Mensaje del 19 de Agosto de 2002

Dice Jesús:

Sería desagradecido si no lo dijera, bienaventurado aquél que hace posible que Mi palabra quede grabada por los siglos de los siglos. Bienaventurados.

Todo este día hemos estado conversando, hemos dicho tantas cosas, ya, Yo dije, vos dijiste...Se hizo como una especie de simbiosis hoy, porque ninguno de los dos nos separamos en ningún momento.

Yo te observaba cuando, buscabas en esos pequeños huevecillos, si había quedado allí enredada un poco de vida, y sí, encontraste mucha vida enredada que después tomó forma, sí, te observaba, y Yo dije para Mi, “he aquí, tal vez, un secreto que nadie puede entender, que sería la solución de todo, buscar la vida, incluso, en aquello que ya parece que está muerto”. Esta expresión tendrán que pensarla los sesudos hombres que analicen estas palabras. Tal vez el secreto de todo esté en buscar la vida donde parece que ya no existe, pero Mis queridos hay un realidad que tener en cuenta, para buscar la vida y encontrarla hay que amarla, así de simple y de complejo es el problema.

Yo veía que dabas un golpecito y ansioso mirabas si lo que había adentro aún respiraba. Y tenía en Mi mente la imagen de los millones de abortos que se hacen todos los días. Y por dentro me preguntaba:¿qué es lo que anda mal?¿qué es lo que anda mal que el hombre no pueda valorar la vida? Porque quien la valora, la valora en cualquiera de sus manifestaciones por muy pequeña que sea. Pero no había detrás de ese buscar la vida ningún interés de tener más animalitos o lo que sea, no; había un deseo muy fuerte de que la vida prevalezca sobre la muerte, después si eso se da en totalidad, no importa, pero la intención y el deseo así ansioso de buscar la vida me llenó de congoja.

Porque, si los hombres entendieran un poquito de Mi Misericordia, sabrían que gestos así, Yo los acumulo para dar la vida a otros, eso es lo que no pueden entender de Mi Misericordia, que al notar simplemente que el pulmoncito casi microscópico de un animal logre respirar, es recogido por la Misericordia para llevar la vida a tantos lugares; porque en primera y última instancia ¿no es eso lo que hizo Mi Padre?, cuando ordena los astros y las galaxias, separa la noche del día, y las aguas de la tierra, es decir, ordena. ¿Qué es esperar que un simple animalito respire?, buscar el orden también, pero eso puede pasar desapercibido para vos, pero para la Misericordia del Señor no, que acumula todo eso, y se vale de eso, para usarlo en montones de cosas. Pero no voy a decir que lo importante es sentir esa alegría y satisfacción cuando se ve que un poquito de aire entra en los pulmones de hasta una simple criaturita. Con que poco parece que se podría lograr el orden total, ¿no?, con que poco parece, pero tiene que sentirse, allá en lo profundo del ser, porque las cosas en el mundo se ordenarán cuando el hombre ordene su corazón, así de simple. Entonces podemos decir...”la boca reboza lo que sale del corazón”.

Cada uno en su lugar, cada uno en su puesto de lucha, cada uno en la tarea más pequeña, más grande que pueda hacer, el hombre puede estar edificando un mundo nuevo, totalmente nuevo. Los pequeños ejemplos aislados parecen ser que no sirven para nada, pero en la Economía Divina cuentan una enormidad. Porque repito, Mi Misericordia se vale de esas cosas para hacer tantas otras, pero no piensen que…, no importa que…, Yo ví, Yo supe, Yo no olvido.

Cuando regresen a sus hogares, piensen con el corazón...”estoy en el proyecto del Señor y él me está utilizando para hacer ese mundo nuevo en el cual casi nadie cree”, pero los que se han enloquecido con Mí amor están convencidos de que así sucederá. No busquen vueltas y vueltas, porque tarde o temprano la Verdad prevalece.

Se acuerdan de aquel poema: “puede una gota de lodo sobre un diamante caer y puede así de este modo su fulgor oscurecer”, ¿pero por cuanto tiempo?, eso está en Mis manos.

