Mensaje del 31 de Enero de 2002

Habla Artemio:

Hoy es 31, hoy es el día de San Juan Bosco. San Juan Bosco es uno de más grandes educadores de todos los tiempos y fundó la Orden de San Francisco de Sales, llamados Salesianos. Sumados todos los Salesianos dan tanto como Jesuitas y Franciscanos sumados, miren cuantos Salesianos hay en el mundo.

Bueno hace un buen rato que está Jesús acá, no está como Jesús de la Misericordia, sino simplemente con una túnica, hoy está bastante blanca la túnica y le llega a mitad pierna, siempre con las heridas.

Anoche después que se levantó Jesús probaban poniendo las manos en los apoyabrazos y en el sillón y sentían como una cosquilla en la mano ¿no?, todos probaron.

Bueno Señor, en medio de todo Señor estamos esperanzados siempre en tú palabra.

Dice Jesús:

Hermoso lo que dijeron, cuando se enciende una lámpara no es para guardarla en ningún lado sino para que su luz se vea, esa fue una inspiración del Espíritu Santo para que vean ustedes hasta que punto todo aquí está en orden en cuanto a que le hago decir a alguien de ustedes algo para empezar Yo a hablar.

La luz significa la verdad que debe ser dicha a todos los que quieran escuchar, incluso decirla aunque no escuchen, así como la luz alumbra y todos lo ven, así también la palabra que es verdadera de una forma u otra todos la escuchan, y tarde o temprano es como la semilla que germina…, germina siempre.

Nunca piensen que una palabra verdadera se pierde porque no, no es así, todo lo que digan de una forma u otra queda impresa en el corazón de alguien. Me refiero en general, pero me refiero especialmente a ustedes, Artemio es el portavoz en estas Locuciones Intimas pero todos ustedes son los testigos y así como les puede parecer simple, así también serán tenidos en cuenta siempre por Mi y por Mi Padre.

Sin prisa y sin pausa, con dolores o sin ellos, en días de sol o con el cielo nublado, en plena oscuridad o a la luz del día, esto está todo programado para que prevalezca a través de los tiempos; ni una palabra se perderá de todas las dichas en este lugar, no se olviden nunca de eso. Ya en este momento cientos de miles de personas se alimentan de la palabra que aquí se dice, porque si bien es una persona la que saca una copia, son muchas las personas que leen y son muchas las personas que están en contacto con todo esto en todo el mundo, en consecuencia piensen que en las memorias de todas las computadoras del mundo está esta palabra o bien dicha o bien archivada, en consecuencia esta palabra germina incluso en los lugares mas inhóspitos, en los lugares dónde no hay creyentes, en los lugares donde hay creyentes, es decir las personas están en una casa tranquilas, duermen en paz, viven en paz y ni se acuerdan de Jesús ni de Su Madre, ni del Padre, ni del Espíritu Santo ; pero en el aparato que tienen en el escritorio, o donde lo guarden, está Mi palabra almacenada. ¿Ustedes entienden que es lo que Yo quiero decir?. ¿Entienden el efecto que tiene todo eso?. ¿Acaso no dije Yo que abrir la página ya es suficiente como si se visitara este lugar?.

Entonces, Mi Padre, Yo y el Espíritu Santo autor de todas las cosas, autor de las mentes que hicieron esas máquinas, se aprovecha de esas máquinas para que la palabra llegue a todo el mundo, aunque no abran la página.

¿Entienden Mi forma de sembrar?, que es una forma de amar al hombre intensamente, no me aceptan tal vez abriendo la puerta pero Yo he entrado lo mismo a la casa de millones de personas, ¿habían pensado en eso?, ¿cómo el autor de todas las cosas no iba a aprovechar algo que El hizo crear para sembrar?.

No lo habían pensado, piénsenlo ahora y verán que es maravilloso.

Amén.

Habla Artemio:

Siempre sonriente, siempre como si tuviera toda la felicidad.

Dice María:

¿Repararon en lo que dijo Mi Hijo?. Solamente quiero decirles que recuerden Mis Devociones, cualquiera que sea, pero ténganme en cuenta en toda vuestra vida y como antes se dijo soy mediadora de todas las gracias.

Pídanme carismas y dones que gustosa se los daré, pídanme y de esa forma usando los carismas y dones también llevarán la palabra de Mi Hijo.

Los bendigo muy especialmente, los amo, sigamos en paz, esperando siempre cada vez más días mejores.

Amén.