Mensaje del 15 de Septiembre de 2002
Habla Artemio:
Hoy es 15 de Septiembre de 2002.
Estamos muy orgullosos Madre con tenerte entre nosotros ¿eh?, siempre estas, pero hoy estas sentada ahí, en el lugar de tu Hijo; qué bueno. Cuando estás un poco más lejos no se alcanaza a ver la tersura de tu rostro Madre, no tenés una arruga Madre y si la tuvieras como la Madre Teresa que está más acá adelante, no habría ningún problema, yo te digo nomás, para que los demás se enteren, no estoy haciendo comparaciones Madre ¿eh?, pero es cierto aquello que decía el poeta: era llena de gracia como el Ave María, quien la vio no la pudo ya jamás olvidar.
Dice María:
Han dicho hoy tantas cosas de Mi, que ya no sé que decir, es una forma.
Otro aniversario más, ¿me creerán si les digo?... que para el próximo aniversario va a ver tantas novedades que no les digo, pero novedades va a ver.
Habla Artemio:
Madre, ¿qué, qué pensás de nosotros, vos en estos ocho años, casi ya que venimos viéndonos?, porque, yo si mal no recuerdo me parece que vos nos hablaste en forma particular dos o tres veces nomás, nunca, nos hablaste en forma particular ¿no? ¿Qué pensás Madre vos?, ¿qué pensás de todo?, ¿qué se te ocurre decirnos hoy en este día? No es que nosotros querramos hacerte el jueguito para hacerte hablar Madre, pero normalmente el día que uno cumple años o que festejan algo de uno, normalmente habla ¿no?, dice cosas ¿mmm?
Dice María:
Si, por supuesto que les voy a decir unas cuantas cosas. Miro los rostros de ustedes y a cada uno tendría que agradecerles tantas cosas. Ustedes dirán: pero ¿cómo se han invertido los papeles, la Madre quiere agradecer y esa es tarea nuestra?, si quiero agradecerles, porque son muchos años ¿saben?, muchos son y siempre esa constancia, eso de esperar… con dulzura a ver que pasará.
Hoy les digo que cuando se esta de este lado, también se tienen expectativas, esto seguramente les hará parar los cabellos a más de uno, pero les digo, que así como ustedes tienen expectativas aquí en la Tierra, también la tienen aquí en el cielo, de este lado, porque no esta lejos, es otra dimensión, nada más.
Normalmente se piensa que el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y que los Ángeles y que eternos coros y que se Yo, por ahí alguno piensa: ¿y si nos aburrimos de todo eso?, Mis queridos, ¿quién se aburre de vivir en el amor permanente?, el amor sin ningún tipo de amenazas. Porque ustedes saben que tienen quien les ama, pero no saben por cuánto tiempo, si dicen: es mucho, pero no saben por cuanto tiempo, mientras que en esta dimensión, sí saben que es por toda una eternidad, pero no todos los días es siempre igual. Ustedes van a decir: la Madre organiza veladitas para distraernos; noo Mis queridos, no, la Luz del Padre, que llena la almas con las Bienaventuranza eterna, cada instante que pasa, cada instante el alma siente un nuevo regocijo. ¿Cómo es esto dirán?, si, ¿no dijiste vos al comienzo que el amor es creativo?, pues bien, el alma en esta dimensión y más adelante, el cuerpo también, todos los días tienen nuevos regocijos. Yo sé que no me entienden, pero imaginen un poco también, ¿qué es regocijarse nuevamente?, cuando en el orden humano alguien espera la visita de alguien que le ama o alguien que llega que le ama, está esperado de alguna forma que le diga, con un objeto o con algo: te amo, y por eso ¿es lo mismo que ayer?, noo, cada vez que el ser humano le dice a otro ser humano: te amo, el alma tiene un nuevo regocijo y no se cansa nunca que le digan: te amo.
Habla Artemio:
¿Lo que quise expresar desde aquí es lo mismo?
