Mensaje del 08 de Julio de 2002

Habla Artemio:

08 de Julio de 2002.

Dice Jesús:

Te diste cuenta Mi querido, que cuando vos estabas hablando, no eran tus palabras, eran las Mías. Eso siempre busqué Yo y en los últimos tiempos se está dando en forma total, se dio siempre pero últimamente se da en forma total. Es hermoso que vos me des lugar dentro de vos y que Yo diga realmente todo lo que quiera. Por eso, quién escucha no sabe dónde terminan tus palabras y donde comienzan las Mías, porque soy Yo mismo el que está hablando, que hermoso ¿no? y te has dado cuenta que has repetido la palabra hermoso un montón de veces hoy.

Habla Artemio:

¿Y hago mal en eso?.

Dice Jesús:

Si algo es hermoso, es hermoso y digámoslo tantas veces se nos ocurra. Porque tenemos que cambiar de adjetivo si tenemos uno a mano que dice tanto.

Entonces seguimos con todo esto.

Has visto como parecería como si se demoran un poco, vos sabes a quién me refiero, es una pena porque se están privando y privan a los demás de mucha belleza, de mucho amor, se demoran como si tuvieran todo el tiempo del mundo, Yo estoy convencido de una cosa, cuando hay algo bueno que comunicarle a los demás, no hay que esperar mañana, hay que decirlo hoy, ahora, ¿por qué?, porque mañana a lo mejor ya no es oportuno o es demasiado tarde. Ese es un problema que Yo siempre he visto en tanta gente, el problema de la inoportunidad.

Yo no puedo esperar el secar las lágrimas de alguien que llora, tengo que sacar el pañuelo y enjugarlas, no puedo decir: dentro de quince días vení que te voy a secar las lágrimas, no, estaría desubicado y además si tengo algo hermoso que contarte, tengo que decírtelo ya nomás porqué te voy hacer esperar, quien me autoriza a Mi a guardarme las cosas lindas sin participarlas.

Valga esto para todos y para todos los hombres de la Tierra, si tenés alguien cerca a quien amas, decíselo, no esperes mañana; si tenes alguien cerca que ayudar, no esperes decidirte en algún momento, como si en algún momento cambiarán las cosas, tampoco es cuestión de adelantarse demasiado porque sería inoportuno, no es bueno, pero normalmente cuando uno tiene algo lindo que decir, siempre se es oportuno, hay que tratar de… bueno ubicarlo adecuadamente lo que se dice, muy bien, pero decirlo, decirlo, la vida es corta, el tiempo pasa, por qué privar a cualquiera de un momento de gozo ¿mmm?. En la Misericordia, que es el amor obrando, nunca hay que demorarse.

En cualquier cosa nos alegra el encuentro del que necesita, del que sufre, del que no está bien, de… pero tampoco es cuestión de forzar una situación, aquello de que háganse de amigos para que los reciban… es muy importante, forzando algo no se consigue nada, pero hay que hacer el clima propicio y favorable; es como pensar: qué tristeza que tengo, y el sol está brillando y la brisa es tenue y todo es suave y acogedor, no hay que desentonar, hay que elevar el alma hasta esas manifestaciones exteriores de la belleza que puede tener simplemente el brillo del sol, una nube que pasa, el pasto que crece.

Es decir, el hombre tiene que vivir como fuera del tiempo, porque si vive de acuerdo a lo que hablamos siempre, no tiene necesidad de entrar en el tiempo y mucho menos cuando habla del amor, el amor debe ser continuo, debe ser inalterable, debe… ¿y si el amor no es correspondido?, ¿y si uno ama y no es correspondido el amor?, ¡oh! pero no importa, no importa porque el amor en sí mismo es plenitud total y si no es correspondido bueno pues bien, la otra parte cuánto se pierde, cuánto se pierde, porque vieron que en la vida parece que perdemos o ganamos, pero depende siempre de nuestra actitud, siempre ¿mmm? Muchos no entienden como ante un dolor fuerte o ante el aleteo de una mariposa, uno puede decir: yo te alabo Señor, yo te alabo; alguien puede preguntarse: pero ante una mariposa que aletea ¿se puede alabar al Señor?, pero ante un dolor atroz ¿cómo alabar al Señor?, dichosos aquellos que en los dolores grandes puede salir de su corazón: ¡alabado seas Señor!, porque en ese mismo instante todo el amor que está en Mi y en Mi Padre y en el Espíritu Santo y en Mi Madre se centuplica y se derrama sobre aquello que causó dolor y lo repara, lo arregla, lo mejora y a lo último deja de ser dolor, ¿por qué?, por una razón muy simple, el alma ha crecido como para decir: ¡alabado seas Señor!, aunque un cuchillo esté taladrando, entrando en tu carne.

Para los ojos corrientes esto seguramente es una estupidez, para la dimensión divina esto es la vida, es la vida. Ahora muchos no dicen: alabado seas Señor, pero con su actitud y con su proceder lo dicen también. Pero ustedes dirán: pero ¿cómo es posible que el Hijo de Dios y Dios mismo haga alegrar a alguien porque está sufriendo mucho?, pero esta fomentando una enfermedad que es disfrutar del dolor. No, no, no, una cosa es estar enfermo y otra cosa es poner mi dolor delante de los ojos del Señor, porque cuando uno sabe que lo aman pone delante de sí lo que tiene y sabe que el amado restaura las cosas y sana las heridas; ¿quedan cicatrices?, y… quedan cicatrices claro, pero cuando uno vivió ofreciéndolas, a uno le encanta contar las cicatrices; ¿es un placer morboso alegrarse por los moretones que uno tiene en el alma contraídos a través del tiempo?, noo, si uno contabiliza esos moretones en el alma para dármelos a Mi, que soy especialista en diluir moretones.

¡Que hermoso Mis queridos! es todo esto que estamos hablando, tan hermoso que Yo no sé sinceramente dónde termino Yo y dónde empiezan ustedes, no lo sé, no, no lo sé, eso me llena de una enorme satisfacción ¿por qué?, hace falta decirlo que es como la cosecha del amor, ya el amor es grande pero si además hay cosecha del amor quiere decir que uno amontona amor sobre amor. No es fácil hablar estos temas con cualquiera, no, no, no, no es fácil, porque se tienen conceptos diferentes y se hacen trueques normalmente con los afectos, tanto por tanto, mientras que cuando uno no mide lo que da ni se preocupa si se lo van a devolver, entonces entra en una dimensión tan hermosa que no puede sentir nada malo por nadie.

No Mis queridos, trueque no, amen profundamente, amen, amen, si son correspondidos pues bien, ¡alabado sea el Señor!, si no lo son más alabado todavía, porque hay que hacer, hay que ser muy valiente para amar cuando te están despreciando pero qué hermoso que es, cuánto se crece y cuánto acumula el alma de gracia para seguir sobreviviendo en los días que a veces hay sequía.

No quiero hablar más hoy, sigamos en este dialogo así interior, así como adormecidos en el mismo objeto, así como cuando se pasa la mano sobre alguien que se ama se siente algo tan especial. Bueno entonces, entonces sentí Mi mano, no solamente en tu piel, sino en tu corazón y cuando te parezca que eso va a durar poco, que pueden estafarte, que, que a lo mejor ya mañana no lo tengo, sonreí y pensá: nooo, este es el amor para siempre, nadie me lo va a quitar, nunca me lo van a quitar, jamás me lo van a quitar, porque Jesús no me engaña nunca.

Los amo. ¡Oh! si los amo.

Amén.