• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 14 de Septiembre de 2002 (1º)

Les pido una vez más, de que tomen conciencia de esto, están respirando el mismo aire que respira el Hijo de Dios y Dios mismo.

Mensaje del 14 de Septiembre de 2002

Habla Artemio:

Hoy es 14 de Septiembre, día de Exaltación de la Cruz y vísperas de la Fiesta de la Virgen, como Madre de los Dolores, como Inmaculada Concepción. Mañana es Nuestra Fiesta Patronal, cuando pase uno, dos, o no sé cuánto tiempo, el Señor me está mostrando que habrá multitudes que llenarán todo esto, para venir a rendirle homenaje a Nuestra Señora y fíjense ustedes, ella prometió que todos los vamos a ver, así que nosotros que somos nonos también, todos lo van a ver, vendrán de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, de todos los confines de la Tierra, a ver el Templo del Tercer Milenio donde esta la Madre con su Hijo, con el nombre de Jesús de la Misericordia. Qué hermoso lo que me esta mostrando el Señor, qué hermoso.

Jesús esta… simplemente vestido con una túnica, todo medio rota, se ven lamparones, es decir partes rotas en su túnica que dejan ver su cuerpo; en su hombreo derecho se ve que esta pegado la piel donde cargó con la cruz, ahora con su mano izquierda se despega la tela, porque se ve que le duele, pero Él nunca dijo que le dolía, y siempre descalzo, con sus heridas brillantes, porque no cicatrizan nunca hasta el fin de los tiempos porque El tiene que seguir pagando nuestras deudas.

Dice Jesús:

(Se escuchan ruidos, ladridos de perros ) Todo ese ruido que ustedes escuchaban recién, es una treta del maligno para distraerlos, pero a ustedes no los distrae nada.

Estoy feliz de estar cerca de todos ustedes. Porque hay aquí gente de muy lejos, otras no tanto, pero también aquí están todos aquellos que en este mismo horario se reúnen para pedir perdón, para pedir favores y para alabarme.

Les pido una vez más, de que tomen conciencia de esto, están respirando el mismo aire que respira el Hijo de Dios y Dios mismo, segunda persona de la Santísima Trinidad y además están respirando el mismo aire de tantos Santos que hay aquí en este momento acá dentro, de tantos Santos, de Ángeles, de familiares de ustedes que si están aquí también son Santos. Eso ¿qué les indica?, que cualquier cosa que sientas en tu alma o en tu cuerpo, que no está bien pensá, si estoy respirando el mismo aire que respira Jesús y su Mamá, desde este momento ya estoy sano, totalmente sano. Ustedes vieron que cuando entraron todos, el aire se puso como pesado por la respiración de tantos, pues bien, toda esa respiración es sagrada Mis queridos, es sagrada y piensen que en este momento, los ojos del mundo están puestos en este lugar. Ustedes dirán: ¿y cómo es eso?, muy simple, el solo hecho de estar reunidos acá, hace posible que Mi Misericordia recoja todas vuestras intenciones y vuestra presencia y la reproduzca en todos los continentes. Esas son las extrañas cosas de Mi Misericordia, servirse de la buena voluntad de alguien para sembrar por el mundo lo mejor, porque Yo necesito tus manos para bendecir y para sanar; necesito tus pies para caminar el mundo; necesito tu mente para pensar; tu corazón para amar y todo tu cuerpo, para que me esté diciendo que si a todas las necesidades, no Mías, sino de todos los hombres de la Tierra. Ya lo he prometido hace muchos años, pero a veces conviene repetir las cosas porque… o bien todos no estaban, o bien se olvidan, pero sépanlo, quién pisa este lugar, que es lugar sagrado, tiene su salvación asegurada y no solo eso, sino que aunque pase por el fuego no se quemará; si se hunde en el agua no se ahogará; si llega a lugares donde hay pestes terribles no se enfermará, así queridos es Mi Misericordia. Cuánto me gustarían que andaran en Mi Misericordia, ya lo saben muy bien, que Mi Misericordia es el amor obrando, ¿en dónde?, en el mundo, en cada uno de ustedes.

No se olviden de esto, no piensen en las cosas que pudieron haber hecho en la vida que a lo mejor no fueran tan buenas o medianamente buenas, Yo no lo tengo en cuenta, están acá y en consecuencia, todos brillan como un sol y vayan donde vayan, hagan lo que hagan, brillarán como un sol, aunque los demás no lo noten, pero si se darán cuenta que alguien que está cerca, es diferente. Cuántas personas me dicen, que a veces en algunos lugares se le acercan personas y les dicen: ¿por qué usted brilla?, ¿por qué cerca suyo la vida es diferente?, ¿por qué a su lado parece que ya no hay más problemas? Eso les ocurre a todos aquellos que están cerca de Mi, de Mi Madre y de los Santos. Ustedes ni por casualidad se pueden dar una idea, de que es estar en presencia de Dios, al que puede uno tocar, al que puede uno sanar las heridas de los pies, no las llagas sino las heridas, como tantas veces aquí lo hicieron.

