Mensaje del 21 de Febrero de 2002

Habla Artemio:

Jesús está vestido con un hábito muy pegado al cuerpo, chiquito, medio sucio. Se le ve Su Sagrado Corazón abierto adelante, tiene la túnica abierta. Está como quien viene de un viaje largo, caminando por la tierra.

Y está Su Mamá también.

Bueno Señor te escuchamos.

Dice Jesús:

Yo puedo estar vestido de cualquier forma, pero siempre soy el Jesús de la Misericordia.

A veces, es cierto, tengo una indumentaria un poco distinta y de Mi corazón salen rayos más fuertes, pero siempre soy el Jesús de la Misericordia.

¡Qué alegría todo lo de anoche!. El Espíritu Santo actuó en plenitud y todo salió como el Señor lo tenía previsto. Hubo sanaciones a montones, por la Fe y el fervor de tanta gente.

Eso es importante tener en cuenta que los grupos numerosos, homogéneos tienen una capacidad para entrar más expresamente dentro de una situación de Fe profunda. A veces esa Fe no es tan auténtica, es por contagio, pero no nos pongamos a analizar, la cuestión es que está en ese momento. Y en todo estuvo… muy bien.

Ahora no crean que esto no trae cola, pero está clarísimo lo que dijo Mi Mamá y lo que dije Yo: los siete años se cumplieron, los siete años de silencio; porque hubo montones de posibilidades para que hubiese más ruido, pero siempre se generaron las cosas a tiempo. Por una razón lógica de maduración. Eso no quita que la obra se hizo igual, pero ahora empieza el ruido.

Cuando se produce el ruido, hay que tener en cuenta que se oyen muchas voces y muchas voces no siempre dicen lo mismo, entonces hay que apechugar con las cosas que vienen. Pero vos fuiste muy claro que Mi problema aquí no sos vos, aunque sos el celoso custodio, pero Mi problema pasó a ser Yo y Mi mamá.

Es decir, aquí hay un problema fundamental que es este: El Hijo de Dios y Dios mismo aparece en un lugar determinado del mundo, dice con claridad que es su aparición después de aparecérsele a Santa Faustina. Yo lo digo bien claro a eso. Mi Madre no, tuvo otras apariciones esporádicas, pero en ningunas habló todo lo que habla acá, nunca.

Bien, entonces ahora se presenta un problema muy serio. Ustedes han visto esas flores del campo que tienen un mirasolito que cuando madura empieza a volar y aunque uno se esfuerce ya no las puede más juntar y poner otra vez en la planta; porque se desparraman muy lejos. Y aquí ocurre exactamente lo mismo. Todos aquellos que quieren frenar algo, tienen que frenarlo de entrada porque después no lo frenan más, en este caso es una obra de bien, pero lo digo por si fuera una obra de mal.

Entonces, aquí se desatan una serie de nudos muy bien atados. Entonces quedan los cabos sueltos, pero no hay ninguno que tenga la capacidad suficiente como para rebatir ni hasta una palabra de todo lo que aquí pasa. Es decir, en la Edad Media ya decían claramente: la verdad se ve.

La verdad se ve. Yo puedo taparme los ojos, mirar para otro lado, hacerme el distraído el sordo, el ciego; pero no por eso voy a aplastar la verdad. Es cierto que hay muchos mensajes aún sin publicar, pero con lo ya publicado y con lo que ya conoce el mundo hay más que material suficiente como para que todo esto tenga vigencia. Una vigencia total y plena. Por supuesto que habrá palabras cruzadas, habrá asentimientos, es decir "sí " hermosos y habrá "no", hipócritas, falsos y malditos. Pero es el juego propio de la naturaleza humana al ejercer su libertad.

Hoy leíste que Yo siempre hago comparaciones, y me comunico por medio de comparaciones, comparemos entonces. Piensen que hay un lugar donde muchos jardineros cultivan flores de todo tipo; pero luego compra un pedazo de terreno, muy cerca de todos esos floricultores, alguien que se especializó en el cultivo de todas las flores. Entonces después de comprar el terreno, abonarlo a través del tiempo necesario, sembró y empezaron a crecer las plantas, pero como el floricultor era muy sabio en el cultivo, entonces las plantas empezaron a crecer muy vigorosas y empezaron a murmurar los vecinos: "estas plantas así vigorosas, las flores que van a dar, empieza a peligrar nuestra producción". "Está peligrando nuestra producción, es mejor que nos reunamos antes que estas plantas den sus flores y también sus frutos porque sino corremos peligro". Y el floricultor, sabio, seguía trabajando su tierra.

Todos querrán saber cómo termina esta historia. Lentamente los floricultores empezaron a caer en la cuenta de que debían acercarse a su vecino para preguntarle cómo hacía para cultivar tan hermosas flores. Les costó un tiempo, porque el hombre de por sí es orgulloso, soberbio y lo que menos tiene es humildad; pero cuando vieron que algunos se acercaron al floricultor y él les enseñó cómo debían hacer y empezaron a aplicar lo que él les enseñaba; y vieron los resultados, entonces se fueron acercando los demás. No fue fácil porque siempre en el fondo había como una especie de resentimiento con el floricultor que se había especializado en el cultivo de las flores. Pero como el tiempo pasa y es muy sabio y ubica las cosas en cada lugar, se reunieron todos, aquellos que ya lo seguían y aquellos que aún no, y le dijeron humildemente queremos saber cómo es tu forma de cultivar las flores; porque evidentemente que tu forma es la mejor.

La historia continua, pero Yo les digo: "quien tiene oídos para oír que oiga".

Amén.