Mensaje del 04 de Septiembre de 2002

Habla Artemio:

Aquí estamos Señor en este día y a todos los días a que alcancen nuestra vida, porque no tenemos Señor otro oficio que el de amarte Señor, no tenemos otra actividad que ensalzarte Señor, de nuestros labios no salen otro canto que de alabanzas a vos. Por eso así pasan nuestros días parecen un poco grises o monótonos, pero en el fondo no hay grises ni monotonía, no hay nada que sea…, nada que sea simple o sin sentido. Todo esta dirigido a vos Señor. Todos los pasos de nuestro día, nuestras miradas, nuestros gestos, nuestras ilusiones, nuestros esfuerzos, nuestros trabajos, nuestros dolores Señor, nuestra impotencia ante un mundo que no quiere escucharte Señor ni quiere escuchar a tu Mamá tampoco. ¡Qué pena Señor!. ¡Qué pena!. Pero no falta mucho para que nuestros ojos vean, nuestros oídos oigan, nuestro boca pronuncie palabras hermosas que salen de nuestro corazón. Por eso Señor que aunque a veces estemos con la mirada un poco caída y tal vez un poco triste, eso no es motivo para que nuestro corazón no esté saltando siempre de una alegría infinita porque vos sos nuestro Padre, nuestro amigo, nuestro hermano, todo Señor. Todo.

Ven Señor Jesús. Ven Señor. No sé si vendrás vos o mandarás a algún emisario a decir las mismas palabras que vos querés decir. Ha venido Nuestra Señora, la Madre. La Madre.

Qué decían Señora aquellas mujeres que se…, que estaban cerca tuyo en el Camino del Calvario, le decían a Jesús: "bendito el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron ". Y ahora aquí Señora nosotros delante tuyo tenemos el vientre que llevó a tu Hijo y los pechos que lo amamantaron.

Dice María:

Si, es verdad, eso decían las mujeres y eso es cierto. Pero puedo hacer lo mismo con ustedes; háganse pequeñitos, tan pequeñitos como decía Santa Teresita, así Yo también podré llevarlos en mi regazo y amamantarlos con mis pechos; pero para eso Mis queridos, tienen que hacerse tan pequeños como lo era Jesús, tan pequeños, tan pequeños, no sólo de cuerpo sino también en todos los órdenes, entonces voy a poder tenerlos en mis brazos y amamantarlos. Y también quiero tener en mis brazos a todos aquellos que no me quieren, aquellos que me desconocen, aquellos que tienen una aversión por la Madre del Señor; pero mi regazo alcanza para todo y la leche que mana de Mis senos alcanza también para todos. Absolutamente para todos.

Entonces en este momento piensen en ustedes y piensen en todos aquellos que aman y quieren también que esté con ustedes en mi regazo.

Ahora Yo los estoy acunando suavemente, los estoy acunando porque son pequeñitos y me recuerdan al Niño, porque ustedes fueron creados a imagen y semejanza de Él, y toman también de mis pechos todo el amor de que una madre es capaz; Yo te estoy acunando, paso la mano por tu frente para borrar todos tus dolores, paso la mano por tu cuerpo para quitar todos los problemas que tengas, todas las enfermedades que tengas, paso la mano por todo tu cuerpo, estoy pasando la mano por tu cuerpo, mientras te acuno en mis brazos y mientras vos estás tomando el amor que sale de mis pechos, te estoy sanando en nombre de Mi Hijo, de todos los males del pasado y del presente para que puedas vivir en paz, para que puedas ser un buen hijo del Señor, para que nunca tu fe tambalee ni en los momentos más difíciles. Y si hay momentos en que te parece que te quedas como en blanco no es así porque ese blanco lo he producido Yo para llenarlo más con mi amor.

Tienen que entender. Tienen que comprender con vuestro corazón todo el amor que les tengo, y que esto de acunarlos en mi seno, no sea solamente por hoy sino que sea para siempre, todos los días, mañana, tarde, noche y trasnoche, acunándote siempre; eso quiere, decir sanando tus enfermedades, suprimiendo tus angustias, haciendo desaparecer tus cosas feas que quedaron del pasado, cuidando que nunca nadie te lastime ni nunca nadie te haga daño. Te estoy cantando canciones de cuna, te estoy diciendo las mismas cosas que le decía a mi pequeño Hijo para robustecer en vos la fe, la esperanza y la caridad. Fe, Esperanza y Caridad.

Mis queridos si los hombres pueden decir: "Mi Señora, Mi Madre me ha llenado con todas esas virtudes entonces yo puedo considerarme feliz, aunque no tenga pan para poner en la boca, ni agua para tomar, ni remedios para hacer pasar el dolor". Porque qué podría darles Yo sino todo el amor que una madre da a un hijo, pero con la diferencia de que quien les habla de esta forma no es otra que la Madre de Dios y Dios mismo. Por eso déjense mecer en Mis brazos. Déjense mecer, no tengan ningún tipo de temor ni de nada, duérmanse en Mi regazo que tendrán un despertar maravilloso, porque me ha hecho dormir la Madre del Señor. Entonces mi sueño será el más reparador de todos los sueños. Pero que esto no sea por hoy nomás sino que sea para todos los días por venir. Los días a que alcancen la vida de cada uno. Todo para mayor Gloria de Dios y para mayor felicidad de ustedes.

Amén

Canta Artemio:

Un ángel vino de los cielos y a María se anunció.
Un ángel vino de los cielos y a María se anunció.
Virgen Madre Señora Nuestra entonamos esta canción.
Te queremos tus hijos todos con emblema de salvación.
Un ángel vino de los cielos y a María se anunció.
Un ángel vino de los cielos y a María se anunció.
Virgen Madre Señora Nuestra entonamos esta canción.
Te queremos tus hijos todos con emblema de salvación…………