Mensaje del 28 de Mayo de 2003

Dice Jesús:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, quien me sigue a Mí no anda en tinieblas”.

No se dejen acongojar por las cosas cotidianas que pueden pasarles, porque la peregrinación como decías a la Jerusalén Celestial no es tan simple, uno va dejando todo los días un poquito de uno en el camino, pero ese poquito que deja va abonando la tierra para que nazcan plantas muy vigorosas.

Tengan confianza, tengan esperanza, nunca se desanimen y si en un momento se desaniman, piensen que al instante es como si renacieran de nuevo ¿mmm?.

Sí, todo es así, lo adelanté en el Mensaje de esta tarde pero algunas cosas diré ahora, no tengan miedo, nunca, de nada, muchos le temen a la muerte, pero es a lo que menos hay que tenerle miedo, porque la muerte no es nada más que un cambio de estado, nada más. Y los que están del otro lado ya, donde estás ahora vos también, ¿no le ves cara felices a todos?, ¿no ves que están realmente en la Jerusalén Celestial?, ¡cuánta felicidad hay en sus rostros, cuánta felicidad!.

Por eso, de qué podrían tener miedo, de qué, de quién.

Dice Nuestra Madre, la Virgen:

Es bueno decir cada mañana cuando se levantan: “he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”, o si lo quieren decir más simple, digan: “Inmaculada Concepción de María”, entonces Yo injertaré en ustedes una fuerza muy grande, que los acompañará durante todo el día, todo el día.

No se olviden ¿eh?: “he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”, que es lo mismo que decir: “Inmaculada Corazón de María” ¿mmm?.

Llenen el día de Santidad a pesar de todo.

Dice San Pío de Pietralcina:

Queridos niños, ustedes son todo para mi.

Mi principal consejo es, pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, nunca dejen de tomarse de la mano de la Mama Nostra, porque ella es la Mediadora de todas las Gracias, es Reina y Señora de todo lo creado, ¡Reina, Reina!, y además Co Redentora con su Hijo. Por eso, nadie se pierde si se toma de la mano de la Mama Nostra.

Yo sé que tengo que hablar todo en castellano porque después tienen problemas para traducir, pero se me escapan muchas palabras.

Queridos niños, ¡cuánto los quiero bien!, toda mi esperanza está puesta en ustedes.

Amén.