Mensaje del 11 de Diciembre de 2002

Habla Artemio:

Hoy es 11 Diciembre, día de Nuestra Señora de Loreto.

Te escuchamos Señor.

Dice Jesús:

Abrí San Juan y Yo te voy a indicar que debés leer.

“Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y cumplir su obra. No dicen ustedes: faltan cuatro meses para la cosecha. Pues bien, Yo les digo: levanten la vista y vean como los campos están amarillentos para la siega. Por cierto, el segador recibe su paga y junta frutos para la vida eterna, de modo que también el sembrador participa en la misma alegría del segador. Así se verifica el dicho: uno es el que siembra y otro el que cosecha. Yo los he enviado a cosechar donde otras han trabajado. Otros han sufrido y ustedes se hacen cargo del fruto de sus sudores. En este pueblo muchos samaritanos creyeron en él por las palabras de la mujer que decía: él me descubrió todo lo que yo había hecho. Vinieron donde yo estaba y me pidieron que me quedara con ellos y allí estuve dos días. En el pueblo había mucha más gente que creyó en mi palabra y le decían a la mujer: ya no creemos por lo que tú contaste, nosotros mismo lo hemos oídos y estamos convencidos que este es verdaderamente el Salvador del mundo. Después me fui a Galilea, yo había dicho: ningún Profeta es bien recibido en su propia tierra, sin embargo cuando llegué los galileos me recibieron bien, porque habían visto todo lo que yo había hecho en Jerusalén durante la fiesta, ellos habían estado ahí”.

¿Por que hice leer este pasaje del Evangelio de San Juan?, uno es el que siembra y el otro es el que cosecha, Yo los he enviado a cosechar donde otros han trabajado, otros han sufrido y ustedes se hacen cargo del fruto de sus sudores.

De todo esto quiero decir lo siguiente, referente a las apariciones y Revelaciones que te estoy confiando, vos no podes volver atrás los Siglos y remediar nada de lo que pasó en esta América irredenta pero si podés pedirle a los hombres que recen a Mi Misericordia para que redima incluso a aquellos que ya la tierra tapó.

Yo lentamente, no en forma compulsiva, te voy a ir enviando a distintos lugares cuando me parezca oportuno y necesario y te haré hablar con los que detentan el poder para que todos se enteren cuál es Mi proyecto, es decir, el Padre y Yo y el Espíritu Santo llenamos la Tierra de la posibilidad de que todo sea diferente, pero también el Hijo del hombre necesita que aquellos que detentan el poder escuchen su voz y empiecen a transformase. Dicho en otras palabras, vos tenés que convencerlos usando Mis palabras de Mis Mensajes, que a esta altura de los tiempos no hay tantas posibilidades sino tal vez dos opciones: o un acto de adoración o el suicidio, es decir en este tiempo tiene que todo ser hecho nuevo en los Cielos y en la Tierra y para eso todos los hombres tienen que ofrecer sus manos, su corazón, su mente, toda su fuerza.

Es decir, esas Bienaventuranzas que hoy leíste, todos tienen que comprender que es un programa de vida además de una concepción del hombre, del mundo y de la vida y en consecuencia tendrán que optar, por supuesto que más de uno optará diciendo que no, por eso ni te desanime, ni te distraiga, ni te lamentes, porque Yo te avisé, más de uno dirá que no, pero quedarán relegados y masticarán en silencio la frustración de no haberse unido a este plan de redención que les ofrece todo el contenido de Mi Misericordia. Pero escucharán tu voz cuando le digas que escuchen Mi voz y durante mucho tiempo habrá una forma distinta de mirar las cosas, hasta que vayan pasando los tiempos y otra vez haya que empezar de nuevo, es decir repetir en grande lo que se hacía en el pueblo hebreo en pequeño y habrá necesidad que también vuelva a surgir algún Profeta para encaminarlos y vuelta a empezar; pero ese no es tema ni tuyo ni de ustedes, eso solamente lo puedo ver Yo que veo tanto el pasado como el futuro y el presente al mismo tiempo. Entonces tendrás que tener la valentía de enfrentar a los poderosos y decirles con toda naturalidad: vengo en nombre del Señor. Al principio se alarmarán y creerán, creerán que un enfermo ha invadido su territorio, pero a medida que escuchen irán convenciéndose, ya sé que es una tarea terrible, ya sé, bueno mucho más de lo que ustedes saben sobre esto pero
así va ser.

De todo he dicho algo, en todo caso vos no va a llevar tu palabra sino la palabra del que te envió, la estás llevando ya y le hacen mucho más caso de lo que vos podés creer pero recién comenzamos, a pesar de que ya haga ocho años que ando por acá, todos los días y que lo que al principio parecerá una tarea imposible y terrible a medida que pasen los días se va a convertir en algo tan natural y se percibirá como algo tan genuino y tan evidente, como es evidente que el sol brilla o el agua quita la sed.

Por eso, ¿qué tenés que hacer hoy, mañana, pasado?, nada, dejate llevar y Yo voy a ir haciendo aparecer las ideas necesarias como para que todo esto se cumpla en forma inexorable y lentamente, lentamente como ya dije una vez: “el yermo hechará flor y el guijarro esplendores”.

Confianza Mis queridos, mucha confianza y además una actitud constante de estar conmigo, no importa que recen como recen, e incluso si rezan, lo que quiero es que estén conmigo, totalmente conmigo y que empiecen a practicar la irracionalidad, es decir, ¿qué sería un acto irracional?, pasar por donde otros no pasan, decir lo que otros no dicen, encender fuego donde otros tiran agua y con tanta confianza en Mi palabra que vuestros ojos verán los milagros más grandes y les parecerá lo más natural del mundo a ustedes, pero los demás quedarán maravillados y dirán: no podemos dejar de oír esta palabra, no podemos, porque por aquí está el camino de la verdad. La transformación y el proceso serán una cosa dura, penosa como todo proceso, pero hay que tener el íntimo convencimiento de que solamente Mi palabra podrá dar paz y pan a todos los pueblos, paz y pan.

Bienaventurados aquellos que creen en estas palabras y ponen sus fuerzas a disposición del Señor, bienaventurados porque no solamente harán hermoso su camino, sino que harán hermosísimo el camino de aquellos que le siguen.

Los amo tiernamente y les pido que se dejen llevar porque solamente Yo sé cómo conducir todo esto, por irracional que parezca.

Amén.