Mensaje del 23 de Agosto de 2002

Habla Artemio:

Yo dije señor que íbamos a hacer alabanzas, claro hay muchas formas Señor de alabarte, y creo que todo lo que dije fue una manera de alabarte. Hacer el elogio de la locura, que uno tiene, es una forma de alabarte Señor.

Dice Jesús:

Me gustan los que encienden una lámpara y la ponen para guiar a los que están en la oscuridad, ¡cómo me gustan esas personas que no se preocupan del tamaño de la llama pero encienden su lámpara para que los que están desorientados en la noche puedan seguir un buen rumbo!, ¡qué hermoso sería si a todos se les ocurriera encender una lámpara, nadie se perdería!.

Quien tiene oídos para oír que oiga.

Se hace un largo silencio...

Artemio dice

Cuando yo estoy así en silencio es porque el Señor me está diciendo unas cosas en privado, sigue el silencio.

Dice Jesús:

Bienaventurados los que encienden esa lámpara, nunca se fijen en el tamaño, lo único que hay que fijarse es si da luz, aunque sea muy pequeñita, pero eso de pequeña o grande lo digo Yo, no ustedes, porque a veces alguien puede perderse aunque haya un reflector encendido, y a lo mejor no se pierde a la luz de un fósforo, por eso no es cuestión de que ustedes estén pensando en el tamaño de vuestra la lámpara, eso en todo caso lo tengo que decir Yo, pero Yo sé que a ustedes no les preocupa medir el tamaño de la lámpara; y normalmente ocurre que aquellos que más alumbran no se den cuanta que lo hacen, no es que no piensen, no, no, no; no se dan cuenta que lo hacen, por una razón muy simple y sencilla, el tamaño de la llama está dado por el tamaño de la humildad del hombre. Eso es lo que hay que recalcar siempre, que la madre de todas las virtudes es la humildad, pero cuidado, que uno puede confundirse.

¿Se acuerdan de aquellos versos que dije en varias oportunidades?, "no exaltes tu nadería, porque entre verdad de falsía apenas hay una tilde y el ufanarse de humilde modo es también de ufanía". Y agrego algo que puede venir muy bien y que nunca me canso de repetir: "que el encanto de las rosas es que siendo tan hermosas, no conocen los que son", así está relacionado esto con la humildad, entonces a mayor humildad, mayor creencia en la pequeñez de la llama, en la pequeñez de la lámpara.

Santa Teresa de Jesús, una mujer ejemplar. Santa, con mayúscula; la aturdieron un poco quienes la guiaban, pero de tanta humildad en su lecho de muerte, le pregunta a su confesor: con todas las cosas que hice, ¿estoy dentro de la Iglesia todavía?, tanto estaba que se la nombró Doctora de la Iglesia, unas de las tres mujeres. Fíjense ustedes, una mujer que había surcado tantos espacios fundando monasterios y guiando a tantas otras personas a la perfección, habiendo escritos libros tan hermosos, como Las Moradas, todos son hermosos dije ese nomás; habiendo realmente trasformado toda la sociedad que la rodeó le pregunta al confesor: ¿estoy dentro de la Iglesia?. Porque los que están tan cerca de la ley, a veces, no siempre hacen creer a los demás que están fuera de la ley; por supuesto que me refiero a todo el concepto de ley que tiene el pueblo Judío y que por supuesto todos los Cristianos heredaron, porque vuestra cultura es Judeocristiana y Grecorromana, me refiero a ésta parte, no estoy hablando de los cinco continentes.

Volviendo otra vez al tema que nos ocupa, diariamente el hombre debería preguntarse: ¿que progresos hago en la humildad?, porque la humildad es como la conversión: no termina nunca; no decía San Francisco : que hasta el último momento de la vida todavía se manifiesta la conversión y en cuanto a la humildad siempre hay que revisar, no excederse en revisar, pero revisar, porque uno puede creer o estar convencido de que su vida es rectitud o sus acciones son muy humildes y no es así, y no es así, y la pena más grande es que aquellos que deberían dar ejemplo de humildad normalmente no lo dan, entonces no es justamente una virtud muy valorada tanto que algunos confunden humildad con tontés, humildad con achicarse demasiado, humildad con ser hasta casi tonto, bueno montones de formas; la humildad es reconocer según los límites del entendimiento, según el discernimiento que les da el Espíritu Santo y según el sentido común, hay que ver, y como en todas las cosas hay algo que sirve como parámetro, es decir para medir, que no se equivoca nunca. ¿qué puede ser?, ¿cual puede ser el parámetro para medir la humildad?, puede haber muchos, pero el Evangelio es muy claro por las obras los conoceréis; si quieren agregar que todo árbol bueno da frutos buenos, y todo árbol malo da frutos malos y agreguen todas las cosas que quieran porque hay montones para agregar, pero "por las obras los conoceréis"; ahora yo quiero ser claro cuando digo obras, no sea cosa que confundamos, ustedes vieron que lo fundamental consiste en no darse, no darse. Y muchos han aprendido muy bien que al dar cosas también se dan ellos, no se puede separar en algunas personas que han llegado a ese grado tal ya de perfección que al dar algo, cualquier objeto, también es una forma de darse a sí mismo.

¿Se acuerdan de cuando hablamos del dame dar?, como un pedido que me pueden hacer a Mí, dame dar, cuantos hay en el mundo que creen que dan pero no, ¡cuántos hay en el mundo que creen que aman, pero no!. ¿Estaría mal si vuelvo a repetir lo de la Madre Teresa de Calcuta que decía que hay que amar hasta que duela?, y vaya si a ella le dolía; pero vendrán los que razonan y usan argumentos a esto, pero también aquí lo de humildad, lo de dar, lo del dame dar, está en ese tercer nivel que hablamos tanta veces, que la mayoría no quiere entender. Es que le gente se va formando de una manera, ya les he explicado porque a veces el pensamiento de uno o pocos hombres pueden influenciar muy mal a la sociedad, en cuanto a la formación de todo, y entonces justamente algunos confunden la humildad.

En la palabra que leyeron seguramente parece que Sara no tenía humildad, ¿no?, al menos al principio.

Porque en esto también tengo que serles claro Mis queridos, si Yo te digo en la hora más serena de tu noche o cuando estás profundamente en alguna meditación y Yo te digo "vos sos capaz de esto", si Yo te lo digo debes creerme y no te ofendas porque no es ese mi objetivo, debes aplicar esto último también para vos, te ruego que no te ofendas porque lo que menos quisiera es llegar a rozar tu sensibilidad con una ofensa, pero lo que dije también vos tenés que tenerlo en cuenta, cuando yo te diga debes hacer esto o sos capaz para esto no lo dudes; vos está enamorado de Abraham, pues bien descubrí esto en él, cuando mi Padre le habla tenía todo en contra para aceptar lo que el Padre le dice, pero sin embargo él acepta totalmente sin ningún pero, pues bien, Yo hablo para todo el mundo, los cinco continentes y también hablo para ustedes y también hablo para vos.

No se te cruzó por la mente pero podría cruzarse, ¿por qué Señor cuando tenes que hacerme una observación me la haces siempre en público y no me la haces en privado?, no se te cruzó, hoy por lo menos, y tampoco fue observación, fue decir algo.

Acaso yo no digo que el amor es exigente, bueno empecemos por casa, pero también debo reconocer que sos humano ¿eh?, porque al decirte éstas cosas tenes tanto calor que estás ardiendo. Nadie se sienta mal ocurre que me gusta cuidar la obras de mis manos.

Amén.