Mensaje del 29 de Mayo de 2003

Habla Artemio:

Ya está el Señor con nosotros, hace un buen rato ya.

Hoy es 29 de Mayo de 2003.

Dice Jesús:

“Yo soy la Luz del mundo, quien me sigue no anda en tinieblas”.

Yo soy la Misericordia y Mi amor por cada uno no tiene límites, confíen en Mi amor y si hay algo que a veces me causa mucho dolor es que ustedes piensen que no son dignos de que Yo esté en vuestros corazones, nunca lo piensen eso porque, por más que tenga una persona defectos o cosas, que me abra su corazón y Yo estaré en él y él en Mí, a cambio de nada.

Quiero vivir en vuestro corazón, quiero vivir en vuestro corazón, no un día o dos sino siempre; ustedes dirán: ¿qué me va a pedir el Señor por esto?, nada, absolutamente nada, llevá la vida que quieras llevar, hacé lo que te parezca, si Yo estoy en tu corazón lentamente te iré diciendo qué cosas te convienen y qué cosas no, pero no te voy a forzar para eso… (se dio vuelta la cinta) … y pienses, más allá de todas las cosas que puedo hacer Yo, buenas o malas, Jesús está conmigo, Él quiere convivir conmigo siempre, porque si Él está en mi corazón, ustedes dirán, si Él está en mi corazón yo terminaré haciendo todas las cosas como Él quiere.

Pero Yo nunca obligo a nadie, Yo puedo esperar toda una vida, pero quiero estar en vuestros corazones, quiero sentir el calor de vuestro pecho, quiero latir con cada golpecito que da el corazón de ustedes, quiero acostarme con ustedes, levantarme con ustedes, trabajar con ustedes, comer, dormir, siempre, así como un compañero inseparable.

Yo te entiendo, sea quien sea, Yo los entiendo a todos, cada uno tiene sus deseos, sus necesidades, cada uno tiene sus debilidades, cada uno tiene su forma de ser, de sentir, de pensar, de actuar y Yo lo comprendo todo y no digo nada, absolutamente nada, lo fundamental sí es que me dejes vivir en tu corazón, no un día o dos sino siempre, que no sea que un día porque estas enojado me eches de tu corazón y me digas: aquí no tenés más alojamiento, noo, por feas las cosas que puedas hacer, por malas las cosas que puedas hacer, Yo quiero estar siempre con vos dentro tuyo, porque de esa manera todo va a terminar bien, todo va a terminar bien.

Mis queridos, Mi Padre me manda a la Tierra como cualquier hombre y en esa Tierra sufrí muchas cosas y terminé clavado en una cruz y mientras derramaba Mi sangre iba pensando que con esa sangre pagaba todas las deudas de los hombres y no solamente la de ustedes sino de todos los hombres, todos los hombres que viven dentro de la Tierra.

En este mismo momento que Yo estoy aquí con ustedes, también estoy en el África, estoy en Pakistán, estoy en Canadá, estoy en la Península Escandinava, estoy en Dinamarca, en España, en Inglaterra, en Italia, en todos lados, en cualquier lugar de América, estoy en todos lados, por una razón muy simple, porque el Hijo de Dios y Dios mismo puede estar en cualquier lado al mismo tiempo, pero siempre con un denominador común: amándolos profundamente.

No teman lo que pueden hacer, bueno o malo, lo fundamental es que Yo esté con ustedes y todo lo voy a ir arreglando.

Los amo con toda la intensidad que ama un padre, un hermano, un hijo, un amigo y cualquiera, ténganlo siempre presente, antes de nacer Yo ya los conocía y ya les amaba y les seguiré amando por toda una eternidad, toda una eternidad.

Amén.