Mensaje del 20 de Noviembre de 2002

Habla Artemio:

Sigue el Mensaje del día 20 de Noviembre de 2002. Sigue nomás.

Estamos en presencia del Señor, respiramos su mismo aliento así como respiramos el aliento de su Mamá, de los Santos y de todos los que están aquí presentes que también son santos y los Ángeles y Arcángeles, Querubines, todo. Que ésta presencia tan extraordinaria del Señor, sane todas nuestras enfermedades físicas, psíquicas, espirituales, bien.

Dice Jesús:

“Un mandamiento nuevo les doy: que se amen unos a otros como Yo los he amado”.

En esto los van a distinguir que son Mis discípulos, así que no se llamen a engaño, quién es Mi discípulo y quién no lo es, ahora pero como uno no puede juzgar ni siquiera las intenciones de las personas, ustedes no saben que pasa dentro de los corazones, entonces tengan cuidado, no sea cosa que tengan un prejuicio de los demás ¿mmm? y los demás les estén amando mucho, pero no se hagan tantas ilusiones tampoco ¿no?. Es decir, en todo esto hay una cuestión, uno no debe ni remotamente preguntarse como está obrando el otro, Yo les di, les doy un mandamiento nuevo, pues bien cúmplanlo si quieren, cumplir no es la palabra adecuada, hagan si quieren, pero solamente si quieren.

Todo lo que en la vida se hace sin usar plenamente la libertad, no puede entrar dentro de algo que hacen los hombres, es decir si hay libertad entonces todo ser es responsable de sus actos y en consecuencia hay mérito o demérito, pero Yo les dije que atendiendo así a una idea general que los habitantes de América, sobre todo desde el Río Bravo hasta la Isla de los Estados y también en todo el Norte ¿no? pero especialmente desde Río Bravo hacia abajo, el sesenta por ciento de las personas no llega a un nivel en el que son plenamente conscientes de su libertad y el resto, el cuarenta, muchas veces tienen su libertad condicionada por montones de cosas, quisieran pero no pueden. No hablemos de los que tienen un condicionamiento natural, ese condicionamiento viene porque la madre no comió la suficiente cantidad de proteínas por ejemplo y entonces ese ser humano ya nace programado ¿mmm?.

Estos días… (se interrumpe la grabación)…, estos días se habló tanto de los chicos que se mueren de hambre, a Mi me causa un poco de gracia dicho con todo respeto, porque siempre, en toda América, vivieron muriendo las personas de hambre y no solamente de hambre de pan sino de hambre de amor, de justicia, de todo, pero… claro, evidentemente que quién hace todos esos planteos en los medios masivos de comunicación, está dentro de ese sesenta por ciento que no tiene todas las luces prendidas ¿mmm?, lamentablemente pasa eso, sino tendrían que razonar un poquito así y ver las cosas a distancia, que la cuestión no pasa simplemente por comer un poco más o un poco menos, sino por un montón de cosas. Es cierto que algunos se mueren de hambre de pan y… ¿todos los que se mueren de hambre de amor, eso nadie los tiene en cuenta?, cuántos hay, lo dije tantas veces que por una caricia darían tanto, pero… (dejemos puntos suspensivos, porque tal vez si digo algunas palabras sobre esto voy a ser demasiado duro).

Yo hablé de América recién, pero hay un porcentaje en todos los países de personas que no tienen todos los niveles de maduración intelectual, afectivo, emocional, etc., adecuadamente y en consecuencia su proceder no es el correcto ¿mmm?. Entonces, eso será hasta el último día ¿no? en que todos podrán tener la libertad completa y resolver realmente, entonces la conclusión que Yo quiero que ustedes saquen es esta, está ahí claramente: “en la casa de Mi Padre hay muchas mansiones” les digo ¿mmm?, entonces ese sesenta por ciento o ese porcentaje de todos los países, es decir está suponiendo que haya tantas mansiones diferentes en la casa de Mi Padre, no porque Mi Padre quiera hacer diferencias, sino porque las diferencias resultan lógicas, eso por un lado y por el otro, aquel que tiene una libertad considerable y no esta dentro de ese sesenta por ciento pero tal vez tenga otro tipo de problemas, habrá seguramente dentro de ese cuarenta por ciento restante muchas personas que tienen todas las luces prendidas ¿no es cierto?, pero hay en ellos deficiencias muy grandes en cuanto a…, en cuanto a su poder de amar a los demás, etc., incluso de cómo desean, cuánto desean, cómo lo desean, hasta dónde desean estar en presencia del Padre, entonces Yo no soy el que dispone, sino que cada uno irá al lugar que le corresponde en cuanto deseó estar con su Padre o no.

