Mensaje del 23 de Noviembre de 2002
Habla Artemio:
23 de Noviembre de 2002.
Señor yo no te esperaba, como estuviste antes.
Dice Jesús:
“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, el Verbo vino a los hombres y los hombres no lo reconocieron y lo colgaron en una cruz”.
Según tu idioma: fueron tantos los guadañazos hoy que ya no te queda aliento, es decir no te quedaba, pero respetando la libertad de todos, todo está previsto, hasta ese pan que compartieron. Todo está bien, todo lo que dijiste está bien, no agrego ni saco una palabra, lo único que tengo para decirte que no me gustó hoy es que en un momento te sentiste cansado y me dijiste: Señor ¿cuándo me vas a llevar?, en un instante pareció que todo había desaparecido, que nada tenía objeto y dijiste: ¿cuándo me vas a llevar?. Para decir una comparación, para hacer una comparación digo: falta tanto como el tiempo que se necesita para talar un árbol del que todavía no se ha sembrado la semilla y de esos árboles lerdos en crecer.
Dios te bendiga Mi querido, pero muchas cosas todavía no las entendiste. ¿Vos creés que lo de D. a Mi no me duele?, sí, ya sé que Mi redención fracasa en ese momento cuando Yo estoy colgado en la cruz también parecía que todo era un fracaso, pero era el comienzo de todo lo nuevo. Esas cosas que pasan, estos guadañazos que recibiste hoy y que no has dicho una sola palabra a nadie, son golpecitos de flores al lado de las que van a venir aún, pero ya no serán flores, serán piedras. ¿Me estoy ensañando con vos?, no, el discípulo no puede ser muy inferior a su Maestro entonces…, ustedes hicieron una letra de tango que dice: sufre y aguante, bueno, sufrí y aguantá, porque lo que falta todavía… es una enormidad de lo que pasaste.
Habla Artemio:
Señor, ¿por qué cuando tenés que hacerme éstas observaciones no me las hiciste hoy en privado y me las haces en público? ¿mmm?.
Dice Jesús:
Para demostrar que siempre comienzo por Mi gusanito querido.
Habla Artemio:
Señor está bien, pero yo haré mías algunas palabras de Santa Teresa: si tengo amigos así no me mandes enemigos entonces.
Dice Jesús:
No, Yo no, Yo no doy los golpes, Yo aprovecho los golpes para sacar una enseñanza.
Habla Artemio:
Señor, parece que no tengo mucho aguante yo por lo visto.
Dice Jesús:
Después de mirar toda tu vida ¿me venís a decir que no tenés aguante?, si te pones a contar las cicatrices que hay en tu cuerpo y en tu alma, tal vez llenarías más hojas que las hojas de las Revelaciones. No te quejes ahora y tampoco pidas ayuda a nadie, a nadie, si la ayuda viene en hora buena pero no la pidas, ni a Mí.
Habla Artemio:
Yo no entiendo Señor montones de cosas.
Dice Jesús:
Yo tampoco pretendo que las entiendas, ya es suficiente con que las sufras y no me pidas que no le pasen cosas a aquellos que te hacen daño, porque Yo cuido la obra de Mis manos, no me pidas porque no te haré caso, quien come carne tuya, come carne Mía y se indigesta para siempre, no me pidas nada, absolutamente nada, en todo caso seguí poniendo buena voluntad para que Yo guíe todo sin vulnerar tu libertad, esa libertad que por supuesto no tenés.
Vos dirás: vine para retarte en público, no, pero es bueno que los demás sepan que vos no tenés privilegios de ninguna clase, ningún tipo de privilegio, es al revés, a vos es el que al…, al más que se te exige, al más que se te pide, al más castigado, no por Mí sino por las circunstancias. Aquí no hay ningún privilegio para vos, ninguno, como dije recién al contrario, el camino es bien empinado.
Muchas cosas pasarán pero Mis palabras no pasarán, muchos aún comerán carne tuya y así es como se indigestarán o morirán, no solamente de carne tuya sino todos aquellos que creen en vos, que nadie me los toque, que nadie toque a nadie de los que confían en tu palabra porque hay muestra de sobra que les va muy mal, pero el problema no es tuyo, no tenés porqué rezar por ellos porque aunque reces no será escuchado eso. Tal vez digas: ¿por qué Señor no les alcanza la Misericordia?, y Yo te respondo o me respondo a Mí mismo: Mi Misericordia les alcanza, les llega a todos aquellos que quieren recibirla, pero aquellos que se apartan y se corren a la vereda del frente es problema de ellos que no les llegue Mi Misericordia, todavía no estamos en el juicio final, estamos en el juicio cotidiano de todos los días.
Más vale que no toquen a nadie del grupo de oración, más les vale, el grupo de oración no solamente pequeño sino el grande, que abarca todos los países del mundo, por supuesto más aquí, pero mal que les pese, es mejor que no los toquen porque Yo cuido muy bien la obra de Mis manos; ¿son amenazas éstas?, ¡noooo!, para nada, es una compensación natural, porque no se pueden sembrar tomates y cosechar berenjenas. Acá no hay ningún castigo, es un juego de libertades. ¿Duele?, y sí; ¿va a seguir doliendo?, ¡uf!, pero que todos sepan bien y tengan bien en claro que nadie detiene a los hombres que Yo les doy la fuerza para caminar, nadie; ¿porque tomo venganza?, nooo.
Se terminó la cinta......................
Habla Artemio:
Sigue día 23.
Dice Jesús:
Es mejor que los que te rodean no conozcan nada más que el cinco por ciento de tus dolores, porque no hay derecho que ellos tengan que sufrir, podés contar hasta un cinco por ciento, el resto está prohibido, solamente Yo puedo darte directivas, nadie más.
