Mensaje del 10 de septiembre de 2002
Habla Artemio:
Te escuchamos Señor.
Dice Jesús:
Les gustó la canción de ayer. Ya les voy a enseñar otras.
¿Quién enciende una lámpara para ponerla debajo de la cama?. El que la enciende normalmente es para poner para que alumbre, para guiar a los peregrinos que andan en la oscuridad. Les repito una vez más, Yo quiero que cada uno encienda su lámpara. Que cada uno encienda su lámpara, esto lo dije varias veces ya pero lo repito porque muchas veces ocurre que creen que su lámpara es muy pequeña y su luz es muy escasa. El tamaño de la lámpara y la cantidad de luz solamente Yo lo sé, la cantidad de luz y el tamaño Yo lo establezco. Solamente les pido que enciendan vuestra lámpara, si se lo repito es porque algunos no me hicieron caso, no por nada malo sino por exceso de humildad y se preguntarán: ¿qué es encender la lámpara?, es…, es hacer que cualquier caminante de la noche de la vida pueda tener un resplandor par seguir su camino, una palabra, un gesto, una actitud, un saludo, formas en que se manifiesta la lámpara. Muchos se preguntarán: ¿qué combustible lleva la lámpara?. La humildad. Una lámpara llena de humildad produce tantos frutos, porque todo aquel que es humilde parecería y es, que sabe todo de ante mano. El corazón humilde entiende todo. Por eso la humildad es la madre de todas las virtudes. Además no hay forma de entender Mi Misericordia si no es pidiéndole al Espíritu Santo que los llene de humildad. Mi Misericordia que es el amor obrando, ¿en qué?, en todo, ¿qué es todo?, ustedes conocen muy bien, ustedes conocen muy bien que cuando Yo digo todo es todo, cuando digo nada es nada, cuando digo siempre es siempre. El Hijo de Dios y Dios mismo llena cada concepto del contenido que corresponde. El no es no, y el sí es sí; ahora entre el no y el sí están todos los matices de lo posible, porque si Yo dejara que los hombres juzgaran en base al no o al sí, ¡cuántos quedarían fuera de Mi Reino!, por eso digo que entre el no y el sí están todos los matices de los posibles.
Acuérdense que: lo dicho Santa Faustina, lo he repetido acá y lo seguiré repitiendo: Entre Mi Padre que es la Ley y el hombre estoy Yo, que soy la Misericordia dispuesto a comprenderlo todo, amarlo todo, y perdonarlo todo. Quien no se acerca a Mi es porque no quiere, porque Yo nada le pido, nada, solamente que me abran su corazón, y es tan simple decir: "Jesús vení, recliná tu cabeza en mi corazón, pero no por un día sino para siempre", no te apartes nunca de Mí porque te desintegrarías como un pequeño terrón de tierra en el agua.
Dice la Madre Teresa:
No hablo como persona enojada. No hago ningún reproche. No estoy exigiendo nada, pero habíamos quedado en que todas las Revelaciones que Yo les había dado, ustedes las pasaban por Internet. Después les dije: todas juntas pueden caer mal, porque ya saben como hablo Yo, entonces méchenlas dentro de otras. Pero todavía no he visto ninguna por ahí y hace cinco años que ya me he ido y acuérdense que Yo el primer día en que pase al otro lado vine enseguida acá, ¿mmm?.
Pero no importa dentro de poco ya va a salir todo, ya va a ver la luz todo. Ahora lo que no me gusta de vos es que tenés un poco de temor de como van a ser tomadas Mis palabras. Es decir, estas demorando un poco Mis palabras porque tenés cierto temor de que a la Jerarquía le caigan gordas, como saben que Yo no tengo pelos en la lengua pero tampoco me gusta el cinismo, porque sabían y saben como soy Yo y no quiero que me comparen con nadie ¿eh?, no.
