Mensaje del 25 de Enero de 2002

Habla Artemio:

Nuestra Madre, está vestida con ropas muy esponjosas, muy blandas, de color amarillito como en el cuadro, un poco más claro, y además tiene su manto, que cae a los costados del sillón, ehhh... todo es muy amplio, ahora, tiene el corazón que se ve y forma la paloma tres o cuatro rayos muy luminosos que hay que esforzarse para ver una paloma, son como ases de luz, uno mirando bien se da cuenta que es una paloma, que es el Espíritu Santo pero... es más luz que... que pájaro ¿eh?... es decir, por cada ala, a eso me refiero, tiene rayo de luz, rayo de luz, va para abajo, un poco más chico arriba, entonces te das cuenta que es, sí... el corazón es oscuro como en el cuadro, siempre su corazón fue oscuro, mientras que el de Jesús, no... es más claro. Bueno Madre... Se le ve muy poco cabello ¿no?.

Dice Nuestra Madre:

Mi alma engrandece al Señor y se alegra mi espíritu en Dios -mi salvador- porque se fijó en la pequeñez de su esclava, en adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada, todo eso ¿por qué? todo eso, porque Dios Padre... decidió que su Hijo... se hiciera carne en Mí, y se hizo carne y habitó entre nosotros.

Quiero decirles, recordarles, que... para entender el mensaje de la Misericordia de mi Hijo, tienen que pedir muchas luces al Espíritu Santo, entonces que se haga hábito en ustedes diariamente, decir: "Inmaculado corazón de María, hacé posible que descienda sobre mí el Espíritu Santo para que cada día pueda entender más el alcance de la Misericordia de Mi Hijo¨.

Entonces pidan el Espíritu Santo porque no es tan habitual ¿vieron? pedirlo, pidan el Espíritu Santo para entender cada día más el alcance de la Misericordia de Mi Hijo y para vivir también todo lo que representa en todo esto, acuérdense entonces, y ¿Cómo se pide el Espíritu Santo?: ¨Ven a mí, Espíritu de Luz, lléname¨, es una de las tantas formas de hacerlo, o sino pueden decir: "Madre santísima, intercede para que el Espíritu de Luz me colme", o pueden decir: "Inmaculado corazón de María hacé posible que siempre me asista el Espíritu en toda mi vida". Les recomiendo esto, se los recomiendo muy especialmente porque se es realmente discípulo de Mi Hijo cuando uno llegó a entender cada día más lo que representa la Misericordia.

Es decir, hay necesidad de que se encarne en ustedes el sentido de la Misericordia de Mi Hijo... Y a eso después agreguen: ¨Jesús en vos confío¨ así se completa todo, porque piden el Espíritu Santo y luego al decir ¨Jesús en vos confío¨ toda la Misericordia de Mi Hijo se manifiesta en aquello por lo cual ustedes lo pidieron, háganme caso ¿eh?, todo es posible, cuando el Espíritu Santo está con nosotros y cuando se va manifestando cada vez más la Misericordia.

¿Quiénes son?... Yo no les dije nada, bueno, Dios sabrá. Los presentes cantan...

Habla Artemio:

Vamos a escuchar el mensaje de nuestro Señor.

Dice Jesús:

Es cierto, Yo soy el camino, la verdad y la vida quien me sigue a mí no anda en tinieblas ¿eh?...

Estuve escuchando todo lo que se habló hoy... estaba previsto, porque quién habló, no fuiste vos sino el Espíritu Santo, el que comunica lo que quiere comunicar, es cierto, Yo quiero ser eficaz en vuestras vidas... es decir, todas las cosas mías, no pueden ser como un adorno, como un juguete, como algo que se tiene, se pone, se saca, se deja, se trae, no, Yo necesito pasar a formar parte de la vida de cada ser humano, es decir, estar siempre con él... y quien está conmigo, es evidente que toda su vida se transforma.

Es cierto... además en esta semana se conversó en un momento aquí, lo reacios que son algunos en dar el testimonio de lo que vos decías recién, que ocurre para mayor gloria del Señor, no hay que tomarlo tan en cuenta, se repite como bien dijeron, la parábola de los diez leprosos, que todos se sanan pero uno solo vuelve a dar gracias, nunca entremos a juzgar, por qué el que recibió algo no vuelve y dice "Yo recibí esto", hay motivos humanos y también, ocurren todos aquellos que prefieren prevalecer ellos, a que prevalezca el Señor, entonces no juzgar, sino simplemente tolerar y pensar que el hombre es de una manera.

La parábola de los diez leprosos y que solamente uno regresa, y que Yo le digo: ¿Y los otros nueve dónde están? no me responde nada y él no sabía, pero ocurre muy seguido, ahora... si vos ves que en tu vida hay una tendencia, a no reconocerle al Señor, cuando te hizo una Gracia o un Milagro, debes corregirlo, porque... no es que Yo piense que son desagradecidos, no, sino que en el fondo es una forma de falta de madurez en los sentimientos y en las emociones, y por supuesto al faltar madurez, no se reconocen las verdades que tienen que reconocerse, total todos sabemos que todo se hace para mayor gloria del Padre...

El hombre fue creado por Dios y le pertenece, y el alma del hombre no será plenamente feliz hasta que no lo posea totalmente, y eso se dará sanamente en la bienaventuranza eterna, es lo que Yo digo muchas veces el amor para siempre, no sea cosa que por motivos humanos queden muy relegados del amor para siempre.

Ya una vez les expliqué que, en la casa de mi Padre hay muchas moradas, es decir cuando uno muere, del otro lado... si todo le va bien, puede ver al Padre, pero una cosa es ver al Padre de cerca, y otro de muy lejos, es decir, quiero que se entienda esto: ¿Quién ve al Padre de cerca? es decir su felicidad es total, todos aquellos que realmente desearon ver al Padre, es decir los que realmente quemaron su vida para estar al lado del Padre. Esto tenemos que pensarlo para nosotros y también para todos los que nosotros amamos y queremos y porque no es fácil que alguien que tengo cerca ahora en la tierra, tenga una morada muy lejos de la mía, ¿qué les estoy diciendo?, les estoy diciendo que aquí se vuelve a ratificar una vez más el amor por el hermano, entonces, la obligación, si podemos llamarle así, no es solamente para con uno, es para con todos, más cerca o más lejos, pero todos. Vivir de esa forma y confiar plenamente en mi Misericordia, el resto lo diré Yo... claro que sí, pero... nadie olvide que necesito las manos de ustedes, el cuerpo de ustedes, las piernas, la mente, los ojos, los necesito en el mundo para extender mi reino, no sean reacios a ofrecérmelos y a dármelos, ¿en qué forma?, quien se hace capaz de receptar el Espíritu Santo sabe de la forma en que Yo quiero.

Los amo mucho... no tengan ningún miedo, todo está bien, podría estar mejor si están respirando el mismo aire que respira el Hijo de Dios y Dios mismo, y de mi Mamá y de todos los Santos que están presentes, ¿ustedes creen que se puede estar mejor?, para los que me ven, alegrémonos, para los que no me ven les digo: "bienaventurados aquellos que no ven y creen".

Amén.