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Mensaje del 13 de Noviembre de 2002 (1º)

Felices los hombres a quien Yo ya no tengo en cuenta sus pecados y ¿quiénes serían?, aquellos que están en Mi proyecto, aquellos que su autoproyecto me lo han ofrecido para que sea Mi proyecto.

Mensaje del 13 de Noviembre de 2002

Habla Artemio:

Hoy es 13 de Noviembre de 2002.

Se nos superponen las reuniones Señor ¿eh?

Dice Jesús:

Felices los hombres a quien Yo ya no tengo en cuenta sus pecados y ¿quiénes serían?, aquellos que están en Mi proyecto, aquellos que su autoproyecto me lo han ofrecido para que sea Mi proyecto, sigue siendo autoproyecto pero ya metido, aunque no es la palabra justa tal vez sino introducido en todo lo que me pertenece y es Mío.

Si, estoy leyendo lo que estás pensando y es cierto, es una gracia abandonarse totalmente en Mi y hacer que Yo disponga en todo, por eso, no hace falta todos los días que me lo recuerden que están donados a Mi, se han entregado a Mi, me lo dicen con vuestra vida, me lo dicen con vuestras palabras, me lo dicen con vuestras acciones, me lo dicen con vuestras ocupaciones, me lo están diciendo a cada momento y eso me hace feliz a Mi, ustedes dirán: ¿cómo?, no entendemos, ¿que un hombre haga feliz a Dios?, si. "Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros como Yo los he amado".

Cada hombre y no hace falta que diga mujer, niño, anciano, lo que sea, cada ser humano no está en el mundo porque sí, es una criatura del Señor, cada ser humano está creado a imagen y semejanza Mía; es decir nadie está por casualidad en el mundo, lo quieran reconocer o no los hombres, pero todos han sido creados a imagen y semejanza. En el acto de la fecundación, millones de espermatozoides corrían una carrera desenfrenada para fecundar el óvulo y uno de ellos entró y al entrar se formó una persona y esa persona es cada uno de ustedes, allí estaba Yo observando; ustedes dirán: era nada más que una célula junto a otra que empezaban a reproducirse, si claro, pero Yo ya en ese instante, los miré a los ojos y los llamé por vuestro nombre, ya en ese momento, entonces son Mis hijos, son criaturas del Señor y en consecuencia amados por la Trinidad, amados por Mi dentro de la Trinidad.

Son muy importantes a Mis ojos, pero piensen, no solo ustedes, sino en cada uno de los seres que pueblan los cinco continentes. Entonces esto nos lleva al primer razonamiento, Yo estoy agradecido con ustedes porque me siguen, me aman en cada uno de vuestros actos, de una prolongación de Mis actos, vuestras manos son una prolongación de las Mías, vuestra mente, vuestro corazón, todo vuestro ser es una prolongación de Mi, entonces quien se presta con toda su disponibilidad en esto, que otra cosa queda que decir: gracias Mis queridos, gracias hijos Míos que están conmigo, me aman y están siempre disponibles para que Yo use vuestras manos, vuestro corazón, vuestra mente, vuestros ojos, todo; ¿no es acaso esta la relación que debe existir entre un Padre y un hijo?, que se amen y que uno le diga a otro: te amo, es tan simple y tan elemental, tan tremendamente elemental con quien está mirándome los pies

En esa acción entiendan todo lo que quieren entender porque está todo, no les recuerda eso a la mujer que desató su cabello y secaba Mis pies que había antes mojado con sus lágrimas, ustedes dirán: que llego demasiado lejos, pero es así, bienaventurados aquellos que entienden todas estas cosas, porque ya tienen recorrido más de la mitad del todo y tienen un anticipo de la Bienaventuranza eterna, ya, aquí, en la Tierra.

