Mensaje del 15 de Diciembre de 2002

Habla Artemio:

Alguien estuvo tocando porque sacaron la parte esa…

Dice Jesús:

… entonces nada de lo que les puede pasar en la vida Yo soy ajeno. No tengan ningún temor que no se puede tan fácilmente en un momento de congoja decir: alabado seas Señor, a veces puede ocurrir con el tiempo pero no le podemos pedir a alguien que le está doliendo una muela en forma terrible, que tenga palabras suaves y cariñosas con todos, por razones obvias, por eso bienaventurados los que a pesar de todos no se apartan de Mi camino, ustedes son peregrinos como lo fui Yo cuando estaba en la Tierra y es necesario habituarse a vivir con las sobras que nos dan los demás, me refiero a las sobras de afecto, porque la mayoría no ama, la mayoría si da algo de afecto es algo que les sobra y además de sobrarle resalta que lo da casi como una limosna.

No se llamen a engaño, Yo les dije más de una vez: pobre del hombre que confía en el hombre, entonces sepan siempre a qué atenerse, es tarea del cristiano saber que será maldecido, será echado, será calumniado, será golpeado, será enjuiciado y tendrá que pasar por cientos de miles de cosas más, no una vez sino montones de veces, cuando cree que todo está armado y está bien es cuando siempre alguien desarma todo y quiere destruir todo, pero no se llamen a engaño, no esperen del hombre más que lo que el hombre puede dar, por supuesto que siempre hay excepciones pero, pero es una constante, ¿no les dije acaso que en el hombre hay mala levadura?.

Cuídense ustedes siempre de no verse envuelto en todas las intrigas que tienen los hombres pero si alguna vez se ven envueltos, no teman, porque Yo estaré con ustedes hasta la consumación de los Siglos. Aquél que se desprende de un poco de amor con generosidad, tarde o temprano le volverá ese amor multiplicado y todo aquél que se desprende de algo malo, tarde o temprano le volverá multiplicado. Es una constante, por eso no tengan temor de nada ni a nadie, no se dejen asustar por aquellos que esgrimen cinco puñales en cada mano, su reinado es tan efímero como las estrellas al salir el sol.

Dice Nuestra Madre:

“He aquí la esclava del Señor, hágase en Mi según tu palabra”.

Cuando uno le dice así al Señor, debe esperar lo que venga, es decir, la vida lleva y trae, pone y saca, quita y devuelve pero en sí es el juego de libertades de los hombres que la mayoría de las veces no eligen bien; así que ustedes no se preocupen, cuando dijeron como Yo le dije al Ángel: “he aquí la esclava del Señor, hágase en Mi según tu palabra”, pero ese asentimiento involucra un montón de dramas posteriores a los cuales uno no puede oír.

Dice Padre Pío:

Para referirme a lo que dijo Jesús y su Mamá, la Mama Nostra, yo agregaría, que el condimento de la vida de todos los días es la maledicencia de los hombres.

Es cierto aquello que decías vos: llegan, exprimen todo lo que pueden y se van, y muchas veces se van en nombre del Señor, dicen, dicen, pero no darles importancia, no darles importancia, lo dice San Pío de Pietralcina que la mayoría de los días que tuve sobre la Tierra, viví siempre con el aguijón clavado en mi carne, siempre, si no era alguien de lejos, era alguien de cerca; si no era una carta doliente de alguien, era la postura de algún hermano que me hacía algún cargo del que yo no tenía nada que ver. Ahora yo pude comprobar que uno termina por acostumbrarse a todo, a todo.

Y es cierto, es muy cierto lo que dijo la Mama Nostra respecto a que cuando uno dice: sí, he aquí la esclava del Señor, vendrán cosas lindas también pero la mayoría feas, horribles, terribles, porque no hay que llamarse a engaño, posiblemente el que hoy te muestra una sonrisa mañana te la niega y a lo mejor no te la niega pero te mostrará los dientes, no con una sonrisa sino con una actitud agresiva y maldita. La cuestión fundamental es tomarse de la mano de la Mamá y de Jesús y avanzar como si fuera cada día el último día y para siempre.

Amén.