Mensaje del 29 de Junio de 2002

Habla Artemio:

Jesús está acá con nosotros y también están todos los Santos y familiares de ustedes, cuántos che, se ve que no cobramos entrada por eso vienen tantos, bueno en serio Señor ahora.

Dice Jesús:

“Ámense unos a otros como Yo los he amado”.

¿Quién te dijo a vos que Yo soy triste, que no me gusta la risa y que algunas cosas pueden decirse en broma?, en los Evangelios no hay muchas cosas graciosas, pero Yo las he dicho, además tienen que entender esto, la alegría, la forma de manifestarla es riendo, ya sé que se te cruzó por la mente, sí, que todavía no me conoces los dientes, lo único que no me conoces porque nunca me he reído con la boca abierta, siempre he sonreído.

Bueno, Yo estoy muy contento por tenerlos aquí a todos ustedes, cuando somos menos, poquitos, digo largas charlas, largas Revelaciones pero a ustedes no los quiero aburrir con eso, en todo caso véanlas por Internet.

Si quiero decirles, que pueden regresar a vuestros hogares sabiendo y estando convencidos que Yo los he escuchado, que Yo he tocado cada uno de vuestros órganos, que Yo he acomodado cada uno de vuestras vértebras y he revisado todo vuestro sistema circulatorio, respiratorio; he mirado vuestro pasado, he tenido en cuenta todas las cosas malas que quedaron mientras estaban en la panza de mamá, pero no por eso vamos a reprocharle nada a papá y a mamá, ellos hicieron lo mejor que pudieron, a veces no, a veces no hicieron bien las cosas, pero ofrézcanmelo. He revisado todas vuestras penas, vuestros dolores, todas aquellas cosas que quieren disimular pero que conmigo no pueden ¿mmm?, porque Yo vine a dar el Mensaje pero también vine a sanarlos.

Yo estoy fuera del tiempo, para Mi no hay pasado ni futuro, todo es un continuo presente y he llegado aquí en medio de ustedes, como si un barco hubiera llegado a orillas del lago, esperando a toda la gente que buscaba sanarse.

Todas las veces que puedan repitan las sanaciones, ustedes mismos, invocando Mi nombre, poniéndose las manos adonde les duele, ¿saben?, Yo quiero que ustedes sean felices, Yo quiero que disfruten de la vida, de las cosas diarias, de las pequeñas grandes cosas; Yo quiero ser un compañero, un amigo, vuestro paño de lágrimas, quiero ser todo para ustedes, lo mismo dice Mi Mamá. Aquél que está triste y apesadumbrado, que espera para recostarse en Mi pecho y decirme: Señor ten piedad de mi, recuéstense sobre Mi pecho, refúgiense en Mis heridas, métanse adentro todas las veces que quieran y díganme: Jesús ten piedad de Mi. Si pierden un familiar o lo perdieron, si tienen un dolor muy grande y no pueden sacarlo de adentro, díganme con fe: Señor ten piedad de Mi. Si mañana no tengo para comer, si me falta el trabajo, si la persona que me tiene ocupado es déspota y malvado con vos, refugiate en Mis heridas y decime: Jesús ten piedad de Mi.

Tené en cuenta que a Mi Papá no lo podes ver, al Espíritu Santo más o menos pero podes sentirlo, pero a Mí sí me ves, me ves todas Mis heridas de las que todavía salen sangre, linfa; ¿y para qué?, para pagar las deudas de los hombres. Decime que aplique Mi Sangre Preciosísima sobre lo que a vos te duele, o sobre tu enfermedad o la enfermedad de tu papá, o de tu mamá o de cualquiera, decímelo, teneme confianza, soy tu amigo, tu hermano, tu confidente, tu paño de lágrimas, soy tu almohada, soy el agua que tomas, soy el aire que respiras, soy la sangre que corre en tus venas, ¿y vas a tener temor en decirme lo que te pasa?. Entregame todas tus cosas, te prometo perdonar todo, pero no creo que tenga tanto que perdonar, si vos estás aquí es porque me amas si no, no estarías aquí, alguno me amará más, otro menos, pero no importa, Yo los amo a todos y les prometo estar siempre junto a ustedes, siempre, hace milenios que los tengo en Mi corazón y será todo esto por una eternidad porque Mi amor es para siempre.

¡Vamos!, sacá todo lo que no te guste que tenés dentro de vos, sacalo todo, hace un atado con eso y dámelo, quedate limpito, Yo soy tu Dios y tu Señor, pero también soy tu hermano, tu amigo, tu compañero, tu confidente, tu paño de lágrimas, soy el pasto que pisas, soy la frazada que te cubre del frío.

Hijo Mío no temas, Yo estaré con vos hasta la consumación de los Siglos, si hay alguien que nunca te va a fallar ese soy Yo, porque te amo y vos también me amas si no, no estarías acá, Yo te agradezco todo ese amor, te agradezco mucho todo ese amor que me tenes porque Yo también lo tengo por vos.

Que nada te turbe, que nada te ponga intranquilo ni fastidioso, apoya tu cabeza en Mi corazón y todo mal pasa, no me niegues tus cosas, dámelas, Yo estoy ansioso para tenerlas. De aquí ahora en adelante, vayas donde vayas, hagas lo que hagas, Yo estoy con vos siempre, siempre estoy con vos, nunca pienses que te abandono, en consecuencia podes estar en paz, tranquilo y feliz.

Mi Madre quiere despedirlos como hace siempre, para que esta noche cuando ustedes estén por dormirse, piensen que son bebés de pecho, Mi Mamá los tiene, los acuna y les dice: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón. Mi Madre te tiene en los brazos, te aprieta contra su corazón y te da toda la vida y siempre te está diciendo: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón.

Amén.