Mensaje del 24 de Abril de 2003

Habla Artemio:

Dice Jesús en este día 24 de Abril de 2003.

Señor perdoná que no te mire tanto, pero la verdad es que me hace mal a los ojos toda tu Luz ¿no?.

Dice Jesús:

Alguno ignora que: "Yo soy el camino, la verdad y la vida y quien me sigue y confía en Mí no anda en tinieblas", además "soy la Luz del mundo, nadie está en la oscuridad si me tiene a Mí".

A veces puede parecer que no está el Señor con nosotros, es decir como si Yo no estuviera con ustedes, bueno en realidad al hombre le parecen tantas cosas ¿eh?, como ustedes dicen aquí en la pampa: en la oscuridad todos los bultos son pardos, no sé si estará bien pero más o menos así, ¿y por qué uso palabras de acá? y bueno porque estoy en la pampa gringa, así de simple, si estuviera en el Japón diría otras cosas y si estuviera en el Canadá otra. Es necesario que todos comprendan que uno tiene que hablar el mismo idioma que hablan las personas de un lugar determinado.

Por eso todas esas expresiones, que Yo no sé que pasará con esas expresiones traducidas a otros idiomas, no me puedo dar una idea como se verá en japonés: no pa’ todos es la bota de potro, no me hago una idea como se verá en japonés, menos en chino, pero tampoco nosotros entendemos algunos dichos de ellos ¿no?; ustedes dirán: pero cómo, ante tanto dolor que nosotros tenemos en nuestra alma, el Señor se da el lujo de hacer algunas pequeñísimas bromas, bueno partamos de la base, que si no lo sabían tienen que saberlo, Yo tengo sentido del humor y quienes me oyen siempre y quienes leen Mis Mensajes lo saben muy bien, pero la cuestión es otra. Uno puede escuchar una pequeña broma del Señor, aunque esté triste y preocupado, porque cuando uno puede confiar en alguien, uno le permite a ese alguien muchas cosas y a veces hasta cosas que puede que no nos caiga tan bien y en esto Artemio podría contar montones de ejemplos, pero no va a contar seguramente, porque Yo le permito decir solamente que el cinco por ciento de sus cosas, entonces no esperen que se los cuente.

Es cierto que "Yo soy el camino, la verdad y la vida y la Luz que no se extingue", pero sobre todo soy la Misericordia y como ya lo saben Yo la he definido como el amor obrando, dónde, cuándo, en qué lugar, bueno el Espíritu Santo sopla donde quiere, cuando quiere y como quiere, es cuestión nada más de confiar en ÉL, nada más, ¿y eso es muy difícil?, no, no, y cuando a uno le parece que no está muy a tono en esa confianza ciega, pídanme: Señor dame confianza ciega; además alguien dijo que el amor es ciego, pero a Mi me parece que es un ciego que ve demasiado.

En todos estos días y también en otros por supuesto, estoy refiriéndome especialmente a la Misericordia, es una palabra a veces un poco gastada, ¿y quién gasta las palabras?, y aquellos que las usan sin darle el contenido que tienen, pero no hace falta aclarar que Yo espero que ustedes le den el contenido que corresponde a este concepto. Para descubrir todo esto hay que ser muy valiente, ¿qué tipo de valentía?, esa valentía de ser muy osado en todo ¿mmm?, es como decir: yo creo que en el jardín está el ejército napoleónico, tan convencido que salgo afuera y veo el ejército napoleónico; ustedes dirán: pero da la impresión como si el Señor hoy hablara de huelles perdidos, noo Mis queridos, noo Mis queridos, a veces uno busca distraer un momento la tensión que hay en el hombre por las circunstancias que le toca vivir, claro porque ustedes saben que Yo conozco vuestros problemas, vuestros dolores, vuestra incertidumbre, vuestra impaciencia, vuestra debilidad, vuestra precariedad… y lo comprendo tan bien porque quien les habla es el Hijo de Dios y Dios mismo que tiene mitad naturaleza humana, el mismo Jesús que lloró ante la muerte de su amigo, el mismo Jesús que hizo tantas cosas como hace cualquier hombre y no cosas malas pero viste no siempre lo bueno que uno hace es bueno para los otros, no siempre.

Entonces, tengan la seguridad que conozco el sabor de cada una de vuestras lágrimas, conozco cada uno de los glóbulos que circulan en vuestro torrente sanguíneo, porque me gusta siempre incursionar por la sangre de las personas, que Yo sepa la sangre llega hasta los confines del cuerpo humano y lleva la vida con el oxígeno que tiene incorporado y todo los nutrimentos, eso dice la Ciencia y Yo les digo: también los glóbulos llevan Mi gracia y llevan la vida a aquellas células que parece que hicieron casa aparte cuando formaron quistes, tumores y otras cosas, entonces entro en el torrente sanguíneo y voy hasta esos lugares y pongo orden, Mis queridos ¿qué es la salud sino orden en el organismo?.

