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Mensaje del 10 de Noviembre de 2002

Es decir, pensemos un poquito, aquí adentro somos varias personas que ni nos conocemos el nombre casi, de muchos sí, de otros no ¿mmm?, sin embargo si yo tengo a Jesús en mi corazón tengo que mirar a cada uno como mi hermano sino no me están siguiendo a Mí, me tienen ahí de vicio nomás.

Mensaje del 10 de Noviembre de 2002

Habla Artemio:

Hoy es 10 de Noviembre de 2002, bueno Señor te escuchamos ¿eh?.

Dice Jesús:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, quien me sigue a Mi no anda en tinieblas”.
¿Y es muy difícil seguirme a Mí?, no, es más que simple, hay que dejarme entrar en el corazón y empezar a obrar de acuerdo a como les parece que obraría alguien que me sigue a Mí, nada más. Es decir, si uno toma conciencia que tiene a Jesús en su corazón…, no, no va hablar cosas malas de los demás, ni dejará entrar el mal humor, la tristeza, el desgano, la falta de…, de simpatía y de amor por los hermanos. Ahora el que cree que está solo en el mundo y que cerca no tiene a nadie, evidentemente que se debe sentir un poco incómodo conmigo si me tiene en su corazón porque, Yo no pido nada pero, a Mí me gusta que cumplan con eso que dije después de la Última cena: “un mandamiento nuevo les doy: que se amen unos a otros como Yo los he amado”.

Es decir, pensemos un poquito, aquí adentro somos varias personas que ni nos conocemos el nombre casi, de muchos sí, de otros no ¿mmm?, sin embargo si yo tengo a Jesús en mi corazón tengo que mirar a cada uno como mi hermano sino no me están siguiendo a Mí, me tienen ahí de vicio nomás. ¿Y qué es mirar a otro como un hermano?, y amarlo, interesarse por sus problemas, ayudarle a llevar las cargas, procurar que sus ojos y su mirada no estén tristes; es decir ¿qué hacen ustedes cuando aman a alguien?, quieren verlo feliz ¿no?, pues bien a eso me refiero.

Yo no pido nada, me quedo allí quietito pero, ustedes no ignoran que he derramado Mi sangre para pagar todas las deudas de ustedes y de vuestros antepasados y de todos los hombres hasta que dure el mundo ¿mmm?, entonces es fácil darse cuenta, es muy simple. Antes vos usaste un ejemplo, una comparación, lo de las plumas arrojadas desde un campanario, es una hermosa comparación de lo que puede, el daño que puede hacer la lengua de un ser humano para con los demás y lo más grave es que no lo puede remediar después, ¿cómo hace para desmentir todo el mal que hizo con sus palabras? ¿mmm?.

Cada palabra que sale de la boca de alguien es una forma en que reboza su corazón, es decir aquel que ama a los demás nunca puede decir nada malo de los otros, siempre está buscando algún aspecto positivo, favorable de los demás o bien si no encuentra nada favorable se calla la boca y no dice absolutamente nada, pero el ser humano está siempre predispuesto a ver los errores de los demás y no los propios, y a veces por supuesto, los demás no tienen errores porque, piensen ustedes, algunos dicen: yo solamente digo lo que veo y lo toco, pero Yo les digo esto: ¿quién sabe las intenciones de las personas?, alguien puede proceder de una manera sin embargo estar pensando de otra, no tienen el ejemplo en Judas que me da un beso para indicarme de que Yo era el que tenían que tomar preso.

Entonces, detrás de cada acción hay una intención diferente, en consecuencia no podemos juzgar a nadie porque no sabemos cuáles son las intenciones de las personas, nunca, nunca y a veces ni las personas mismas se dan cuenta en alguna situación cuando están obrando mal porque, o bien heredan defectos de antepasados, o bien están bajo un sistema nervioso alterado o bien se dejan llevar por el odio, el orgullo, la vanidad, la soberbia, etc. ¿mmm?, si a veces hasta ni la misma persona sabe por qué dice algo, como los demás van a saber.

Entonces no se puede opinar de nada, hay que tener muy en cuenta esto de la opinión, una opinión es eso, puede ser y no puede ser, pues bien no demos una opinión que puede ser tomada como posible ¿mmm?: yo no sé, yo no vi, yo no escuché; ¿entonces no hablaríamos nunca? dicen ustedes, y bueno antes de hacer daño a alguien es preferible tener la boca cerrada. Eso es igual a: dos por dos es cuatro y no me llevo nada. Antes de hablar una palabra que pueda hacer daño al semejante es preferible no decir nada y si uno dice algo porque, todos somos a veces rápidos ¿no? con la lengua, pues bien pidamos disculpas y remediemos el daño ocasionado, si es que podemos remediarlo, si es que podemos. No se olviden de las plumas al viento.

Ahora, está todo el otro problema ¿no?, ¿con qué derecho uno puede juzgar la conducta de los otros?, ¿con qué derecho uno puede opinar sobre la forma de actuar de los demás?, ¿está uno dentro de la otra persona?, no, ¿sabe cuáles son las intenciones?, no, ¿y entonces? ¿mmm?; ustedes dirán: si le hacemos caso al Señor no podrían ni publicar diarios, Yo pienso que detrás de todas las noticias que corren por el mundo, está el maligno que se encarga de difundirlas para lograr sus objetivos siempre, por supuesto.