No se viene a este lugar Mis queridos, para que todo siga igual, no, antes o después, tarde o temprano, todos están en Mi proyecto, Mi proyecto es de amor y siempre termina bien. Mis queridos si están conmigo, ¿quién contra ustedes?, como les dije antes: pueden pasar entre las llamas y no se quemarán; si creen… podrán caminar sobre las aguas; andar sobre los montes; surcar los aires, estar en todo lugar, ¿ó no han estado en todo lugar hoy, que muchos de los presentes han sido padrinos de millones de niños?, ¿no es eso estar en todo lugar?

Desde el primer día Mi Mama y Yo dijimos: aquí el Señor no anda con chiquitas, todo esto tiene la dimensión de la eternidad. Ya mañana, o pasado o cualquier día, a aquellos que todavía no se le abrieron los ojos para ver y se les abran, de repente se encuentran como aquél hombre que tenía un tesoro en el patio de su casa enterrado y no lo sabía y al cavar un poquito se dio cuenta que estaba.

Sé lo que esta pasando por tu mente en este momento.

Habla Artemio:

¿Quién puede Señor mirarte a los ojos? y decir: basta, ya lo tengo todo.

Dice Jesús:

Si, es cierto, todo, pero a veces uno vive como ignorándolo ¿no? En este momento está descendiendo sobre ustedes todo el Espíritu Santo, la gracia del Señor les está colmando todo ¿mmm?, todo. Dejen que entre en ustedes, llénense de la gracia del Señor y cuando vayan por ahí, toquen todo lo que puedan porque lo van a santificar.

Ahora, quiero hacerles el regalo de darle la bendición a cada uno personalmente. Como ustedes pueden ver a Mi lado esta la Madre Teresa, con esa vela inmensamente larga que a pesar de que arde y arde, no se le consume nunca, esta también Mi Mamá, San José.

Comienzo por este lugar, por esta señora.

Habla Artemio:

Te pone las manos en la cabeza, te bendice, baja las manos sobre los hombros y las demora un momento.

Sigue al lado con esta niña…, le acaricia el cabello y le bendice.

A todo esto San José se ha quedado parado al lado de la cortina, la Virgen esta aquí cerca de mi y la Madre Teresa también.

Van hacia vos…, Jesús pone las manos sobre tus manos y luego las levanta y te da la bendición.

A., Nuestra Madre te toma de las manos y te las aprieta un poquito, la Madre Teresa observa con detenimiento. Jesús sube por los brazos, pone la mano sobre tu cabeza y hace la señal de la cruz en la frente.

Les recuerdo que, todos los objetos que tengan sobre ustedes, aunque sean los anteojos o lo que sean, cuando el Señor les da la bendición, los convierte en sagrados y una cosa sagrada no debe tirarse nunca y debe dejarse el legado a las personas que a uno le continúan.

Llega de vos, querida, te hace a un lado un poco el flequillo, te hace la señal de la cruz, deja un rato las manos sobre los hombros y continúa…, la Madre Teresa se tropezó con el pie tuyo.

O., su mano derecha la apoyó sobre tu mano izquierda, ahora la levanta, te la pasa por la cabeza y te hace la señal de la cruz.

Ahora va de este otro muchacho que esta allí, mientras Jesús se mueve, la Virgen y la Madre Teresa también, José, San José se ha quedado acá detrás el sillón. Te pone la mano sobre los hombros, también la mano derecha sobre el pecho, levanta las dos y te hace la señal de la cruz.

El Señor me recuerda que les diga que, cuando El esta allí, sienten el aliento caliente de El, tomen conciencia de eso, que no es al aliento de cualquiera, es el aliento del Señor.

P., con toda su fuerza pone las manos sobre tu cabeza, te hace la señal de la cruz, la Virgen te toca las manos.

¿Hay alguien ahí atrás?, no ¿no?

R., la Virgen puso las manos sobre las tuyas y Jesús tiene como cuidado para no estropearte el peinado y te hace la señal de la cruz.

N., te pone las manos sobre la cabeza, te hace la señal de la cruz, te acaricia la mano que tenes en la cara.

¿Hay alguien ahí adentro?, no ¿no?

H., Jesús te aprieta fuerte las manos, bien fuertes y piensa: que no diga que no lo siente porque lo esta sintiendo.

Jesús rodea a N. y se va hacia el hall.

Allí esta R. y G. y les hace la señal de la cruz.

Esta M. J. con M. y la bebita de dos días… los abraza y les hace la señal de la cruz.

Más adelante de ellos esta su Santidad, el Papa, pero más joven de lo que es, sentado, el Papa quiere levantarse y Jesús lo mantiene sentado y le hace la señal de la cruz.

Hay dos personas más… pero no las conozco, también les hace la señal de la cruz; son dos hombres.

Más aquí cerca de la puerta está C. B., primero le pasa la mano derecha sobre la cara y después le pone la mano sobre la cabeza y le hace la señal de la cruz, le toma las dos manos y las aprieta.

Ahora viene hacia acá... (se hace una pausa) .

No hay nada nuevo Señor... perdoná Señor hay esto nuevo, que torpe que soy, disculpá.

se hace una pausa…Jesús se para ahí en el medio y a todos los bendice nuevamente en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Nuestra Madre, la Virgen, no habló, pero quiere que esta noche, como es habitual en ella, se hagan chiquititos para que pueda tenerlos en sus brazos, porque ella quiere cantarles y pongan atención porque lo van a oír: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró de pedazo de mi corazón. Arrorró mi niño…

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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