Ustedes dirán: ¿y qué hicimos nosotros para tener este privilegio?, para que un Dios de amor nos haga abrir la Sagrada Escritura para recordarnos a Abraham y lo de ese Salmo, ¿quién somos nosotros para tener tanto privilegio?, son Mis hijos, a los que Yo amo tiernamente, son Mis hijos a quien Yo amo tiernamente; que estas palabras resuenen en vuestros oídos y en vuestro corazón diariamente, entonces, con esto entenderán que ya la Bienaventuranza la están viviendo aquí, es cuestión de un poquito de imaginación nada más para pensar en un Dios de amor, además de su mirada y su amor me está dando su aliento para que llene mis pulmones y me vaya a mi casa lleno de Santidad.

No quiero hablar tanto, disfruten este momento, no, no creo que haya otro mayor, un Dios de amor delante de ustedes, que les está diciendo que los ama, que son sus criaturas y que ya les está dando por anticipado un poco de la Bienaventuranza eterna. Es posible que sea mejor no tomar conciencia de esto, porque sino un podría perder la razón, confórmense con saber que es así, confórmense con sentir ese calor que hay en el ambiente que de repente lo invadió todo y es la respiración de todas las personas que están acá dentro que han venido conmigo.

Aquí no falta nadie, muchos los ven, otros no los ven, bienaventurados aquellos que no ven y creen, porque es más fácil, es más fácil, el hombre tiende a objetivar, el hombre tiene, tiende a querer oler, tocar, mirar y a vos te es sencillo todo, de allí la impotencia tremenda que sentís cuando no ves multitudes aquí arrodilladas y ves algunos nada más, Mi querido el mundo fue creciendo así con pequeños grupos o a nivel individual, fue creciendo así, ustedes dirán: ¿el Señor nos da este privilegio?, si, pero ustedes también lo eligieron, no quieran atribuirme a todos las cosas a Mi porque si Yo les agradezco ¿qué les estoy agradeciendo?, esa disponibilidad de estar en este lugar y escuchar Mi palabra a través de Mi gusanito.

Yo sé la vida continua y en la calle hay dolor, incertidumbre, pero no me nieguen que el dolor y la incertidumbre de la calle es muy distinta después de haber oído la palabra del Señor y no una palabra dura y terrible, sino una palabra de amor y de agradecimiento, es como un acto de fusión, donde el Creador y la criatura se confunden en un solo ser, eso es, el Creador y la criatura se confunden en un solo ser. No puede hacer lo mismo la Madre con su hijo, porque ya es otro, del cual toma distancia para verlo crecer, pero conmigo pasa todo lo contrario, Yo no tomo distancia sino que cada día estoy más dentro de aquellos que quieren recibirme, dentro de aquellos que se me han donado a Mi, a Mi Madre.

Entonces es distinto, el padre ante un hijo toma distancia, para que pueda crecer autónomo, pero en este caso el Creador y la criatura se funden en uno solo, por un acto de amor que recién entenderán el día de mañana cuando cada uno esté para siempre gozando eternamente del amor total y definitivo, ¿a cambio de qué todo esto?, ¿a cambio de qué?, a cambio de nada, porque así siempre es el Señor, es la dación perpetua sin pedir nada.

Aquellos que les dicen que Yo pido y exijo, y…, no les crean, Yo soy todo amor y en consecuencia soy todo dación y hasta en el momento final, cuando abren los ojos delante de Mi, ni siquiera en ese momento exijo nada, cada uno ve atrospectivamente toda su vida y va a un lugar o al otro; si viene hacia la Luz, el gozo es indescriptible, si va hacia la oscuridad, la pena es grande pero una pena que no durará siempre. ¡Que hermoso es esto che!, en que pude expresarle todo el amor que les tengo, todo, porque la Trinidad no se maneja con conceptos medios, todo, nada, ninguno, los conceptos de la Trinidad son totalmente abarcativo, o todo o nada y en este caso, todo. Cuánto pueden ustedes recibir de este amor que Yo les doy, no hagan ningún esfuerzo, siéntanse mirados a los ojos y entiendan aunque sea un poquito, que cuando el Señor ama, el hombre ya no sabe donde Yo termino y donde comienza el, así de simple. Gracias nuevamente por todo esto y tal vez no falte mucho tiempo en que un acto así puedan vivirlo multitudes, de alguna forma ya lo viven pero digo así como ustedes.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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