Mensaje del 27 de Mayo de 2003

Habla Artemio:

Hoy es martes 27 de Mayo de 2003.

Esta sentada Nuestra Madre ahí, están todos pero Jesús no.

Dice Nuestra Madre:

Tené un poco de paciencia, todas las cosas van a encaminarse bien, sobre todo eso que me pediste y le pediste hoy al Señor, tené confianza.

Les aconsejo que trasmitan las ideas de los Mensajes y los Mensajes, trasmítanlo a los cuatro vientos, incluso hasta sean un poco agresivos, digo en sentido figurado, sean hasta un poco agresivos en trasmitir los Mensajes. Yo tengo…, no impaciencia sino cierto cansancio de que tantos años diciendo cosas para que solamente los aprovechen algunos, qué más da ahora o dentro de un tiempo.

Aquellos que creen que esto se pierde…, esto avanza con todos o con ninguno, con Artemio o sin Artemio, esto avanza porque es palabra del Señor.

Tal vez se preocupan demasiado para que aprueben todo, pero si ustedes saben que se pueden trasmitir todas esas cosas sin el imprimátur de nadie, entonces no sé de qué forma, no sé de qué manera, pero hay que hacer llegar la palabra. ¿Esto puede tener altibajos?, sí, pero Yo estoy convencida que toda irá muy bien.

Por la puerta, por la ventana, por el techo o desde lejos, hagan conocer todo esto, fomenten las Devociones particulares y todas las Devociones que Yo les he dejado, tal vez es mejor comenzar desde lejos para llegar hasta cerca, por eso que no quede nadie sin enterarse de esto.

Hagan todo el ruido posible pero muy sutil como para no herir a nadie, pero los Mensajes de Mi Hijo, Míos y todo lo que dicen los Santos, tiene que llegar a todos los hombres, con toda la rapidez posible.

Leer nuevamente las palabras que te dijo Mi Hijo en Santiago y creer todo a pie juntillas, a pesar de que las apariencias sean otras, creer todo a pie juntillas.

Todo el Cielo está de vuestra parte, entonces… que pequeña que queda toda la Tierra cuando todo el Cielo quiere lograr sus objetivos y sus propósitos. Confíen plenamente y adelante, Yo les pondré las oportunidades, Yo les diré todas las cosas como hacer, para que todo esto avance con una velocidad tremenda.

El hombre está hambriento, el hombre está hambriento del Señor, el hombre está hambriento de paz, felicidad, de reposar en la noche con calma, esperando que llegue la mañana para seguir con su trabajo, pero con alegría.

No oculten vuestros sentimientos, no oculten vuestros objetivos, no oculten nada. Todo está muy bien, hasta ahora todo estuvo bien hecho pero, con toda la caridad del mundo y con todo el amor posible pero hay que chocar contra los paredones para que los paredones se enteren, al menos si se le deja al menos la sangre de vuestro choque contra ellos. Si el Señor lo ordena, choquen los paredones, choquen todo lo que tenga que chocar, ustedes me entienden.

Yo estoy siempre dispuesta a ayudarles, siempre, no se olviden ¿eh?.

Amén.