Mensaje del 09 de Diciembre de 2002

Habla Artemio:

Además de Jesús están todos como siempre ¿eh?, la Virgen como siempre. Por los que quieren tener algún detalle Jesús tiene una especie de hábito, túnica todo agujereada, rotosa, sucia, le brillan las heridas de sus manos y de sus pies y lo que veo de las pantorrillas, no sé si sale sangre pero linfa seguro que sale ¿no?.
Dice Jesús:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida quién me sigue a Mi no anda en tinieblas”.

Ratifico todas las palabras que pronunciaste en este día, porque aunque no fueron grabadas pero si lo hubiesen sido sentirían Mi voz dictándotelas, pero como muchas de las cosas que dijiste son también de Revelaciones entonces de alguna forma ya están ¿no?, otras no, por ejemplo lo de ese niño potencialmente dawn que no es dawn.

También eso tiene su explicación en lo que dijiste al comienzo de los tres niveles, la ciencia se mueve a un nivel, que no quiera acaparar otros niveles o explicar cosa a otros niveles porque hace el ridículo. Si ustedes mismos cuando quieren hablar de una ciencia piensan: existen tales métodos para esta ciencia y para esta otra también, entonces no explicar cosas que son de nivel espiritual en el nivel racional o simbólico porque, además de hacer el ridículo se muestra una ignorancia muy pronunciada de lo esencial. Querer explicar algo del nivel espiritual… (se dio vuelta la cinta)…, querer explicar a nivel racional cosas que son netamente espirituales es lo mismo que querer hacer el concubinato entre un elefante y una hormiga, más claro imposible.

Ayer no vine, vino Mi Mamá, es decir vine pero no me mostré, era lógico que hablara ella ayer. Me gusta mucho como hablás de Mi Mamá y la pena es que haya millones de personas que la ignoran ¿no?, ese es uno de Mis grandes dolores, miran la sangre que Yo he derramado en el camino del calvario y en la cruz, o en el huerto de Getsemaní, admiran eso y lo ven Sagrado, ¿acaso la mitad de Mi sangre no es la sangre de Mi Mamá?, entonces ¿qué significa esto?, ¿cómo se puede creer en Mi y no en Mi Mamá?, ¿cómo se puede pensar en cubrirse con Mi Sangre Preciosísima, sin pensar que en esa sangre también hay sangre de Mi Mamá?, porque no hace falta que te lo muestre, lo has visto demasiado bien a Mi ombligo, eso quiere decir que Yo tenía el ombligo conectado a la sangre de Mi Mamá.

Cuando vos ves los Ángeles, que son creación del Señor como Espíritu puro, no le ves ombligo, a Mí sí, ¿por qué?, porque tengo naturaleza humana y divina entonces Mi naturaleza humana se crió en la panza de Mi Mamá y la sangre la recibí a través del ombligo como vos y como todas las personas, que Yo sepa es la forma que ocurre ¿no?; ustedes dirán: habiendo tantas cosas que hablar ¿cómo es que el Señor está hablando de su ombligo?, es que es fundamental también hablar de Mi ombligo porque eso revela la unión que tuve con Mi Mamá y si Yo estuve unido a Mi Mamá por el ombligo quiere decir que me alimenté de su sangre y si me alimenté de su sangre parte de Mi sangre es de ella y entonces no condice ¿verdad? creer en Mí y no creer en Mi Mamá. Ese argumento del ombligo bastaría pero hay doctos señores que no, se niegan, es una pena, no saben lo que se pierden una Madre como Mi Mamá. Bueno, Yo dije que era uno de Mis grandes dolores pero no es solamente ese uno de Mis grandes dolores, hay tantos… tantos.

Hoy hablaste de… el Evangelio de San Juan, si, es cierto, es una ingratitud que no haya aparecido antes en las Sagradas Escrituras y Juan no era cualquiera, era Mi Discípulo preferido pero hay tantas cosas que no están bien y Yo me callo y espero, una buena forma de llamarme sería: el Señor de la paciencia, cuánta paciencia tengo, hay seres que los sigo toda la vida, hay seres que los sigo toda la vida y no me abren su corazón o a veces me lo abren en el último momento, que pena; y ustedes pensarán: ¿y esas personas se salvan?, y sí, pero piensen también que Yo fui muy claro cuando dije: “en la casa de Mi Padre hay muchas mansiones, muchas moradas”, para gozar de la Bienaventuranza Eterna hay que haber deseado verlo a Mi Papá y a Mi, porque sino las cosas no funcionan, en todo caso…, es lógico, lo dije otras veces: que no se aspire a un traje más grande que al que uno le conviene. Delante de Mi Padre algunos verán cien, otros cincuenta, otros ochenta, otros cuatro, cinco, otros uno, es decir de acuerdo a cómo desearon estar en presencia de… y en la medida en que amaron y vivieron de una manera, es decir el hombre no puede tener falsas expectativas respecto a esto porque sabe que en todo hay una ley de la compensación. Si uno aspira a tener un prado lleno de flores, tendrá que labrar la tierra, sembrarlas y logre esperar la primavera para que florezcan, es decir es una ley natural, es una compensación natural y seguramente quien sembró flores no va a recoger otra cosa que lo que sembró y así es con la vida eterna, así es con la vida eterna, se cosecha lo que se siembra.

Ahora pero Yo estoy siempre disponible para que todos tengan muchas semillas para sembrar y también les doy a otros la capacidad para enseñarles a tener semillas Mías para sembrar, pues bien los que tienen que enseñar a sembrar, los que siembran y todos de alguna forma están contribuyendo a que en la primavera haya flores o no, esta es una comparación o una parábola, las flores significan ver a Mi Padre cara a cara, es decir dicho en términos teológicos, la Bienaventuranza Eterna o Visión Beatífica.

No se llamen a engaño, cada uno cosecha lo que siembra, incluso así ya es difícil mantener la siembra sin la invasión de los yuyos y las malezas, como será el que siembra maleza solamente.

Por eso Mis queridos les digo todas estas cosas porque ustedes saben entendérmelas, después pasarán a formar parte de las Revelaciones por los medios masivos de comunicación y en muchos idiomas llegará a todos los hombres de la Tierra.

Quiero que todos tengan conciencia de algo y de Mi amor muy profundo, de todo lo que les ama Mi Mamá y por supuesto Mi Papá y todo lo que les comunica el Espíritu Santo, que es el Gran Comunicador, que también es Dios, Trino y uno.

¿Saben que los amo mucho?, que estoy dispuesto a escuchar todos vuestros pedidos, todas vuestras alabanzas, todas vuestras oraciones y que me siento complacido con vuestra presencia. Les agradezco vuestra presencia, me siento feliz que hayan respirado el mismo aire que respiro Yo, Mi Mamá y todos los Santos presentes, siento una enorme complacencia y siéntanla también ustedes: ha entrado en mis pulmones el mismo aire que respira mi Dios y mi Señor, que no es poco decir ¿no es cierto?.

Les amo tiernamente.

Amén.