Por ahí hay una expresión que dicen que…, referente al Reino de los Cielos, en todo esto siempre hay un atenuante que es, que cada uno da o desea o lo que sea de acuerdo a su capacidad para hacerlo, entonces a tantos no les podemos pedir que hagan lo que están impedidos de hacer, entonces por eso viene aquí el planteo que vos te has encontrado con que muchos que están ya junto al Padre en la Bienaventuranza Eterna, son personas que vos decís: ¿pero cómo puede estarlo ya?; y otros que parecería que estaban ya como salvados de antemano, están todavía en par de las tinieblas, porque a cada uno se le pedirá en cuánto qué cosas les dio la vida a cada uno, tengan siempre presente esto, Mi Padre, Yo y el Espíritu Santo, Dios trino y uno, dará en base a lo que cada uno pueda recibir, quien tiene capacidad para recibir cincuenta, ni siquiera se le pasará por su cabeza un cincuenta y cinco o un sesenta, porque sería inútil, no entendería, ni comprendería ni nada. De ahí lo de muchas mansiones, muchas moradas y nadie sentirá envidia del otro que puede ver más y puede estar mejor, porque todo eso ya a esta altura del partido ya desaparece en la vida de los hombres, desaparece totalmente. Por eso, habría que preguntarse cada uno de los que estamos acá: tenemos libertad suficiente de opciones, tenemos facultades como para asumir montones de cosas.

Por eso, es posible que siga hablando de este tema, ya lo hice varias veces desde otros ángulos tal vez o parecidos, pero voy a seguir hablando de esto, si, es muy necesario que el hombre tenga en cuenta estas cosas y al que más se le dio evidentemente que más se le va a pedir, pero no de una forma así compulsiva o prepotente ¿no?, sino como una forma de que cada uno viendo así la película de su vida, reconozca humildemente hasta dónde puede dar y en base a eso tiene que edificar, ni más ni menos, porque estaríamos alterando el orden, bueno alterando el desorden digamos más que orden.

Mis queridos, Mis queridos… cuánto es Mi deseo de que estén lo más cercano al Padre en la otra vida, pero también en eso tienen ustedes libertad para elegir cuánto, desear cuánto, porque hay gente que ya muy jovencita empieza con todo ese planteo. Pero no se compliquen la vida ni mucho menos, vivan espontáneamente, vivan así como ignorando todas estas cosas que les dije porque tal vez sea mejor pero no ignorando aquello esencial que es que, ni se nos debe cruzar por la mente la idea de juzgar a alguien porque siempre, siempre se van a equivocar, siempre, siempre, hasta en las cosas más sutiles, más pequeñísimas, nunca juzguen a nadie. El Evangelio es claro: “con la vara que miden a los demás serán medidos ustedes”, tengan siempre presente que con la vara que miden a los demás ustedes también serán medidos.

Yo los amo mucho y estoy tan gustoso de estar con ustedes acá porque sé que me aman, sé que me aman, por supuesto siempre hay grados en los seres, pero a cada uno se le pedirá en base a lo que se le dio, ni más ni menos, a cada uno según los elementos que tengan.

No se olviden todas estas cosas que son tan terriblemente importantes y hagan conciencia en todas las personas, ustedes dirán: el Señor está revelando demasiadas cosas, y las que voy a seguir revelando.

Amén.