Mensaje del 03 de Diciembre de 2002
Habla Artemio:
03 de Diciembre de 2002.
Señor, así transcurren los días llenos de un montón de cosas que no están previstas ni por casualidad, días donde se conjugan las obras más hermosas y también algunos actos que parecen no estar a la altura de lo que debería ser y además el problema de que en algún momento uno se siente con una oscuridad total y por más que uno diga, así hablaba San Juan de la Cruz cuando decía: las noches oscuras del alma; pero hace doler, porque uno piensa que es como si estuviera perdiendo la razón, porque uno se pregunta y se responde: ¿por qué?, a veces puede no existir tanta lucidez como para darse cuenta de algunas cosas.
Es decir, el problema gira alrededor siempre del darse cuenta, que si bien es una acto de discernimiento, carisma del Espíritu Santo, también es cierto que para que haya un buen acto de discernimiento, la cabeza, el cerebro tiene que estar bien irrigado, es decir después de comer la sangre se acumula más en el estómago o en los intestinos para hacer la digestión y no tanto en el cerebro, por más que el hombre esté asistido por vos Señor, también es cierto que tiene todas las limitaciones que su naturaleza humana le da. Parecería Señor que lo que hay que hacer es seguir, avanzar, resolver lo que uno tiene entre manos y seguir avanzando y seguir resolviendo como si todo dependiera de vos y todo dependiera de uno, bellas palabras de San Ignacio de Loyola, el fundador de la orden Jesuita, por eso Señor pero no te voy a negar que a veces uno teme por esa situación en que puede no haber un discernimiento tan profundo, como vos te mereces que uno piense tus cosas; al decir piense tus cosas estoy diciendo: sentir tus cosas, haciendo alusión a las emociones y los sentimientos identificadas en el corazón.
Por eso Señor, aquí estamos otra vez al terminar este día de Diciembre del año 2002, ha caído la tarde Señor y uno desearía que todos los hombres de los cinco continentes se hicieran una pregunta: ¿puedo yo albergar esta noche en mi corazón a mi Dios y mi Señor?, es decir, ¿estoy a la altura de lo que corresponde?, no lo sé Señor, no lo sé y entonces pasa por la mente de uno tantas cosas y en esos momentos en que uno está como flojo, uno piensa: en este momento no tengo toda la lucidez como para pensarte Señor, porque puedo equivocarme seriamente al no darte a vos el valor que tenés, por más que me esfuerce nunca te doy el valor que tenés pero vos tenés que ver el esfuerzo de cada uno.
Y ahora te escuchamos a vos Señor, pienso que ya recién hablabas vos ¿no?.
Dice Jesús:
Hasta este momento todo lo sugerido, pero a vos te parece ordenado, se ha cumplido, hay necesidad de ir acostumbrándose a recibir otras órdenes y misiones nada fáciles, nada fáciles, entonces es bueno en tomar así los problemas tan grandes y las misiones tan grandes con toda la naturalidad, e incluso comentarlo jocosamente como queriendo decir: estas son las cosas del Señor en la cual yo estoy obedeciendo, es una forma de decir obedeciendo. Pero por más que cada uno use su libertad y Yo me encargue de no vulnerarla, también es cierto que el hombre tiene que tomar conciencia de que pone un montón de su parte ¿mmm? y que a medida que pasan los tempos y también los años en una persona hay una evolución diferente, dicho en término religioso: una conversión, para captar digamos mejor montones de situaciones.
Ahora bien, es fácil pensar y obvio que todos piden al Espíritu Santo pero de allí a que el Espíritu Santo encuentre una buena infusión en alguien hay una distancia muy grande, porque sino no habría necesidad que se siguieran haciendo Concilios para poner al día todo el trabajo de la Santa Madre Iglesia, se supone que una vez el Espíritu Santo podría decir todo. Pero esto tiene que ser también aclarado para evitar confusiones, el Espíritu Santo puede soplar donde quiere, aceptado, pero sopla según la evolución natural que tiene la persona, que ha querido realizarla o sucedió espontáneamente, entonces de acuerdo a esa conversión o evolución en los tiempos, el Espíritu Santo podrá dar más o menos, digamos información.
Que esto se entienda porque si una persona ha comida opíparamente, ha degustado buenos licores, se supone que a continuación de esto tendrá que hacer su digestión y por más que pida con desesperación la asistencia del Espíritu Santo, el Espíritu Santo lo hace estirar pero en base a lo que esta persona puede recibir del Espíritu, en proporción a la cantidad de lucidez que le permite tener los actos que acaba de realizar. Dicho de otra manera, durante casi medio Siglo, por la noche vos engañabas el estómago porque tenías que trabajar con ideas, es decir ni un gramo más comías porque por honestidad tenías que estar lúcido para dar lo que debías dar, entonces si hay desarreglos en tu sistema digestivo, no es nada más ni nada menos que un tributo que pagaste para que tus ideas se trasmitieran con mayor lucidez. Ocurre lo mismo con la toma de un medicamento, en tu caso no es para estar más floreciente ni mucho menos, sino para estar equilibrado y normal.