Por empezar no hay que comparar nunca a las personas cada una es única, inédita, irrepetible. Yo Madre Teresa de Calcuta, pero Madre Teresa simplemente, no quiero que me comparen con nadie; porque Mi realidad, Mi vida, Mis cosas fueron únicas y además Yo no aconsejo Mis metodologías, no; porque, claro cuando yo entraba a un lugar era la Madre Teresa ¿viste?, pero si ustedes hacen lo mismo no sé que puede ocurrir. Por ejemplo, Yo en las colas no hacía colas, Yo entraba, y cuando estaba dentro pedía permiso, y si alguno quería decir: esta hermanita no estaba en turno, ¿qué le respondía Yo?: mis hambrientos no quieren turnos, quieren comida. Y me dejan que les diga otra vez eso que dije dos veces ya aquí: cuando llegaba la hora de las doce y Yo llegaba a esos lugares de la muerte con una bolsa de pan que tenía cuatro o cinco kilos nada más, y repartía, y repartía, y repartía; los que miraban creían: hoy no comemos, pero el pan alcanzaba para todos. Díganme una cosa Mis queridos: ¿ustedes no son capaces de tener una fe así, para que el pan no se termine por ejemplo?, y ustedes dirán: es un cuentito lindo y es la Madre Teresa. No me hagan enojar. Yo cuando recibía tanto de comida y sabía que no iba a conseguir más, pero no pensaba en mi ineficacia para pedir, sino pensaba en que contaba con la Providencia para dar, eso, y entonces entraba con la cabeza bien alta, con Mi poquito pan en la bolsa y repartía y repartía y repartía, a veces eran unas de cientos y siempre me sobraba. ¿Será posible Mis queridos?, ¿será posible Mis queridos que en ustedes no haya la fe suficiente como para multiplicar los panes en la bolsa?, ¿y que fe tienen Mis queridos ustedes entonces?, dicho con todo respeto y sin querer ofender a nadie, ¿cuál es la fe de ustedes que no pueden reproducir los panes en la bolsa?, entonces no consideren que han avanzado tanto, ¿eh?, habrá que seguir creciendo mucho…, que para usar palabras correctas es decir, convertirse mucho.
Si voy a tal lugar conseguiré lo que quiero, pero debo estar convencida de que lo voy a conseguir, ¿por mi?, no, por la Providencia que me lo va a dar, ¿mmm?, y ustedes se me apichonan a veces por que no les alcanza la comida para todos.
El otro día llegó esa viejita a traer ese dinero y ninguno te creyó lo que le dijiste: que la Virgen María había traído esos cien pesos, claro no vino vestida con su túnica ni con su manto, vino vestida como una señora del pueblo con la piel rústica y las manos trabajadas. Y los que dijeron que creyeron, te digo ¿eh?, en el fondo no creyeron; cien pesos no era gran cosa pero era suficiente en ese momento para la necesidad que había y vos te amargaste bastante porque no te creyeron. O crees por ventura, Yo no tengo pelos en la lengua por eso te digo las cosas como son, vos crees por ventura que cuando vas a la pieza de los animales y algunos ya tienen toda la comida, y vos decís: ¿pero cómo si yo tenía la llave en el bolsillo?, ¿mmm?, entonces, bajas la mirada y decís: "gracias Madre que alimentaste estos animales porque yo no tuve tiempo". Esa es la fe que Yo quiero, la otra es cualquier cosa, cualquier cosa menos fe. Les dijo: "María ya en el ’95 deben tener la fe de los mártires", sino, agrego yo, déjense de joder, ¿mmm?. Mi querido como tenes que renegar con toda la gente que te rodea, son todos Santos, pero por supuesto que son todos Santos, pero no te creen mucho ¿eh?, no te creen mucho. Si se enteran por ejemplo que le conseguiste el hígado para el bebé de Noemí ¿eh?, pero mirá si vos te vas a atribuir eso. Pero ese día te acercaste a Noemí y le diste una imagen de Jesús y en adelante todos los días la seguiste visitando a Noemí y que Yo sepa no te has movido de este asiento; pero como Noemí te quiso tanto siempre, como profe y después. Ella no dice nada, pero sabe que a las cuatro de la tarde Artemio va a estar con ella, al lado del bebé que se esta reponiendo. Pero ¿quién te lo cree Mi querido?, no lo digas, no lo cuentes, no digas nada, no.
Pero Yo te lo digo también dentro de mis compañeras allá en Calcuta cuantas veces ocurrían milagros hermosos dentro del Convento y las monjitas eran reacias en aceptar esos milagros. Y Yo pensaba para Mis adentro: y bueno la naturaleza no le dió más que esto. Pero che, ¿para qué esta el Espíritu Santo?, para que pidan todo, ¿o que se piensan que es el Espíritu Santo?, qué poco que lo usan, ¿eh?, y si no hubiera estado ese divino hombre que se llamó Juan XXIII que convocó al Concilio Vaticano II, el Espíritu Santo sería todavía ignorado, por ahí algunos lo citaban y lo citan, ¿pero vos te crees que le hacen caso?, ni se te ocurra. Y en esas reuniones de altos jerarcas donde dicen: venid Espíritu Creador, venid, venid Espíritu Creador. Mira, no queda bien en la boca de la Madre Teresa pero diría una mala palabra.
