voz de alguien para las Revelaciones sino estar incluso dentro de la persona para hacer las Revelaciones.

Esto no es tan simple de entender, como en todas las cosas importantes, no son tan simples de entender, requieren una preparación previa, requieren un grado muy alto de misticismo, se requiere también lo que comúnmente llaman: experiencia mística. Por otra parte Yo les digo que…, se habló y se habla tanto pero a pesar de repetir hasta el cansancio que el Señor lo puede todo y si dicen así, pues bien acepten que el Señor lo puede todo.

Es por eso que no hay solo un entrar en el mundo sobrenatural sino que hay una, para decirlo de alguna forma, contaminación del mundo sobrenatural en todo, incluso en la historia de la Iglesia, en muchas ocasiones, algunos Papas cuando dieron la bendición para todo el mundo, el que realmente bendijo siempre soy Yo. Entonces, el problema reside en que si yo creo algo tengo que llevar hasta las últimas consecuencias aquello que creo, pero si digo que creo algo porque lo he leído que debía creerlo, entonces más vale me callo y espero.

Yo no pretendo tantas cosas, porque todos aquellos que estudian la vida de los Santos, normalmente están abordando o se están involucrando en algo que es muy superior a ellos, entonces la conclusión sería obvia, solamente puede entender a un Santo otro Santo, pero no es tan obvia la conclusión, porque hay Santos que tienen ciertas características o una idiosincrasia y otros otra. No es lo mismo un místico que un Santo que está en medio del mundo, no es lo mismo San Juan de la Cruz que San Francisco Javier, aunque los dos hayan llegado a alturas maravillosas, pero cada uno repito, con su idiosincrasia y de ahí en parte aquello de que están los Santos Protectores de algunas profesiones o lo que sea, teniendo en cuenta que hay formas distintas de ser, siempre dentro de lo que llamamos Santidad. Si la persona es creada por Mí, única, inédita e irrepetible, entonces hay una consecuencia lógica que pueden estar dialogando dos Santos y tener enfoques diferentes sobre algunas cosas, porque no hay que olvidar nunca que todos parten de la naturaleza humana que Dios al crear al hombre le imprime como carácter, en el sentido de que le pone como un sello personal.

Entonces al juzgar la vida de los Santos Mis queridos tengan en cuenta esto, que lo que hacen los hombres son balbuceos nada más, para hacerles entender mejor, ¿cuán larga puede ser la conversación que se puede mantener con un niño pequeño?, escasísima, bueno la comparación es igual en el caso de lo que entienden las personas de los que Yo he elegido para, decirlo de alguna forma lugares muy altos.

Entonces, aquí se impone claramente que todo lo que se hace en cuanto a la elevación a los altares de personas con virtudes heroicas ¿mmm?, está bien, pero tiene que rogarse mucho al Espíritu Santo para que se cambien un montón de modalidades para atender la vida de los Santos que llegan a los altares, ¿por qué?, saben muy bien que todo aquél que se salva es santo, pero entre todos hay algunos de virtudes heroicas y Yo veo con una claridad prístina, hasta qué punto influye la formación, la ideología y como le fue en la vida, como influye todo esto para abordar el tema de la santidad de cualquier persona.

Además, el correr de los tiempos hizo que haya, no un cambio de principio sino formas de mirar algo, cualquier cosas en la vida de los que se está estudiando como candidatos, a través por supuesto de todo lo que fue avanzando el mundo en tantos años, porque si bien hay mucha precariedad, también es cierto que la humanidad avanza en pequeños grupos o a nivel individual en personas de una forma vertiginosa e inexorable.

Entonces…, Yo, Jesús de la Misericordia, les aconsejo que el concepto de Misericordia, con todo su alcance, con todo lo que involucra, con todo lo que es abarcativo se lo tenga en cuenta también para, de alguna forma juzgar la vida de tales personas candidatas o consideradas por muchos como posibles Santos que llegan a los altares para su veneración. No escapa a la consideración de cualquier persona sabia que los Santos que pueblan el mundo son muchos más que los que los que se elevan a los altares. Ocurre que hay ciertos criterios para elevar a los altares, pero a esta altura de los tiempos habrá que incorporar otros criterios, que pueden ser muy útiles para revisar la vida de las personas.

Tengan en cuenta, tengan en cuenta, muy especialmente todas estas cosas que no quieren de ninguna manera decir que lo hecho está mal, sino que puede perfeccionarse, aquél que cree o interpretó mal ciertas cosas en las Sagradas Escrituras respecto a que todo ya estaba revelado, tendrá que revisar nuevamente porque, Yo, Jesús, les digo con total seguridad como solamente puede hablar Dios, que según la conveniencia no habría más Revelaciones y según la conveniencia habría Revelaciones de las más diversas.

¿En qué quedamos?, ocurre que los que escuchan todo esto se desorientan, porque son formas de trabajo intelectual y afectivo que tienen que ser actualizados de acuerdo a como crece todo, si no es decir lo que ya les dije en otras oportunidades: es negarle a la Providencia creatividad para con los demás.
Además, hace falta que les repita lo que dice al final del Evangelio de San Juan sobre lo que está escrito es algo de las miles y miles y miles de cosas que ocurrieron, entonces puede uno quedar así detenido en el tiempo o es conveniente estar lo suficientemente inspirado por el Espíritu Santo, para que montones de cosas puedan tener una visión mucho más amplia.

¿En todo esto, hay parámetros para saber si se está obrando bien?, bueno, ya que quieren los remito a todas las metodologías usadas por los grandes hombres que tuvo la Iglesia, pero en primera y última instancia es como uno está lo suficientemente convertido para posibilitar de esa manera que el Espíritu Santo pueda decir montones de cosas.

Esto no quiere decir que estoy moviendo la estantería de nadie, sino simplemente que un hombre así como sabe que su conversión dura toda la vida, incluso hasta el momento de la muerte, también es necesario saber qué piensa el Señor en este día, en este tiempo, más allá de dos milenios, ¿Yo estoy o no estoy vivo entre ustedes?, perfecto, estoy vivo entre ustedes, toman Mi cuerpo y Mi sangre las veces que ustedes quieran y hay un reconocimiento total y completo de que estoy vivo en medio de ustedes, pues bien Yo no quiero ser como un convidado de piedra, que ya lo dijo todo una vez, no.

Lo que ocurre es que es más fácil así tener todo resuelto ya, mientras que lo que corresponde es estar siempre a la expectativa de que es lo que dice el Espíritu Santo en mi conciencia sobre los más diversos temas, situaciones, actitudes, o lo que sea.

Si quieren pensar que las palabras de este día que les estoy diciendo…, bueno hace trabajar mucho a las neuronas, les acepto, hace trabajar mucho a las neuronas, una enormidad. Aquél que creyó que tenía todo resuelto…, está fuera de la historia; aquél que creyó que ya todo está dicho…, está fuera de la historia y es un verdadero peligro para sus semejantes, ténganlo en cuenta. Aquél que cree que todo ya está dicho y se cerró la puerta, está caminando fuera de la historia, me estoy refiriendo especialmente a que está caminando fuera de la historia de la Iglesia, si esto los escandaliza pues bien, que ocurra, pero si tienen un poquito de humildad se van a dar cuenta de todo lo que he dicho en este día.

Amén.