La lectura que apareció hoy en la Sagrada Escritura, es la lectura del fracaso, así pasa siempre con Mis obras, tienen un aparente fracaso, pero detrás está toda la Luz, no hay tal fracaso. No te tomes las cosas tan a pecho porque vas a sufrir lo indecible, dejame a Mí que me tome las cosas a pecho, además ya te mandé del Padre Daniel, dije Padre y seguirá siéndolo aunque haga lo que haga y será siempre un hijo dilecto Mío, haga lo que haga, porque Yo mido todas las cosas de una forma diferente de cómo la miden los hombres, por supuesto incluido vos y todas las cosas que hacés, las cosas que deseás, las cosas que tenés, las cosas que…, todo está hecho de antes, si vos mismo lo sentís cuando hoy repartías medallas y Rosarios, que todo estaba previsto ¿o no?, entonces ¿en qué quedamos?, ¿para qué pasaron ocho años?.
Sobre y por encima, lejos y más lejos todavía, sí, ya sé que pasa por tu mente: entonces todo lo humano que Yo pueda dar, decís, sí, claro y Yo la estoy aprovechando y hay montones de cosas que hacés que lo hacés con plena libertad porque Yo incluso ni te las mando, es decir ni te las mando es una forma de expresarme.
Mi querido, no te hablo seriamente, ni te hablo enojado, te hablo triste, la misma tristeza que tenía en la lectura de hoy, en el huerto de Getsemaní, delante de Pilatos o de cualquiera, la misma tristeza que se repite siempre, todos los días, a cada instante y en cada gota que sale de Mis heridas todavía. Ahora ¿vos me oíste alguna vez decir que algo me duele?, y ¿por qué tenes vos que hablar de tus dolores?, una vez dije: Mi Padre invirtió mucho en todo esto y lo viene previendo hace milenios, aquí nada está hecho al descuido, Mi Padre no invierte para usar términos humanos, para perder, invierte siempre para ganar a pesar de…, ¿de qué?, de todo el sufrimiento que eso lleva aparejado, quién mejor que Yo puedo decírtelo ¿ó tenés algo que reprocharme en cuanto a que Yo no sufrí?, pues bien. Viste la soledad que tenías hace ocho días cuando salía sangre en abundancia y no tenías un nombre para llamar por teléfono, porque Yo los había borrado todos, bueno esa es la muestra clarísima, solo antes, solo durante y solo después, en última instancia todos los seres humanos terminan en las mismas condiciones, pero en vos se nota especialmente, solo siempre. Ya sé que no te gusta, pero lo siento.
Que nadie sienta temor ni miedo, que nadie sienta nada en especial, porque en este caso se repite la historia, uno es el que tiene que morir ¿no?, leíste hoy en la Sagrada Escritura, bueno el resto no, el resto observa y ni se te ocurra pedir que observen detenidamente, ni se te ocurra, por otra parte no entenderían tanto; ¿con eso quiero decir que sos especialista en dolores y sufrimientos?, al finalizar tu vida sí, todavía no.
¿Mis palabras son un poco crueles tal vez?, no, cuando se ama a alguien se le dice siempre la verdad, nunca se le oculta nada, y Yo ¿qué te oculto a vos?, el futuro, porque no tendría gracia si te lo adelantara, ni habría tampoco méritos. Uno solo el camino, una sola la estrella, uno solo el peregrino, uno solo, uno solo, ni se te ocurra pretender que se comparta con vos nada, ¿oíste?, nada. Sé que pasa un poco de temor por tu mente, ¿de qué?, ¿a quién?, ¿por qué?, ya sé que quisieras decir que alguien tome la posta, el testimonio y siga la carrera, pero no Mi querido, esta carrera la terminás vos, no le podés dar el testimonio a nadie para que siga la carrera. Si porque…, vos dirás que has perdido muchos pedacitos ya de tu ser, sí, pero son más los que faltan perder todavía; ¿pero esto es un juego dirás?, no, son opciones.
Ahora vos viste que en los Profetas, voy a decir salvando las distancias para dejarte conforme, pero hay muchas partes en Job que son idénticas a las tuyas, Jeremías por supuesto, Jonás por supuesto, Jacob por supuesto, pero también Abraham. Decía Job: “te pregunto Señor y tú no me respondes, me presento y no me hacés caso, golpeo a tu puerta y no me abres”, pero tanto Job como vos sabían que Yo escuchaba todo, oía todo, no se me escapaba nada.
Un día cuando te dije que vos sufrías el martirio blanco, te pusiste contento, porque todos los Profetas menos dos sufrieron el martirio rojo y lo hiciste de inconsciente, porque el martirio rojo termina muy pronto, el martirio blanco dura desde que se abre los ojos al salir del seno materno hasta que uno los cierra el día de su muerte, asi que es mejor el rojo en cuanto a…, al punto de vista humano, desde el punto de vista Divino…, de eso lo hablamos después. Debés entender, debés comprender, ¿qué debes entender y qué debes comprender?, que no comprendés nada, no sabés nada, no entendés nada, más vale, el que tiene que saber, entender, comprender soy Yo.
Suficiente por hoy ¿eh?, después seguiremos a solas, pero no te olvides ¿eh? todo es para mayor Gloria de Dios, todo, cuando Yo digo todo es todo.
Amén.
Mensaje del 23 de Noviembre de 2002
Después de mirar toda tu vida ¿me venís a decir que no tenés aguante?, si te pones a contar las cicatrices que hay en tu cuerpo y en tu alma, tal vez llenarías más hojas que las hojas de las Revelaciones.