Dice María:
No, exactamente, pero parecido, imagínense el resto. ¿Saben?, el hombre mientras va por la Tierra, anda mendigando miguitas de afecto en todos lados, un poquitito de afecto de acá, de allá, de allá, cuando no lo tiene se muere, como vos decís: como una planta que no se riega. Entonces… el amor de la Trinidad, Mi amor, los Ángeles, los Santos y todos los parientes de montones de generaciones viven en un regocijo permanente. Ustedes dirán: ¿y algo tendrán que hacer? porque es una eternidad los que nos espera. No, no es por eso, Mis queridos los veo todos los días secarse las lágrimas, por los dolores que padecen, no creen que tiene que llegar el tiempo en que ya no existan los pañuelos porque no hacen falta, no.
Y ustedes se preguntarán: ¿y los que tienen tantas penas de cosas que pasaron en el mundo, en la Tierra?, ¿de qué penas me hablan?, cuando el alma ve en plenitud al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, cualquier cosa que pudo pasar en la Tierra, es una gota de agua en el mar y menos todavía, así que hay que esperar ese regocijo permanente. ¿Les gusta la palabra regocijo?, habría otras más lindas, plenificación, pero no se entiende tanto, habría palabras como… totalidad pero se pueden decir tantas cosas con totalidad.
No creen que Yo y ustedes, estamos haciendo el ridículo queriendo definir el amor. Pero vos me pediste que dijera algo y Yo digo, no, no se puede definir todo esto, se siente, se siente y ya mucho, muchos lo sabían en la Tierra. ¿Qué hace falta para eso?, amar a Mi Hijo mucho. Ustedes dirán: pero… ¿nos da pena amarlo viéndolo como sufre?, pues mejor para Mi si dicen eso porque cuando sienten algún pequeño dolor, regálenselo a El, sin decirle para qué, porque lo va a usar para algo. Hay tanto que redimir aún, hay tantos que no conocen el amor, hay tantos que sufren lo indecible, hay tantos que viven al margen de todo. Entonces ¿quiere decir que Yo les estoy proponiendo, como un chico, un regalo si se porta bien?, nooo, no, no, esto es así naturalmente, el alma humana tiene un montón de mecanismos que en general los hombres no conocen, como es espíritu puro, tiende a unirse a lo que es espíritu puro. ¿Y ustedes saben lo que es decir espíritu puro?, es decir no estar atado a nada, no estar atado a nada que va a terminar, porque lo que tengo, lo tengo para siempre.
Si ustedes razonan un poco se van a dar cuenta, que ¿el sufrimiento en la Tierra a qué se debe?, a que lo que tengo, tengo miedo de perderlo, a todo esto lindo que acaricio entre manos tengo miedo que se termine y así en todo y la mayoría vive pidiendo: Señora, haceme durar esta felicidad, y en ese regocijo del cual Yo les hablé, ¿saben?, que todo lo que tienen entre manos no lo van a perder nunca, jamás, pero ¿asusta pensar en una eternidad así?, noo, no, no. no, porque ustedes han encontrado a alguien que les diga: basta, no me ames más ya tengo suficiente. Que Yo sepa debe estar enfermo sino nunca puede decir eso, entonces… ese amor para siempre que tanto repetís, es realmente para siempre, es el regocijo por toda una eternidad y en este momento, te estoy regalando un poquito de la comprensión de ese regocijo de la eternidad, ¿sabes por qué?, porque Mi pobrecito.. (dejo ahí dos puntos suspensivos). Porque no es cuestión tampoco de andar ventilando cosas ¿no?, cosas que son tuyas y nada más, ¿por qué tienen que saberlo los otros?, ahora de este lado también, aquí es diferente se sabe todo, pero ya aquí no hay envidias, no hay celos, nadie mide lo del otro, nada, ya no.
