Mensaje del 24 de Junio de 2002

Dice Jesús:

Estamos en días un poco difíciles, ¿por qué?, porque hay mucha gente enferma y entre todas las personas que están enfermas evidentemente que no están en plenitud ni para su trabajo ni para nada.

No quiero extenderme demasiado con ustedes hoy porque estos días me parece que he hablado mucho, pero Yo les repito una y mil veces que tengan confianza, que se muevan con absoluta tranquilidad en el mundo, que vayan y vengan tranquilos y felices porque el Señor los está cuidando siempre el Señor va adelante, va detrás, va a la derecha y va a la izquierda, si alguna cosa no pasa todavía, pero podría pasar y seguramente pasará más adelante es necesario tener una profunda fe para contrarrestar todas aquellas cosas que realmente nos hacen daño, seamos dóciles Mis queridos, seamos dóciles a las sugerencias del Espíritu Santo para poder hacer las cosas bien, seamos dóciles a la palabra del Señor para no hacer ninguna cosa que sea inconveniente.

Ven Señor Jesús, ven Señor Jesús, digan con frecuencia: ven Señor Jesús, ven Señor Jesús y llena mi alma con el fuego de tu amor, eso deben repetir muy seguido porque además de santificarlos los libera de todos los problemas que tienen y además les prepara cosas hermosas porque nunca hay que pensar que ya es tarde o que perdí un día o dos para hacer las cosas, no, el Señor se encarga cuando quiere y como quiere de hacer lo que a Él le parece, ¿eh?.

Sean conscientes Mis queridos, hagan las cosas como si vivieran un día o diez mil días, estén siempre alertas para que el maldito no les infunda miedo y temor, no le den entrada al maligno que les aconseja siempre torcido sobre todo en las cosas fundamentales; y vuelvo a repetir lo que les digo siempre Mis queridos: "ámense unos a otros como Yo los he amado", "ámense unos a otros como Yo los he amado". Ahora yo los amé hasta la muerte y ¿que hay de ustedes cuando están en las diversas tareas dirigiendo máquinas o… o cualquier cosa que puede ser peligrosa?, invoquen presencia del Señor para que todo peligro desaparezca.

Yo los amo siempre, a la noche y a la mañana, durante el día y al atardecer, pero siempre los estoy amando. ¿Como uno puede querer que aquellos que ama sientan temores, angustias, tribulaciones?, no.

Los amo tiernamente, los quiero mucho y les regalo hoy la sanación de los miedos.

Amén.