Y ya me voy porque estoy hablando demasiado. Pero, que vuestra fe sea en serio che, vamos, que sea bien en serio, sino como les dije antes: déjense de joder. ¿Por qué les digo joder?, porque si les digo embromar o que se Yo, no me entienden. Me gusta usar los modismos del lugar dónde estoy. Y Yo de aquí, desde que he muerto, es decir empecé a vivir, no me he movido nunca. Andaré por otros lugares también. Pero de aquí no me he movido nunca.
Siempre me resultaste muy simpático. Simpatía ¿eh?, en el verdadero sentido. Por la lucha por la vida, en eso Yo creo que hay pocos en el mundo que lucharon y luchan por la vida como vos. No importa que a veces estés sentado ahí en el sillón, cuando hacés tomar conciencia de los dos millones de abortos diarios que hay en los Estados Unidos de América y hacés un montón de sacrificios por eso, estás luchando por la vida.
¿Te enteraste que empezó mi causa de Beatificación?, tuvieron que esperar cinco años. Mirá, Yo te digo, Teresita y Faustina están preparando un hermoso mensaje sobre las formas de Santificación. Suponete un poco, vamos a ser sinceros, qué problema hay cuando alguien que dió muestras de Santidad, porque acaso no lo dice la Sagrada Escritura que todos tienen que llegar a ser Santos, bueno, pues bien, alguien demostró un grado de Santidad, ¿qué tienen que esperar tantos años para introducir la causa y que después esperar el milagro, el otro milagro, el otro milagro?. Pero Mis queridos vayan a la India y se van a enterar de cincuenta millones de milagros. Que andan necesitando dos milagros para esto, dos milagros para lo otro, dos milagros para lo otro. Pero, hasta que límite llega la estupidez humano ¿no?.
Bueno basta porque me estoy pasando un poco. Y…, y no digo cosas malas pero a vos te parecen muy fuertes. No. Ahora no tanto, antes más.
Dice el Padre Pío, San Pío de Pietralccina:
Bona note a tuti. Io sono venuto per parlare una cuante cosi, como altre. Sigo hablando en castellano sino no todos me entienden bien. Y les voy a reprochar una cosa. Me perece que…, piensen que estos mensajes llegan a todo el mundo, ¿no?, entonces no quiere decir que sean para ustedes ¿eh?. Cuando es para ustedes yo les digo.
Bueno. Estoy como preocupado, estoy como irritado, no me costaba mucho a Mi, ¿eh?, irritarme, por la poca importancia que se le da a la Mamma Nostra. ¿Qué quieren?, para que le den más importancia a la Mamma Nostra. ¿Se puede ser tan ingenuo de adorar al Hijo e ignorar a su Mamá?, Yo no entiendo esas cosas, como si Jesús hubiera nacido de un repollo. Les dirijo esto a los cinco continentes: la salvación de todos vendrá a través de la Mamma Nostra, entiéndanlo bien, la Mamma Nostra es Mediadora de todas las Gracias y, ¿qué quiere decir mediadora?, quiere decir que Jesús, su Hijo no hace nada si su Mamá no se lo pide. Miren que Jesús es obediente con Su Mamá; empezó su vida pública siendo obediente con ella porque el no pensaba todavía empezar su vida pública en las Bodas de Caná de Galilea, no. Sin embargo la Madre le dijo: "Hijo se ha terminado el vino, ¿y cómo puede ser que toda esta gente se quede sin vino?", y Él le dijo: "Madre no, todavía no empecé Yo mi vida pública". Pero la Mamma no le escuchó y le dijo a los que estaban allí: "hagan lo que Él les diga", ¿mmm?, y después Él convierte el agua en un vino increíblemente bueno, miren que los italianos conocen el vino bueno ¿mmm?.
Bueno, este ejemplo que les sirva ¿eh?. Porque Jesús no iba a empezar todavía la vida pública, pero la Madre le dice: "Hijo, no podés dejar sin vino a esta gente, la fiesta recién empieza" ¿mmm?. Entienden con este ejemplo ¿cómo es María La Mediadora de todas las Gracias?. Quieran a la Madre, quieran a la Madre. Ámenla con todas las fuerzas a la Mamma Nostra. Es lo más grande que pueda pedirles.
Amén.
Menaaje del 10 de Septiembre de 2002
Quien no se acerca a Mi es porque no quiere, porque Yo nada le pido, nada, solamente que me abran su corazón, y es tan simple decir: "Jesús vení, recliná tu cabeza en mi corazón.