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Mensaje del 31 de Mayo de 2003 (2º)

Está claro en el Evangelio cuando dice: “privaré de estas cosas a los doctos y sabios y la pondré en bocas de los humildes y simples”.

Mensaje del 31 de Mayo de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 31 de Mayo, día de la Ascensión del Señor, de 2003.

Dice Jesús:

Ya casi ni tengo ganas de hablar hoy, porque ya te lo dicté todo, pero no quedó grabado, pero entre nos: cuántos de aquellos que están o se creen en las alturas, en la cúspide de un tolmo envidiarían todo lo que dijiste, pero las cosas deben continuar así, también la naturaleza, la sonrisa de un niño, el canto de un pájaro están diciendo todo y ellos no entienden, que le vamos a hacer.

Está claro en el Evangelio cuando dice: “privaré de estas cosas a los doctos y sabios y la pondré en bocas de los humildes y simples”, y pensar que hablar de esta manera, algunos creen que le hacen un flaco favor a los principios religiosos, mientras que no se dan cuenta que cuando se ama algo, por más que uno diga cosas y cosas, nunca se habla mal sino que en todo caso se aclara para quien todavía no lo ve así claro. Pero…, como en sentido común, no es el más común de los sentidos, toman hacia otro lado, interpretan como quieren y demoran la historia del hombre, o dicho de otra forma: demoran el verdadero concepto que debe tenerse del hombre como persona, con todo el alcance que representa ser una persona y su dignidad esencial.

Y demoran y demoran, es como un peso muerto, o dicho de otra forma, creo que viene bien decir esto: había una vez alguien que quería parar a un muerto contra la pared, probó una y el muerto se venía abajo, se caía, probó dos, probó tres, probó cuatro y el muerto siempre se caía, entonces quién tenía ese deseo de parar el muerto contra la pared, lo mira de largo a largo en el suelo y dice una verdad terriblemente profunda, ¿qué es lo que dice?: no hay vueltas, no puedo pararlo porque le falta algo por dentro.

Si este ejemplo de querer parar el muerto contra la pared, se lleva hasta las últimas consecuencias, más de uno se pondría a llorar a gritos por ignorar tantas cosas pero sobre todo lo esencial. No hay vueltas, dijo, es imposible pararlo, porque le falta algo por dentro.

Quien tiene oídos para oír que oiga…, y no que oiga para una cosa o dos sino para todo, porque es cierto que es malo no hacer algo que debería hacerse, pero peor aún es no permitir que otro lo haga; es decir, cerrar caminos y en gran parte, la historia de la humanidad de dividiría en dos grandes grupos: aquellos que facilitan la tarea, ¿a quién?, al hombre y todos los demás que son mayoría, los que complican la tarea.

Cuantas veces nos ponemos a conversar con Mi Papá y le buscamos el origen a ese problema y por supuesto, que nos damos cuenta cuál es, pero nos preguntamos: ¿por qué los hombres demoran tanto en darse cuenta?, ¿qué es lo que demoran?, darse cuenta que la gran mayoría lo que hace es entorpecer el peregrinaje del hombre hacia la Jerusalén Celestial. Es como si tuviéramos en el camino, le pusiéramos a los hombres un montón de vallas y cada vez más difícil, cuántas energías pierde el hombre para superar esas vallas creadas por otros hombres y tal vez con buena voluntad, como queriendo hacer una colaboración grande con el Señor poniendo problemas en el camino a los otros para que puedan gozar más del Señor, qué terrible contradicción y saben que son mayoría ¿no?.

Entonces, ante todo esto nosotros ¿qué?, nosotros sabemos cómo se hace para llegar a la Jerusalén Celestial, es decir la Visión Beatífica, es decir ver a la Trinidad cara a cara, pero también debemos entender una cosa, que cada ser humano, cada persona es única, inédita, irrepetible, entonces no podemos dar una medida a nadie porque cada uno debe buscar su propia medida. Si yo tomo conciencia de la dignidad esencial de la persona, entonces lo que yo tengo que hacer si no entiendo, es dejar el paso libre para que el otro siga avanzando y en todo caso ¿qué es la historia de la humanidad?, la tremenda lucha entre los que quieren avanzar y los que le ponen impedimentos para que avancen, en todos los ordenes, en todas las cosas, en todas las situaciones, esa es la historia de la humanidad.

