Mensaje del 15 de Octubre de 2002

Habla Artemio:

En este día 15 de Octubre, día de Santa Teresa de Ávila, la doctora de Ávila. Nosotros miramos sus pasos, su vida, su obra y lo único que podemos decir es: gracias Señor que nos diste a alguien tan grande como ella. Por eso Señor te alabamos nosotros en este día y todos los días a que alcance nuestra vida, no sé de que forma te podremos alabar Señor, hay tantas formas diferentes de alabarte, tantas formas, tantos modos, tantas maneras, depende de cómo vivamos.

Ese hombre que regresa a su casa en el medio del campo y ve una luz a lo lejos que es su morada, esta cansado pero mira alrededor la cimiente y piensa: tal vez tengamos una buena cosecha para que no falte el pan.

O el hombre que terminó su trabajo y tiene que esperar en una cola de muchos hombres para llegar hasta su casa, que está a tres horas y cuando llegue su mujer casi entre dormida pero sentada esperándolo le dará la comida y él preguntará: ¿y los chicos, como están?. Y ya duermen viejo porque es tarde y mañana tienen que ir a la escuela. Y el marido le dirá: y sabes mujer que se van pasando los días y los días y los veo tan poco a mis hijos. Y pensamos en otros, pensamos en aquél Obispo que renunció y esta en un cuarto allá en la casa que hay para Sacerdotes en el Vaticano. ¿Y que pensaremos de él?, pensaremos que es posible que no haya estado bien de salud para hacer lo que hizo, y merece nuestra compasión, y si uno estuviera cerca seguramente iría a hacerle compañía. ¿Por qué?. Porque según dijo Jesús ningún hombre es malo, podemos hablar de enfermos, de tontos, de infradotados, de muchas cosas. pero en cada hombre se ve Mi imagen y semejanza, en cada hombre; porque fueron creados a Mi imagen y semejanza, y entonces viva como viva, haga lo que haga, dirá el Señor: Yo he muerto en la cruz para saldar todas las cuentas de los enfermos, de los torpes, de los tontos, de los ignorantes porque en el fondo nadie es malo. Y llegará el momento en que los hombres entiendan que aquél último ser que vive en una Isla del Pacífico, o en Canadá o en la Isla de los Estados es mi hermano. A pesar de todo es mi hermano y yo debo quererlo hasta que duela de tanto que lo debo querer.

Esta es nuestra concepción del hombre del mundo y de la vida, el día que la abandonemos o no nos sintamos cómodas en ella, apaguemos todo, cerremos la Sagrada Escritura y vayámonos; no sé a dónde, al desierto de lo estéril. No es difícil entender que en cada hombre haga lo que haga late la Divinidad, cada hombre haga lo que haga es Templo de la Trinidad y fue pensado por el Señor desde hace Milenios. Y como decíamos el otro día: delante de un hombre pensemos cuando estaba en los brazos de su madre que soñaba. ¿Qué sueñan las madres?, siempre lo mejor para sus hijos; entonces si ese sueño se cumplió amemos al hombre bueno y si no se cumplió amémoslo igual por aquella madre. Esta debe ser nuestra locura cotidiana, si no es nuestra locura cotidiana todavía no hemos entendido lo esencial. Todavía no.

Hagamos en este día que terminó y la noche cayó sobre las cosas y los hombres, hagamos un acto de amor muy grande por todo lo que habita en la Tierra y pidámosle al Señor que con su Misericordia haga que les llegue nuestro amor a cada uno; de cualquier forma, podrá ser con gotas de lluvia en un campo seco, podrá ser con la sonrisa de su hijo que sanó después de su enfermedad, podrá ser con la reconciliación de dos enemigos. Pero así entendemos las cosas, no podemos tener otra forma de entenderla, ni debemos .

Interrumpo mi palabra porque el Señor está con nosotros, y por supuesto todos los que vienen siempre. Todos.

Dice Jesús:

Y en el principio era el verbo y el verbo era Dios y el verbo estaba en Dios. El verbo vino a los hombres y los hombres no lo conocieron; y lo colgaron en una Cruz. Esa Cruz que según Pablo es escándalo para los judíos y estupidez para los que no creen en él.