Usé ejemplos tuyos como para que se entendiera pero esto se puede aplicar en todos los ordenes, un momento para cada cosa ¿mmm? y además acordate de aquello que decía ese pensador francés: que en la Edad Media ya se decía cuando se piensa en el genio nadie se la imagina en banquete, esta expresión tiene un profundo sentido y que deja en claro todo lo que dije antes. Por eso, hay que pagar el precio en la vida de las opciones que uno hizo, si uno decidió estar en la platea o uno decidió estar en el escenario, incluso en la platea puede ser en la primer hilera o fila, en la cuarta, en la quinta o en la vigésima, es decir es cuestión de opciones. En el libro de la Sabiduría y en otros lugares también se lee en la Sagrada Escritura: “que el vino alegra el corazón del hombre”, claro, no dice qué cantidad y para cada uno la cantidad es diferente, lo que para uno puede proporcionarle alegría, para otro puede ser una pesadísima borrachera.
Uso todos estos ejemplos así comunes porque siempre me gustó hacer comparaciones para que todos me entiendan. Nadie tal vez se imagina que la palabra maestro tiene en primer lugar la significación de aquel que enseña, pero sabe enseñar, que significa: ponerse a la altura del interlocutor y no decirle ni una palabra más ni una menos de la que el interlocutor está capacitado para recibir, ¿es por que se hace diferencia?, es que se vive haciendo diferencias.
Quien desgraba los Mensajes se da cuenta, por Mis palabras, qué personas había presentes, porque si Yo tengo adelante a varios seres que han venido hasta este lugar a buscar un poco de consuelo para su alma dolorida y para ser paño de lágrimas, no puedo salir Yo hablando de especulaciones morales o de cualquier tipo, que es para otro momento, para otro tipo de personas, ¿esto significa que los quiero en forma diferente?, nooo, esto quiere decir que los quiero bien, porque hago lo que corresponde, además en cuanto a querer en forma diferente es legítimo, ¿por qué?, porque humanamente con algunos hay más afinidad que con otros, con algunas personas se sintoniza mejor, con otras no tanto y con otras nada ¿mmm?. Entonces, las palabras que Yo pongo en la boca de las personas es según la mayoría que esté presente.
Todo esto viene de prillas para que lo tengan en cuenta los Ministros de la palabra, que cuando preparan sus Homilías, lo que menos tienen en cuenta es a las personas que va dirigido, ahora bien si esos Ministros de la palabra fueran tan conscientes como para decir: el Espíritu Santo me dirá qué debo decir según los que están presentes, entonces otros serían los resultados, otra sería la relación y no se verían tantos bostezos como se ven a veces. Entonces, hay algunos tan puritanos que se escandalizan con las diferencias que uno puede hacer con las personas, siempre que esa diferencia sea una forma de adaptación a quien escucha, entonces son legítimas y son necesarias, e incluso no todos los temas pueden tratarse en cualquier momento y delante de cualquiera.
Como ustedes pueden comprobar es muy fácil de entender todo esto, no es cuestión de estar previendo de antemano qué voy a decir delante de alguien, sino ser lo suficientemente permeable al Espíritu Santo para que Él hable por uno y de paso los Ministros de la palabra tendrían más tiempo para atender a los enfermos y otras cosas en vez de preparar tanto esas Homilías que al último le sale como la mona y la mayoría no la entiende. Ustedes dirán: ¿qué tendrá que ver la mona en todo esto?, es para usar una expresión que usan ustedes siempre ¿mmm?, claro no es tan simple cuando se realiza la traducción automática en la computadora ¿no es cierto?, entonces muchas expresiones que tienen una riqueza de contenido muy grande, prácticamente dejan de tenerlo cuando son traducidas a otro idioma. Yo usé algunas veces en Mis Revelaciones expresiones como: no es pa’ todos la bota de potro, el hombre que vive en la pampa sabe perfectamente a qué me estoy refiriendo, pero posiblemente un dinamarqués, un noruego o uno que vive en la Siberia, seguramente no entenderá nada al respecto; entonces quiere decir que lo lógico es que Yo me exprese en base al lugar en que estoy hablando y según las personas que tenga delante y en todo caso sépanlo: no estamos haciendo diferencias sino estamos usando una facultad, la inteligencia, que se está adaptando a la situación que es necesario vivir en ese momento.
Detrás de estas palabras que parecen sencillas, hay toda una profundidad muy grande, pero enormemente grande y todos aquellos que de una u otra forma pastorean y aquellos que de una u otra forma se dirigen a sus hermanos, tienen que tener en cuenta, nada hay más inútil como realizar una exposición, decir palabras en un nivel diferente del que está escuchando y tiene una capacidad de comprensión. Tal vez en esto resida una de las condiciones esenciales de el concepto: maestro, es el que enseña, pero sobre todo es el que tiene primero muy claro que es lo que quiere enseñar y en segundo lugar, usa las palabras justas, oportunas y adecuadas para que quién oye pueda aprender.