Por eso, todo lo que se maneja a nivel informativo, diarios, revistas, todo lo que sea información hay que tener mucho cuidado, cuidado el que la produce y cuidado el que la lee, ¿por qué?, porque podemos estar haciendo mucho daño a un hermano y el mandamiento que Yo les di al terminar la última cena es: “ámense unos a otros como Yo los he amado” ¿mmm?, “ámense unos a otros”. Además hay una especie de compensación natural, si alguien opina de alguien…, si alguien opina de alguien y amándole mucho se equivoca, ese…, eso malo que hizo no tiene efecto negativo y se produce como una especie de reparación inmediata de aquello que uno hizo mal sin darse cuenta, porque es bastante seguido a veces que uno puede pronunciar una palabra o en un tono que no es el adecuado pero si está basado en el afecto, en el amor, parecería que inmediatamente tiene como un remedio, no ocasiona el mal que podría haber ocasionado y a la inversa, aquello que está especialmente dicho para que haga daño ¿no?.

Por eso, miremos todo esto con cuidado, tengamos en cuenta, muy en cuenta lo de las plumas arrojadas desde el campanario, me gusta este ejemplo porque, Yo hablé siempre con Parábolas, es decir comparaciones, entonces esto que hemos dicho es tan ilustrativo y tan fácil de entender que bien vale la pena tenerlo en cuenta, pero no decir: desde mañana voy empezar, o desde pasado, o desde el lunes, o martes o bien…, no, desde este mismo instante. Nada hace que la persona este más en paz cuando por las noches se va a dormir y piensa: hoy no he ofendido a nadie, hoy no he pensado mal de nadie, hoy ni se me ocurrió tener algún pensamiento en contra de una persona. Y por supuesto a veces a los seres humanos les cuentan cosas que otros dijeron, bueno pues bien, quien es de Jesús, quien es de Mí perdona y sigue adelante, si es necesario aclara y si no importa, no importa y sigue adelante, porque en primera y última instancia el que tiene en cuenta las cosas soy Yo y Mi Papá y Yo no me olvido de nada, Yo no me olvido de nada. Y además las personas se dan cuenta cuando dicen una palabra y pueden herir a los demás, se dan muy bien cuenta. Yo no les niego a nadie un poquito de Luz interior como para que se den cuenta cuando le hacen mal a alguien. Cuídense de todo eso ¿saben?.

Los amo, los amo tiernamente, son Mis hijos y me gusta ver en ustedes que se amen como Yo los he amado.

Habla Artemio:

Dice ahora San Pío de Pietralcina, comúnmente lo llamamos el Padre Pío.

Dice Padre Pío:

No voy a decir tantas cosas en este día, solamente que al sentir hablar al Señor y a vos sobre estas cosas vinieron a mi mente tantos recuerdos, tantos recuerdos porque padecí tanto yo, padecí tanto la maledicencia. Es decir, yo sufrí mucho y lo peor es que ese sufrimiento era ocasionado por algunos hermanos que vestían el hábito franciscano como yo y también hubo personas que tenían mucho poder dentro de la Iglesia que me ensuciaron varias veces. ¿Ustedes no ignoran que estuve mucho tiempo sin poder dar Misa en público, que solamente tenía un niño que me ayudaba?; ustedes dirán: y bueno pero al Padre Pío no le importaba porque él tenía Santidad, miren, miren bien mis queridos, las cosas que hieren, las cosas que hacen mal siempre tienen su consecuencia, por más que los demás no quieran hacer caso de ellas pero dejan lastimaduras.

Y a veces eran tonterías, cosas chiquititas pero cosas al fin, porque venía de altos hombres dentro de la Iglesia, como cuando decían que yo me perfumaba las heridas, ¿que había detrás de esa expresión?, de esa lengua maldita, ¿qué había?, ¿envidia, celos?, nunca lo supe, no me importó demasiado pero yo tengo una naturaleza humana y en consecuencia yo también sufría ¿mmm?. Mi refugio era la Mama Nostra, la Mama siempre se aparecía y me pasaba la mano en la cabeza y decía: Pío, Pío, no hagas caso, no hagas caso Pío ¿mmm?. Y ella me pasaba la mano como si fuese un niño, me pasaba la mano para consolarme pero no era solamente eso sino cosas serias a veces decían. Ocurre que con la Santidad, ahora que estoy de este lado puedo decirlo, ocurre que con la Santidad no…, la mayoría no entiende, no entiende y si me veían mirando a la Mama Nostra mucho tiempo seguido tal vez decían: el Padre Pío pierde tiempo ahí, está haciendo tiempo diciendo que está concentrado e iluminado por la Mama. Son cosas simples, sencillitas nomás, pero la naturaleza humana sensible es así, siente todo, siente todo.

Por eso, yo también quiero recomendarles como lo hizo Mi Dios y Mi Señor, yo también quiero recomendarles todo lo mal que puede hacer la lengua del ser humano pero lo que dice la lengua antes estuvo en el corazón, antes estuvo en el corazón. Cuando uno dice corazón dice sentimientos, dice emociones, ma es muy bello en la noche conciliar el sueño pensando que no se le hizo mal a nadie, que se pensó bien, bien de todos, o que bien…, como uno duerme en paz cuando ha pasado el día bendiciendo a los demás, que haciendo o diciendo palabras.

No se olviden de esto, queridos hijos no se olviden de esto y sean portadores en medio de los demás de estas cosas ¿eh?, no creen que hay un verdadero bosque de personas que, que hacen mal a todos, cuanto mal que hacen muchos. Yo no digo por lo que me decían a mi, que al fin y al cabo yo lo ofrecía a la Mama pero cuantos deben pasar por momentos difíciles por ese motivo.

Yo sé que hay muchos devotos por mi entonces cuando estoy en vuestros pensamientos recuerden siempre: San Pío me ha dicho no hablar mal de ninguno, no hablar mal de ninguno, el amor de Dios no habla mal, el amor de Dios.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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