Los amo mucho. Ténganlo siempre presente, que los amo profundamente. Así como Mi Padre y el Espíritu Santo, es decir la Trinidad y por supuesto Mi Mamá.

No siempre, pero hoy Mi Mamá quiere que les diga lo que les dijo tantas veces ya: “háganse niñitos pequeños, pequeños y esta noche cuando se acuestan piensen que ella los tiene en sus brazos como me tuvo a Mi”, y les dice:...arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Ese canto es nada menos que de Mi Mamá, la Madre de Dios y Dios mismo. ¿No les gusta dormirse con ese sonido?, ¿con ese canto de cuna? . Arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Y todo esto continúa en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

Se hace una pausa...

Habla Artemio:

Ya me estoy durmiendo, es decir, estoy pasando al otro lado.

Mi alma engrandece al Señor y se alegra mi espíritu en Dios mi salvador, porque fijo sus ojos en la pequeñez mía y en adelante me llamarán “bienaventurado todas las generaciones”.

Señor, en esta tarde que ya cayó, cuando el sol ocultó su luz al girar la tierra, cuando todo llama a sosiego porque la noche es el momento, o el tiempo del descanso, el tiempo de reponer energías, y el tiempo en que estamos más cerca de ti Señor, muy cerca de ti, por que al dormirnos somos como ángeles, no hay en nosotros ningún tipo de malicia ni nada que no sea bueno.

Ven Señor Jesús, ilumina nuestras almas y dale a cada uno del grupo de oración todos los dones y carismas que vos consideres oportunos y necesarios, es decir, para que cada uno pueda usarlo en bien de los demás, en bien de los hermanos.

Como dijiste ayer Señor en tus palabras: “ser todo para los demás sin dejar de ser uno”, es decir, tenemos que conservar la autoestima, tenemos que conservar todas aquellas cosas necesarias para poder servirte cada día mejor.

Señor, estoy delante de tuyo Señor, delante de tu Mamá y de muchos Santos y personas. Señor, perdona todas nuestras faltas, todas nuestras omisiones, y si estamos tranquilos es porque atendemos aquello que ya decía el profeta Isaías: “ bienaventurados aquellos a quien el Señor perdona sus pecados, pero más bienaventurados aún, aquellos a quienes Dios ya no tiene en cuenta sus pecados”. Toda nuestra vida Señor, es un arrastrarse entre los yuyales, entre las piedras, entre las espinas y quedan en nuestro cuerpo Señor grabadas las marcas de todas las cosas que el mundo tiene. Y estamos a pesar de eso felices Señor porque estás vos con nosotros, estás totalmente con nosotros, más allá de nuestra pequeñez y más allá de todo lo precario o malo que puede haber en nosotros.

Danos Señor, la paz y la felicidad que solamente vos podés dar, solamente vos podés dar. Porque nosotros te amamos Señor y sabemos que ese amor es recíproco. En tantos momentos del día Señor, no sabemos si, nuestro ser termina…, en que lugar termina y donde comienza el tuyo el amor que te tenemos Señor, a pesar de nuestra precariedad y nuestras deficiencias, y de todo lo que no haya bueno en nosotros.

Dice el Señor :

Para estar junto a Mi, no miren vuestras precariedades ni nada, estén simplemente. Yo supliré todo aquello que no sea lo justo y lo correcto.

Estos actos de amor que ustedes manifiestan no importa cuanto sean, pero la Divina Providencia, Mi Misericordia utiliza todo esto para un mundo doliente, un mundo fastidiado ya de esperar sin poder tener esperanza, un mundo que está tan cerrado a todas Mis cosas que parecería que no son Mis creaturas, sin embargo Yo los creé a Mi imagen y semejanza. Todas las cosas entornen…, entonen un himno de alabanza.

Alguien en algún lugar la de la tierra está invocando Mi nombre por todo y para todo y en consecuencia todo eso es aprovechado para la redención de la especie humana.

