Mensaje del 18 de Enero del 2002

Dice la Virgen María:

Yo les pido que renueven todos los días el " sí ", el " sí " que le han dicho a Mi Hijo, el mismo " sí " que yo le dije al Arcángel Gabriel.

¿Por qué les digo esto?. Porque todos los días hay que renovar el " sí " y si lo hacen varias veces en el día mejor; porque el ser humano es muy variable y hay muchas zonas de cada uno, que a veces uno no conoce y hay momentos en nuestra vida y en cualquier día que aparece como una idea que les da desaliento, o tristeza o lo que sea.

Vuelvan a decir " sí " al Señor, ese " sí " va anulando las partes raras en nuestro ser… .

No se olviden nunca de esto, la tristeza, el pesimismo, la congoja, la angustia, son estados emocionales que usa "el malo" para empezar a trabajar en nosotros. Ustedes dirán, no siempre puede estar pleno el ser humano, de acuerdo. Pero al decir " sí " el maligno no existe porque él está siempre a la expectativa para filtrarse, él es muy sutil, es sumamente hábil, y se presenta a veces de una forma querible… .

Cuando a veces hay motivos fuertes para estar triste, entonces refúgiense en alguna llaga de Mi Hijo… .

Veo todas vuestras preocupaciones, incertidumbres, vuestros desvelos, veo todo lo que pasa en vuestros corazones y les digo: no pierdan nunca la esperanza que no es lo mismo que esperar, la esperanza es creer firmemente en aquello que aún no es, un salto al vacío, abandonándose en el amor.

Un cristiano debe ser alguien que siempre tiene encendida la llama de la esperanza, siempre, siempre… la fe, la esperanza y la caridad son virtudes teologales, dos desaparecen en la bienaventuranza porque ya no son necesarias, menos la caridad que es para siempre.

Manéjense con que todo es posible, esa es el alma esperanzada, es un voto de confianza a Mi Hijo.

Den siempre el salto al vacío, aunque en esto también hace falta aprendizaje y la mayor fe posible.

Los amo tiernamente y delante de los Santos y Ángeles presentes les bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.