Por eso, como dijo aquí Mi gusanito, sean tan brutos y tan sabios que confían plenamente en que el Hijo de Dios y Dios mismo entra en el torrente sanguíneo y lleva a todo el cuerpo la vida, a veces debajo del brazo llevo algún medicamento porque no voy a desaprovechar la obra que les hice hacer a algunos hombres, pero me gusta ir a Mi para llevar la vida, ¿saben?, porque soy muy rápido. ¿Y cuáles serán Mis condiciones?, porque todo el mundo razona así viste, todo el mundo tiene miedo que le pase la factura ¿no?, no, pero en este caso, Yo lo único que les pido es que confíen en Mi Misericordia, que todo lo que tienen adentro en este momento que no está bien, me lo dejen acá, en Mis pies, para que Yo lo queme con el fuego que sale de Mi corazón. ¿Y qué es confiar en Mí?, cada ser humano lo siente de una forma diferente, la cuestión es sentirlo, ¿será una cuestión de intensidad, de cantidad?, no, es una…, ni cantidad, ni cualidad, ni nada, sino es una cuestión de que sea genuino, auténtico, esa expresión que sale en el fondo de la noche y dice: Jesús, Hijo de David ten compasión de mi y si no oigo una vez repítanmelo hasta el cansancio: Jesús, Hijo de David ten compasión de mi, como el ciego de Jericó; y sobre todo Yo soy padre ¿no?, y ¿qué padre le da piedra a sus hijos cuando le piden pan o le da una víbora cuando le pide pescado?.

Entonces Mis queridos, no soy tan pretencioso, de largas novenas y grandes rezos y cosas, noo, corazón auténtico, genuino, que me diga con toda la fuerza que es capaz: Jesús, Hijo de David ten compasión de mi; hace falta decir que compasión quiere decir conjunto, pasión, sentimiento, sentir junto, me están pidiendo que sienta junto a ustedes lo que ustedes están sufriendo, pues bien: Jesús Hijo de David ten compasión de mi.

¿Vieron?, no es cuestión de grandes fórmulas sino de un corazón con toda la fuerza de que es capaz, me llama en su desesperación y más aún pongan siempre todas las cosas en Mis manos y ustedes de alguna forma desentiéndanse, no es fácil, pero hay que ejercitarse ¿no? ¿Ustedes saben Mis queridos? que si el uno por ciento de los seres que habitan el planeta, en la hora más serena de su noche, dijera eso: Jesús, Hijo de David ten compasión de mi, otro sería el mundo, fíjense que pido poco, el uno por ciento.

Así es todo esto, a veces hay que hacer un pequeño esfuercito para entrar dentro de la Economía Divina, ¿de qué forma?, con la confianza ciega; tengan en cuenta que Yo digo siempre: ninguno que venga a este lugar se va como vino y por supuesto que no es porque aquí está Mi gusanito que los atiende y casi siempre no los convida con nada, sino porque aquí es el lugar donde Yo he elegido para hablarle al mundo, después de haberlo hecho con Faustina en Polonia y ahora lo hago acá en este lugar, por eso no pisen tan fuerte cuando salgan porque hasta la tierra de vuestro calzado es sagrada Mis queridos, es sagrada.

Ahora voy a continuar, estando al lado de ustedes pero sin que me vean, porque ustedes sabían que al mismo tiempo que estoy aquí, estoy en todos los lugares que ustedes puedan imaginar y mucho más, como Mi Mamá y también los Santos y vuestros familiares que ya están conmigo, cuando Yo digo conmigo digo con la Trinidad, pero el que les está hablando ahora, a través de Artemio, es el Hijo de Dios y Dios mismo, que un día se encarnó en el corazón de una mujer llamada María, que también está aquí conmigo ¿mmm? y cuando sufren mucho piensen en algo: no hay Domingo de Pascua, Domingo de Resurrección no hay si antes no hay un Viernes Santo.

No hace falta que les diga que los amo mucho, que estoy siempre con ustedes, pero no desde ahora, desde el comienzo de los tiempos.

Mi Mamá no va a hablar hoy, pero sí los va a despedir con las mismas palabras que todas las noches, cuando Yo los convierto en pequeños niños de pecho, entonces Mi Mamá los acuna y les dice, con todo el amor que es capaz una madre y quien quiere oírlo… bueno que agudice sus oídos y lo va a oír: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón, arrorró mi niño…

Mi Madre les ha dicho que ustedes son un pedazo de su corazón, entonces les digo: hasta cada instante, con todo el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.