Pero aunque te parezca que te duele un poco la cabeza, vos en este momento estás recibiendo un poquitín de ese regocijo eterno. Tal vez cuando Yo termine de hablar te van a preguntar: ¿y como es?, ¿como es?, no le vas a poder decir nada, porque las palabras humanas no alcanzan, pero desde hoy Mi querido, cambiamos el tono ya ¿eh?, porque ¿te acordás cuando Mi Hijo te decía que vos eras muy quejoso?, hace muchos años que no te lo dice pero te lo decía ¿eh?, con lo que te estoy haciendo vivir en este momento, ya no te vas a quejar nunca más; pensá en San Juan de la Cruz, no lo entendías antes; pensá en Teresa de Ávila, no la entendías antes; pensá en San Alfonso María de Ligorio, no lo entendías antes, ahora empezás a entenderlos.
Voy a repetir con vos esto que te estoy regalando hoy, Yo creo que si, porque Mi querido… dirán tus hermanos que están presentes: ¿y nosotros acá somos convidados de piedra?, noo, sigan por el mismo camino que están y les prometo firmemente, que ustedes también tendrán regocijos como esos que estás sintiendo vos en este momento. Comprendes que no se puede dosificar demasiado, porque vos notás que tu mente parecería como si fuera a estallar ¿mmm?, entonces comprendes por qué la experiencia Mística, se regala en forma escasa para conservar sanas las arterias del cerebro, pero de una cosa todos estamos seguros, que hay un antes y un después del regocijo y el después, no es tanto regocijo sino una nostalgia del cielo. Y la nostalgia es nostalgia, pero nostalgia al fin, el regocijo vale. Esta promesa esta hecha para todos y en cualquier momento pueden sentirla porque sino dirían que no soy justa, porque Artemio si y nosotros no. Nooo, todos, todos, ¿saben?, ustedes me agradecen y me agradecen y me agradecen pero Yo también quiero agradecerles, Yo también, ¿qué?, todo lo que me aman, todo lo que me aman. Por ejemplo, ayer cuando bautizaste a todos los niños abortados o perdidos, desde el 1º de Enero hasta el 14 de Septiembre, vos habrás pensado: qué avalancha, qué avalancha, de los que salían de la oscuridad. Si la verdad que si, pero ¿sabes?, todo el mundo se acostumbra enseguida a lo bueno y también pasa en la Tierra, todos se acostumbran rápido a lo bueno y no lo querrían dejar más.
Y te digo más, este regocijo de hoy, es un pedido de los millones y millones y millones de niños que pasaron a la Luz, ellos me pidieron durante todo el día, el día de ustedes: si Madre, si Madre, si Madre, si Madre, y fue tan ensordecedor todo lo que hacían, que tuve que decirles que sí, pero lo mismo pensaba Yo, lo mismo. Ahora, Yo te pregunto esto: después de lo que acabas de vivir, ¿te importan tanto las cosas de la Tierra?, me refiero al reconocimiento o no de todo esto, a si me tratan bien o me tratan mal, o si me creen o no me creen, ¿verdad que no?, ya es diferente, ya es distinto, ya es distinto y sabes quiero dejar de hablar porque tu mente ya no resiste más, no.
Pero antes de irme, es decir, el que se va sos vos, no Yo, se va de esta dimensión. Antes de que vos te vayas de esta dimensión, quiero darle un beso en la frente a cada uno de los que están presentes, como agradecimiento por todo lo que me aman, así que no bajen la frente porque me va a dar más trabajo.
En este momento lo estoy haciendo…
Quien les dio el beso en la frente, es la misma, que esta noche cuando se acuesten, les va a decir, como si fueran bebés pequeñitos: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón. Si agudizan bien los oídos me van a oír: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.
Amén.
Mensaje del 15 de Septiembre de 2002
Hoy les digo que cuando se esta de este lado, también se tienen expectativas, esto seguramente les hará parar los cabellos a más de uno, pero les digo, que así como ustedes tienen expectativas aquí en la Tierra, también la tienen aquí en el cielo.