Entonces, Yo tengo que apoyarme en el pequeño resto, ustedes, no importa si la luz del sol no los hace notar, pero Yo estoy confiado y seguro que para no llamar la atención y evitar las represalias, caminan en la noche para pasar desapercibidos, pero mientras tanto la humanidad va avanzando. La humanidad avanza no en grandes movimientos masivos, avanza en pequeños grupos o en hombres solitarios, que durante la noche más cerrada, con todo el simbolismo que esto tiene, avanza, avanza y avanza y pasa desapercibido y los demás no lo notan pero la humanidad avanza, porque dentro de la Economía Divina se miden con otras palabras.

Es decir, hay otra forma de medir, aquellos que son profetas de la decadencia y creen que el mundo está en un tobogán para destruirse, ustedes callen y sonrían por dentro pensando que a nivel individual algunos hombres, o a nivel pequeños grupos, pequeño resto como Yo les llamo, todo va avanzando, avanzando inexorablemente. Por allí, hay alguno con vocación suicida que se hace ver que avanza en pleno día, por ahí no lo ven pero, a veces se arriesga demasiado pero ya eso es una cuestión de vocación personal y si hay algo sagrado para la Trinidad es la dignidad esencial de la persona humana, la obra más maravillosa que hizo la Trinidad, es crear al hombre libre, tal vez sea lo que menos en cuenta se tiene y es lo más grande dentro de la creación, es cierto que esa libertad está muy condicionada pero la Trinidad lo crea libre.

Creo que hoy nos hemos, para decirlo de alguna forma, elevado tanto…, que vieron ustedes cuando un barrilete va demasiado alto cuesta volverlo a tierra, pero aquí nos estamos manejando con situaciones divinas, entonces Yo sin descender digo lo mismo: bienaventurados Mis queridos, porque escuchan Mis palabras y las viven; bienaventurados Mis queridos, porque están construyendo la historia de una humanidad diferente; bienaventurados Mis queridos, es decir felices, porque en ustedes es posible el milagro; felices de ustedes porque pueden vivir este momento; felices de ustedes porque a pesar de todo, están ignorando que la humanidad entera avanza una enormidad en el tiempo que dura esta oración.

Ustedes se van como si no lo supieran y no lo saben, mejor, pero ustedes son los que suman, mientras que la mayoría resta; ustedes son aquellos que no hacen ruido, pero para la Trinidad ustedes cambian las montañas de lugar, dividen los mares, rompen las rocas para hacer ruido y llevar agua a quien no tiene. Bienaventurados Mis queridos por seguir Mis palabras, felices porque…, porque están en un lugar especial de Mi corazón y en el corazón de Mi Mamá.

Hoy decías que es Mi Ascensión y cronológicamente hay que esperar unos días para conmemorar la venida del Espíritu Santo, pero eso es en cuanto al calendario, hubo tanto Espíritu Santo en este lugar hoy, que a los ojos de la Trinidad cada uno de ustedes brilla como un sol.

Nunca podría mentirles Mis queridos, porque Yo estaré con ustedes por toda una eternidad, digo esto para manejarme con algún término humano, nunca podría mentirles, porque toda una eternidad va a corroborar lo que les estoy diciendo y ¿saben?, tanto el Padre, como Yo, como el Espíritu Santo les estamos tan agradecidos por ser como son y entiéndanme, Mi parte humana, permítanle a Mi parte humana que deje caer una lágrima de emoción y de agradecimiento por ser como son.

Hoy dirán ustedes: no hubo el ritual de la sanación y Yo les digo: se dan cuenta ustedes que en este momento no sé donde termino Yo y dónde comienzan ustedes, y al decir eso no es solamente con ustedes sino con todos aquellos que ustedes aman.

Denme permiso para manifestar Mi humanidad, haciendo que Mis ojos se llenen de lágrimas para agradecerles todo lo que representan ustedes en la extensión del Reino.

Artemio dijo antes que ese hombre que sanó lo seguía un coro de Ángeles, un grupo de Ángeles, a ustedes Mis queridos, continuamente los sigue una legión de Ángeles, estén donde estén y vayan donde vayan.

¿Hace falta después de todo esto de decirles que los amo?.

Amén.

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