Es cierto lo que dijiste antes, que la vida es una larga cadena de nostalgias. La nostalgia es de alguna forma no tener entre mis manos lo que tal vez quisiera tener, ocurre que el hombre fue hecho para el Señor y su alma no tendrá paz ni logrará lo esencial mientras no repose en el Señor. Es por eso que hace muchos años te dicté esto: "y la vida es una larga cadena de nostalgias, de lo que pudo ser y no fue, de lo que tuve y ya no tengo, de lo que amé y perdí, de las ausencias irremediables de aquellos que me amaron y ya no están".

Entonces, aquí podríamos explicar lo que vos decís a veces: no puedo conocerle los dientes al Señor, conozco hasta sus partes más intimas, decís, pero no sus dientes. Normalmente uno muestra su dentadura cuando está muy alegre, y sus labios se distienden.

Parecería que la conclusión es obvia, ¿entonces el Señor nunca está alegre?.
Si, pero es una alegría diferente, de la alegría que tienen los hombres. Muy diferente. No reirá nunca el Señor solamente sonreirá, se preguntarán ustedes.
Es posible.

Y tal vez por lo que vos decías antes, cuando llega la noche, cuando la noche llama a cobijo, aunque no lo parece, pero… Yo no tengo donde reclinar Mi cabeza. ¿Estoy haciendo un reproche?. No, estoy expresándoles un dolor nada más, hablo en general por supuesto, por supuesto. Pero no me siento mal cuando por las noches vago solitario en lugares inhóspitos, en tierras poco feraces, en un mundo donde en general Yo todavía no tengo lugar, y eso es que ya pasaron dos milenios donde montones de hombres dicen llevar Mi palabra, y están seguros que lo hacen. Pero Yo sigo en la misma tesitura de siempre no tengo donde reclinar Mi cabeza. ¿Porque los hombres son malos?. No. Porque los hombres todavía no entienden. ¿Qué es lo que no entienden?. Lo esencial. ¿Y qué es lo esencial?. Vos lo dijiste muchas veces hoy ya: ámense unos a otros como Yo los he amado.

Hay miles de formas de amor diferentes sobre la tierra, desde las más esteriotipadas, hasta las más simples; pero hoy, siempre hablando en general, el hombre se ama a sí mismo y apenas deja un resquicio para dejar filtrar el amor a los demás. ¿Algunos dirán que exagero?, no; todavía no tenemos el mundo que Yo soñé en el corazón de Mi Padre, todavía no. Por eso en forma implícita estas palabras están diciendo o queriendo expresar: dame tus manos para tocar a todos los que más pueda, dame tu corazón para hacer latir por la mayor cantidad posible de hombres, dame tu cerebro para pensar las soluciones maestras para la mayoría, de todo lo que no esta bien. Necesito todo tu ser, el ser de cada uno para llevar Mi palabra.

¿Como si fuera la única que vale?.

Y si. ¿Porque hay algo que valga más que el amor?. ¿Qué se puede pensar cuando uno mira un a cruz como la que tenes a tu lado?, ¿mmm?. No se está en esa posición tan poco cómoda por puro gusto.

Antes hablaste vos que nunca hay que dejar la puertas cerradas, siempre hay que dejarlas entreabiertas. ¿Y cuál es esa apertura que Yo dejo?, es Mi Misericordia, que alcanza para todos y para todas las cosas.

Parecería que no tienen mucho raiting Mis mensajes que hablan de esto, porque sino tendría más oyentes, pero Mi Misericordia triunfará. Y algún día no tan lejano, muy cercano, muchos hombres doblarán sus rodillas para decir: te amo Señor, porque te amo en aquél que esta paralítico, en aquél que esta enfermo, en aquél que tiene tuberculosis y me puede contagiar, o el que tiene sida, o en el pobre viejito con demencia senil. Claro solamente el amor a Mi se entiende y se explica cuando dejo entrar dentro de Mi corazón a todos aquellos que lo necesitan.

Amén.

Artemio dice cantando:

Cantemos al amor los amores. Cantemos al Señor, Dios esta aquí, venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor. Gloria Cristo Jesús. Cielo y tierra. Bendecid al Señor. Honor y Gloria a ti Rey de la Gloria. Amor por siempre a ti Dios del amor.

Y todo esto continúa como desde hace casi ocho años en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.