Mensaje del 31 de Octubre de 2002

Habla Artemio:

Y hoy que Santo es che, a ver veamos, Nemesio, ayer era Alonso Rodríguez Juan del Castillo y Don Roque Gonzalez de la Santa Cruz los Santos Río Platenses y el 29 Santa Hermelinda y el 28 Santo Simón y Judas. Muy bien. Ahora si empezamos Señor con lo que vos quieras decirnos viste porque nosotros somos así de medio brutos y estúpidos pero, ¿viste? con tu presencia uno se vuelve mejor, se compone un poco ¿no es cierto Madre?.

Dice Nuestra Madre:

Hoy escuché muchas alabanzas, cuánto me gustan a Mi las alabanzas. Cuanto me gusta, también a Mi Hijo, un instante de alabanza vale un montón ante mis ojos y ante Mi Hijo y por supuesto ante el Padre, mmm.

Bueno, en los mensajes de antes de ayer, de ayer que fueron dos, pusimos muchas cosas en claro, muy bien. Es posible que hayan notado, tal vez un poco, cierta aspereza en mi forma de expresarme pero nunca vayan a pensar que es como una forma de retarlos, nada que ver, lo que ocurre es que ¿no les pasa a ustedes que cuando quieren a alguien a veces se ponen medio severos?, ¿mmm?, porque acaso, ¿no dijimos ya hasta el cansancio que el amor es exigente?. No hay que decir nunca: tenés que cumplir con esto, tenés que cumplir con lo otro, no, no, no. En el amor las cosas se hacen así espontáneamente como las quiere el corazón, pero cuidado porque la boca…, de la boca sale lo que reboza del corazón, ¿mmm? y pensándolo bien ¿no? hoy dijiste vos que recibiste un montón de guadañazos, es cierto, varios; y hoy hubo mucha alabanza aquí, ¡qué temibles que son ustedes!, mientras más guadañazos reciben más alaban al Señor y a Mi, que cosa che, que cosa.

Saben Mis queridos, hay algo que ustedes tiene que saber sobre todo estos niños que están aquí presente es…, tienen que saber que Yo los amo, que Mi amor es…, está siempre dirigido especialmente a aquellos que crecen, ¿mmm?. Los amo a todos pero tengo una predilección, así como la tiene Mi Hijo, con los niños, ¿mmm?, ofrezcan los niños, no solamente vuestros hijos sino también ofrezcan todos los niños del mundo a Mi Inmaculado Corazón, es una buena costumbre y sobre todo una Santa costumbre, porque a partir de ese momento ¿saben lo que pasa? Yo empiezo a enviar sobre todos y sobre cada uno la Llama de Amor que sale de Mi Inmaculado Corazón. Cuando ustedes sientan que la Llama que sale de Mi Inmaculado Corazón los está como calentando, como quemando, como…, pónganse contentos Mis queridos pónganse contentos porque las gracias llueven sobre ustedes y cuando Mi Corazón llueve gracias sobre ustedes, ¿qué les puede faltar?. Yo los veo a todos como niños pequeñitos, me gusta verlos pequeñitos, caben mejor en mis brazos porque tengo brazos grandes Yo para tener muchos niños en ellos, tan grandes que abarcan a todos los niños del mundo che, y siempre tengo una canción en mis labios y en mi corazón, porque para mi nadie se crió, todos siguen siendo niños, todos, como vos decís: delante de un hombre piensen cuando estaba en los brazos de su madre que soñaba, si ese sueño se cumplió amen al hombre bueno y si no se cumplió ámenlo por aquella madre ¿eh?, esta claro, sí ¿no es cierto?. Ahora yo quiero que por las noches ustedes, todas las noches no alguna nomás, sientan que Yo los acuno en Mis brazos, ¿mmm? y los apoyo en Mi corazón y les canto: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón. ¿Les gusta que les diga que son un pedazo de mi corazón?, ¿mmm?, arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Por ahí alguno dirá: Nuestra Madre es mediadora de todas las gracias, es cierto. Nuestra Madre es Reina y Señora de todo lo creado, es cierto. Nuestra Madre intercede siempre delante de su Hijo por nosotros, es cierto. Qué otra cosa puede hacer una Madre que amar a sus hijos porque todos fueron creados a imagen y semejanza del Mío, entonces Yo los quiero a todos, no hay diferencias ni grandes ni chicos, ni altos ni bajos, ni negros ni rubios, ni colorados ni azules, ni verdes, para Mi todos son mis hijos, vivan donde vivan, estén donde estén, hagan lo que hagan, se porten mal o se porten bien, vivan en la China o en la cochinchina, en la Polinesia o en el Canadá, no me interesa Yo los amo a todos y por las noches me hago tiempo suficiente para entonar siempre aquello de: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón. Duérmanse siempre Mis queridos sintiéndose Mi canción de cuna porque cuando Yo se los digo es para que tengan una noche feliz y un despertar hermoso, ¿ehhh?. Qué más le puede faltar a un niño que el amor de su madre, la seguridad de la protección constante, la seguridad de que Yo nunca los olvido, la seguridad de que junto con Mi Hijo queremos todo lo mejor para cada uno. ¿A cambio de qué?, a cambio de nada; pero nos gusta cuando nos abren vuestro corazón, nos gusta meternos adentro y quedarnos allí, quedarnos allí, quietitos pero sobre todo amándolos y amándolos mucho, entonces si Yo estoy con ustedes en los brazos y además estoy en vuestro corazón van a oír dos cantos al mismo tiempo: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

El mundo se desploma, dicen muchos. Ya no se puede vivir, dicen otros. La naturaleza se ha ensañado con el hombre, dicen más todavía. Quién nos estará castigando, dicen otros. No Mis queridos nadie los castiga, la naturaleza siempre fue igual, nunca vayan a pensar que detrás de todo eso malo que ven puede haber algo que quiera Mi Hijo o Yo, nuestra tarea es amarlos, amarlos siempre, qué hermoso ¿verdad?, qué hermoso, sentirse pequeño entre mis brazos y Yo acunándolos, por mas que sean grandes y viejitos y por más que sean malos y por más que sean soberbios, Mi Hijo y Yo los queremos, los amamos mucho y Nuestra Llama y Mi Llama de amor los cubre siempre, ¿qué más pueden aspirar?, ¿eh?. Los amo, los amo, los amo.

Amén.