Repito, esto que parece tan simple o tan como sabido ya, Yo diría que está casi virgen este tema, porque la mayoría procede de otra manera, entonces una de las formas del amor obrando, que es decir la Misericordia, es utilizar un lenguaje y un vocabulario adecuado, justo, oportuno y necesario para el que está escuchando, única forma de poder establecer un diálogo, que justamente la definición de diálogo es: dos o más ante una realidad para ratificarla o transformarlas. Diálogo no es intercambiar opiniones solamente, porque la opinión significa: parece que sí, parece que no ¿mmm?; entonces diálogo es algo mucho más profundo, donde cada uno expresa su posición ante una realidad determinada ¿mmm? junto a otros, que también lo hacen para ratificarla o transformarla.
Siguiendo estos parámetros para medir lo de diálogo, entenderán Mis queridos que nadie dialoga, ¿es que hay necesidad que de la boca del Hijo de Dios y Dios mismo se oigan estas palabras?, bueno, ¿acaso son diferentes que las que leen en los Evangelios?. Y es necesario hacer siempre comparaciones, que se llama en forma más elegante: Parábolas ¿no?, pero también hay que tener cuidado con las comparaciones porque cada uno se proyecta sobre las palabras de acuerdo a su propia realidad. Por eso, después de una Homilía por ejemplo, hay tantas opiniones sobre la Homilía, ¿por qué?, porque cada uno se maneja con una realidad diferente, entonces esto tiene que preveerlo el Ministro de la palabra y como él no puede preveerlo con tanta anticipación preparándolo ¿mmm?, tendrá que dejar fluir en él con toda la intensidad al Espíritu Santo, que ve perfectamente que capacidad de comprensión tienen los que están delante para que el que habla comprenda en profundidad que es lo que le quieren decir.
Todo lo armado de antemano cuando se trata de temas de esta clase resultan siempre equívocos, por eso no es improvisar si sobre la marcha se dicen las cosas que son necesarias y que fueron inspiradas por el Espíritu Santo, ¿no es acaso el Gran Comunicador?, pero ¿es posible que después de dos mil años tenga que decir tantas cosas de la misma forma que las dije, cuando Yo estaba para que se vuelvan a entender?, parece que sí, pero no crean, Yo no me canso, tengo detrás una eternidad y delante también; entonces, como un fruto del amor el repetir las cosas, que nunca son repetidas porque las circunstancias son distintas, pero repetir las cosas no produce cansancio ni mucho menos sino que trae una nueva vivencia, en temas religiosos sobre todo cuando uno expresa algo aunque sea exactamente lo mismo que el día anterior ya no es lo mismo, porque las circunstancias que prevalecen en la persona han cambiado ¿mmm? y aquél que dice: yo ya esto lo escuché, es de una ignorancia notable, porque si lo escuchó pues bien, cuando lo escuchó no tenía la misma conversión que tiene en este momento, entonces escúchelo de nuevo para ver qué riquezas trae.
Y así en todo ¿eh?, así en todo, no podemos hablar de los grandes problemas si primero no hemos resuelto los pequeños problemas ¿mmm?; por ejemplo, cuando a Mi me han presentado a través del tiempo como: duro, terrible y justiciero, entonces una vez que uno cambió esos prejuicios vuelva a escuchar lo mismo que se dijo antes, ¿por qué?, por una razón muy simple, un Padre, un Hijo o el Espíritu Santo, como dice San Juan: “quien vino al mundo para salvarlo todo, no puede ser ni terrible, ni justiciero, ni guerrero, ni nada que se le parezca”. Ustedes cuando están delante de alguien, observan su mirada y se dan cuenta si la persona está llena de prejuicios al conversar o no, ¿qué ocurre?, ¿qué diferencia hay?, con la que está llena de prejuicios, ustedes se cierran y ya no hablan o dicen algo nada más, pero con aquellos que no tienen prejuicios y están abiertos como una flor al amanecer, uno siempre llega a entenderse, siempre, siempre, ¿incluso en situaciones conflictivas y terribles? por supuesto, por supuesto. Si Yo voy a hablar de la paz o de las cosas que deberían hacerse para conseguirla, tendré que trasuntar en Mi mirada una expresión magnífica de paz y de serenidad, porque es la mejor forma de convencer al que está delante de que realmente Mí actitud es genuina y de esa forma ¿mmm? estoy invitando al otro a que obre de la misma forma.
Esto aplíquenlo en todos los órdenes, porque en todos los órdenes es eficaz y tantas veces dijimos y lo repetimos: Jesús debe ser eficaz en mi vida diaria, sino no es Jesús sino una figurita que me presentaron.
Que se entienda todo esto porque tiene una profundidad muy grande.
Amén.
Mensaje del 03 de Diciembre de 2002
Ahora bien, es fácil pensar y obvio que todos piden al Espíritu Santo pero de allí a que el Espíritu Santo encuentre una buena infusión en alguien hay una distancia muy grande.