Mensaje del 31 de Marzo de 2003

Habla Artemio:

En este momento el Señor me toma de la mano y me lleva. En continuos flashes me hace ver el alma de los dirigentes de los que tienen el poder, para que al pasar por mi mente queden impregnados de Él y que tarde o temprano, o muy temprano tengan la compensación que se merecen.

Me hace ver en este momento el alma de los religiosos y de las religiosas, me señala aquellos que están peregrinando hacia la Jerusalén celestial y los que no están peregrinando a ninguna parte.

Ahora me muestra el alma de todas las mujeres que llevan en su seno un niño o más niños para que esos niños que nacen pasen a formar parte de todos los seres que Él llama Hijos de Luz.

Ahora me hace ver todos los patrones genéticos de todos los hombres para que comience el proceso de rectificar los rumbos de aquellos que marchan por un camino equivocado.

Ahora me muestra el interior de los ojos de aquellos que dicen ver pero no ven, de aquellos que dicen que las cosas son así pero no son así, es decir de todos los que ven a su parecer que transitan por el camino adecuado, pero no es el camino adecuado.

Ahora para mostrarme todo su poder me coloca dentro de una bomba de dos mil o más kilos, me coloca dentro de esa bomba, no me hace sentir vértigo y me lleva a pasear por todos los lugares donde los hombres se odian y se destruyen y levanta la bomba en alto y la hace caer en el mar sin destruir ni siquiera un alga marina. Yo me veo en un paracaídas, relativamente pequeño, blanco, y desde allí me hace ver todos los países y también hace, hace que salgan de mis ojos rayos apuntando hacia montones de lugares para llevar la sanación de todos aquellos que están muy graves.

Ya estoy de nuevo en tierra. Ahora me hace ver todos los dramas personales de aquellos que se relacionan conmigo, directa o indirectamente, entonces salen de mis ojos también como si fueran rayos apuntando hacia cada uno y restituyendo la normalidad en los corazones; hace que mis ojos vean muy lejos y que sequen los pantanos de las inundaciones, encauce las aguas por donde deben ir. A través de mí con su fuerza detiene las tormentas de arena, de fuego, de agua, solamente permite que lo bueno sea y lo malo se destruya. Yo me admiro y me siento como si el Señor estuviera haciendo un sacrilegio de pasar a través mío y hacer lo que hace, entonces hace que mis ojos emitan sus rayos para dentro, para que me queme vivo y me deje de pensar tonterías, ahora me estoy quemando vivo. Ahora estoy quemando vivo, por orden del Señor, a las personas que me pone delante. Ahora sí que para todo lo que sea mal están atados de pies, manos, corazón, mente y lengua, solamente podrán hacer el bien.

El Señor me hace mirar ahora todos los vegetales de la Tierra para que todos aquellos que tienen tergiversada su naturaleza por el hombre lentamente vayan adquiriendo su normalidad; ahora me hace mirar todos los animales de la Tierra con el mismo objetivo y me dice que todo es para mayor gloria de Dios y mayor felicidad de los hombres y las cosas.