Habla Artemio:

¿Que me estás queriendo Señor decir con lo que me estás mostrando?: montañas y adelante de ellas, lagos, agua que viene y se diluye en la arena y las piedras de la orilla, y viene con fuerza, ¿que me estás queriendo decir Señor?. Las montañas están como nevadas, aunque, no hay sol, sino que la luna esta radiante y el agua se estrella en mil formas de brillos diferentes.

Dice Jesús:

¿Qué te quiero decir con esto Mi querido?, así, como la inmensidad de estos lagos, agitados por el viento, pero con las montañas detrás inconmovibles, es una manera de mostrarte a toda la humanidad.

Quiero decir lo siguiente...: todo lo que sea montañas nevadas, aunque no tanto, todas las plantas cubiertas de un manto... Te estoy queriendo decir que a pesar que los hombres están agitados y se estrellan en la playa, en medio de mil guijarros, y vuelven a estrellarse, y vuelven a estrellarse como si no aprendieran la lección, y vuelven a estrellarse para volver otra vez al origen. Esa seguridad que dan las montañas, esa seguridad, es la seguridad del Plan Divino que a pesar de todo la confusión que producen en la Tierra los falsos profetas, los profetas de la decadencia, a pesar de todo, la gracia, la Misericordia, y todo lo referente a la Providencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo se mantienen firmes e inamovibles, dándole seguridad a quien contempla todo, de que todo eso firme permanecerá a través de los tiempos, a pesar de la agitación de las aguas que quieren estrellarse sobre las playas pero vuelven otra vez para tomar impulso y volver a estrellarse, volver estrellarse. Pero es todo en la superficie, porque más allá de cincuenta centímetro o un metro, el agua está inmóvil.

Es evidente que el agua representa a todos los hombres, pero hay una buena cantidad especialmente que por su ansiedad, por su impaciencia, por su impotencia quieren correr fuerte, pero aunque corran fuerte las espera la playa, y esa playa está allí también inamovible. Y el agua retrocede y vuelve a tomar impulso y se desgrana entre las guijarros de la orilla, y vuelve a tomar impulso en una tarea de nunca acabar y en una tarea totalmente inútil de querer sobrepasar los guijarros de la playa. ¡Que pena!, que no lo entiendan. ¡Que pena!. Y cada uno dentro de ese oleaje va armando su mundo, un mundo lleno de utopías. Pero los hombres más allá de todo lo que se ve, están firme y fuertes, porque Mi Providencia los mantiene así.

Alaben al Señor porque es bueno, porque hizo tantas maravillas y las sigue haciendo; cada día esperen en ustedes cosas nuevas que aunque no las noten aparecen igual, hasta que irrumpen con fuerza y entonces las focalizan. No piensen demasiado sobre esto, Yo les pondré delante todos aquellos que necesitan de Mi para volver empezar. Es una forma de decir, todos los días el hombre vuelve a empezar, todos los días. Y como decíamos ayer, cada día debe empezarse como nueva esperanza, que sintetizábamos en esto, no cuanto me odiabas ayer, no cuanto, no podías digerirme ayer, no, eso fue ayer; hay que pensar cuanto podemos amarnos hoy. Si este principio se aplicara en los hombres todos los problema se solucionarían; no cuanto me detestabas, no cuanto me odiabas ayer, sino cuanto me amas hoy. Todos y cada uno debe pensar que esto así simple es uno de los pilares que transformará la vida de todos los hombres en la tierra.

Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, en el nombre del Señor. Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya en el nombre del Señor.

Estoy junto a Mi Mamá y a todos los Santos.

He tomado totalmente tu alma y tu cuerpo y en este momento no sos vos. Soy Yo, que encontró un corazón abierto donde quedarse para siempre. Ya no estás más en condiciones de seguir hablando, no puedo usar tu voz que apenas es un hilo. Pero no te preocupes, todo está bien, todo está demasiado bien. Y mientras pasen estas cosas tengan la seguridad de que el mundo permanece en pie, sin tener nada que temer.

Finaliza la grabación...