Mensaje del 12 de Julio de 2002

Dice Jesús:

Es cierto lo que dijiste: “Yo soy la Luz del mundo, quién esta a Mi Luz puede caminar tranquilo porque no tropezará”.

Es cierto todo lo que dijiste sobre Pedro en el huerto de Getsemaní, es cierto, pero debemos comprenderlo porque él aún no había recibido el Espíritu Santo, entonces el no podía razonar tan bien. No, no, no quiero justificar el haberme negado, pero se explica que los seres humanos al tener, por supuesto naturaleza humana, hacen muchas cosas a veces de las que después se arrepienten para siempre, pero no es cuestión de amargarse cuando uno hace algo mal, denme a Mi todo lo mal que hicieron, Yo me encargo, me encargo, no se preocupen y no tengan cargo de nada, pues si me lo dan a Mi ya es Mío.

Y también es cierto lo que dijiste sobre las horas de la Misericordia, son tan pocos los que la tienen en cuenta y de esos pocos…, algunos a medias, todo muy bien, incluso cuando hay que dar algo, pero no tan bien cuando hay que darse. El otro día decíamos: dame dar, que en última instancia es dame que yo pueda darme, es decir haceme ese regalo, dame para que yo pueda darme, porque con cualquiera que uno hable o con cualquiera que uno tenga relación siempre el otro se da cuenta cuando uno da o se da; ¿el darse significa estar siempre en una posición suavecita y blanduzca, donde cada uno hace lo que quiere con nosotros?, nooo, no, no, no, no, no, también uno se da cuando dice que no, cuando dice que no a tantas cosas que deben decirse que no.

Ahora bien, y hay que volver sobre aquél tema que a vos te preocupa y a Mi también, no se le puede pedir al hombre que ame a sus semejantes si ese hombre aún no maduró afectivamente, así como se dijo aquí que un jovencito de quince o más años, que está descubriendo su propio ser, esta muy ocupado en sí mismo y no puede ver a los otros; ahora, cuando en el hombre pasan los años y sigue tan ocupado en sí mismo sin ver a los otros, es un hombre que no maduró y en consecuencia, no le podemos pedir que ame a nadie porque todavía se esta amando a sí mismo y es penoso eso, porque siempre, en general se está bien informado sobre todas las cosas que pasan en el mundo sobre, sobre todo en general, pero en cuanto a cómo están madurando nuestros sentimientos y nuestras emociones ¿mmm?, en eso siempre hay deficiencia en el ser humano, entonces las consecuencias son las de no ver a quién tiene cerca como objeto de amor.

Es una gran pena, pero cuando uno va creciendo y ve que tiene los mismos pensamientos que tenia cuando quince, dieciséis, veinte años y no sale de eso, tiene que alarmarse un poco y pensar que hay que crecer, hay que crecer afectivamente, en todo se madura, menos en los afectos. ¿Quieren una prueba mayor?: ¿cuántos en el mundo no son celosos?, piensen si una persona es celosa significa: no estoy seguro o segura de quién tengo a mi lado, es decir soy una persona todavía tan jovencita en mis afectos, que todavía no superé todas esas cosas; es cierto que dicen que un poquito de celos está bien, porque lo que uno quiere lo quiere para uno, sí, un poquito, así como el amor propio, un poquito.

Bueno, si entonces descubrimos en nosotros ver a los demás tendremos que aprender, tendremos que aprender y en esto nadie se crea seguro de su posición, hasta diría Yo que a veces en la misma pareja pasa que no se aman sino que uno quiere del otro lo que el otro puede darle, pero no lo ama ¿mmm?, entonces esa es la posición de un jovencito que todavía se está buscando a sí mismo. Querer a otro por lo que otro puede darme es algo terrible, es no haber entendido nada de esto que estamos hablando ¿mmm?, por supuesto que hay que revisar la vida pasada, a cada uno, como decimos: le fue de una manera y obra en consecuencia, por lo tanto cuando uno ya está crecidito tiene que pensar: ¿todavía soy un adolescente que procedo de esta forma? ¿mmm?.

Te acordas cuando en el aula vos decías: sé quién paso en moto por la calle, ¿por qué?, porque hacía un ruido con el escape terrible, es claro, ese jovencito quería hacer notar que el estaba allí, es decir estaba mirándose a sí mismo ¿mmm? y no le importaba un comino si se cruzaba un chico en la esquina.

Entonces estos pensamientos para que mastiquen un poco, hombres de todas las latitudes a quien van dirigidos estos Mensajes, revisen vuestros sentimientos y vuestras emociones, no sea cosa que se encuentren con un apenas jovencito, que todavía no salió del cascarón ¿mmm?. Revisar todas estas cosas, revisar todas estas cosas, no podemos hablar de amor a los demás cuando todavía no superamos el amor a nosotros mismos.

Saquen de esto todas las conclusiones que quieran y se van a enriquecer mucho, eso sí, sean valientes como para asumir lo que deduzcan de ustedes mismos, sean valientes porque en una de esas han perdido ya mucho tiempo y en cuestiones de amor es tan valioso el tiempo; se dieron cuenta ustedes que cuando falta alguien de lo que más uno se preocupa, de no haberle dado todo el amor que debí haberle dado, eso es lo que preocupa a los seres humanos cuando van camino al cementerio a llevar a sus seres queridos: ¿le amé lo suficiente?, ¿le amé de veras?, ¿le amé como padre, como madre, como hermano, como sea?, ¿le amé de veras o me quedó casi todo dentro de mi?, y si le amé… ¿se lo dije?, porque uno puede amar a muchos pero no decirles nada.

Por eso no tengan miedo a ser mal interpretados, cuando aman a alguien díganselo: te amo o te quiero, o lo que quieran pero háganselo saber, no den por sobre entendida una cosa, no les resulta sugerente las preguntas que le hice a Pedro: ¿Pedro me amas? ¿mmm?, si hay algo que tienen que cuidar en la vida es cerrar el balance final habiendo amado lo más posible, empezando por vuestra familia, vuestros hijos y nietos y los que están cerca, porque de nada vale querer a los que están lejos y reventar a los que uno tiene al lado.

Tengan en cuenta todas estas cosas, está en el Evangelio claro, pero Yo se las estoy diciendo de otra forma, de otra manera, escúchenme ¿saben?, porque si me dicen que me aman, pues bien estas cosas me gustan y uno siempre hace lo que le gusta a la persona amada.

Amén.