Mensaje del 22 de Junio de 2002

Habla Artemio:

Hasta que vos hables Señor, antes que vos hables Señor yo te quiero decir gracias, ¿por qué?, Señor hace siete años más que venís siempre, lo mismo que tu Mamá y los Santos y cada día Señor que uno te ve allí sentado, es como si fuera la primera vez Señor, es como si fuera la primera vez, porque uno siempre le gusta volver a ver a aquellos a quien ama y de los cuales uno se siente amado.

Todos son libres de creer o no creer que está Jesús allí, aunque algunos algo ven o mucho, pero Él está y está con sus heridas sangrando todavía desde hace dos mil años, y ¿por qué esa sangre?, para seguir pagando las penas, para seguir pagando las deudas nuestras y de nuestros antepasados.

Traten de pensar, el mismo aire que estoy respirando, es el aire que respira Jesús y los Santos, este calor que estoy sintiendo, es también del Señor y de su Madre; ustedes terminarán la reunión y se irán, pero llevan con ustedes toda la carga de gracia que les da el Señor. Cuánta gracia y también milagros, hay milagros que se ven enseguida y hay otros milagros que se ven con el tiempo.

¡Jesús!, que bueno que sos con nosotros, sos el Hijo de Dios y Dios mismo y te dignas sentarte aquí con nosotros como uno más y no solamente eso sino hablarnos y antes de eso pasar sanándonos Señor, todo nuestro ser, que hermoso Señor, que hermoso. Nunca viviremos lo suficiente para agradecerte Señor todo.

Dice Jesús en este día 22 de Junio.

Dice Jesús:

Me gusta tenerlos cerca, me gusta pasar Mis manos por vuestro cuerpo para sanar todo lo que no esté bien, me gusta, me gusta serles útil, de qué valdría un Dios de amor que no le manifestara el amor a sus hijos.

Yo he pasado Mis manos por todo vuestro cuerpo, he mirado cada cosa de vuestro espíritu, he sanado todo lo que heredaban de los antepasados y que no era bueno, también he ido hasta vuestras casas, he ordenado lo que no estaba en orden, he sacado todo lo malo que había en vuestras casas, asi que cuando hoy lleguen, piensen: todo lo malo que había aquí ya estuvo Jesús sacándolo, entonces puedo entrar en paz en mi casa, dormir tranquilo en mi cama y saber: el Señor está conmigo. Yo sé que algunos están pensando: ¿cómo podré hacer para que mi esposo me entienda más, me comprenda más, me de más cariño?, se que hay quien está pensando eso, se que algunos están pensando también que su situación material no es lo ideal, que están haciendo muchos esfuerzos para poder seguir.

Veo todo eso Mis queridos, veo todo eso porque los amo, entonces les digo: no tengan miedo, mientras Yo estoy en vuestras vidas, no tengan miedo. Si alguno todavía no me dejó entrar en su corazón no se demore porque estoy golpeando la puerta para que me dejen entrar, ¿y qué te pido a cambio Mi querido?, nada, absolutamente nada; que tengo que ir a hacer una confesión por…, no, no te lo pido; que tengo que ir a contar…, no, no, nada, nada; que las cosas que yo hice son muy malas y vos no me perdonas…, noo, estas equivocado, mientras más cosas difíciles y feas hiciste, más me agrada abrazarte contra Mi corazón y darte toda la paz que necesitas, Yo no vengo a castigarte Mi querido, Yo no vengo a ponerte pruebas, Yo no vengo a hacerte daño, Yo vengo a amarte y hacerte la vida más fácil.

Si la vida no te es tan fácil a veces, mira muy bien, que vos la podes complicar con cosas que no son buenas, pero no te la complico Yo Mi querido, porque Yo te amo, te amé desde siempre, te seguiré amando, lo mismo que Mi Madre, Mi Papá, el Espíritu Santo.

Si tenes algo que juntar en tu interior que te molesta, juntalo y dámelo, no te lo lleves, dejalo acá, dejalo aquí conmigo, Yo lo voy a quemar con el fuego de Mi amor y Mi Mamá con la llama que sale de su Inmaculado Corazón; dame tus penas querido, dame tus penas, dame tus angustias, dame los malos tratos que te produjo tu marido, dámelos todos a Mi, dame todas esas palabras fuertes que te dijo, dame todo aquello que te hacen y a vos no te gusta, tengo una ganas, unas ganas muy grande de abrazarte y decirte: todo tu pasado feo está borrado, ya no está, está conmigo, te quité todo tu pasado feo, te quité todos los golpes que te dieron, te quité todas las angustias de tu niñez y de tu juventud, te quité todos los sufrimientos, no te queda nada de malo y en todos esos lugares vacíos que quedaron los llené con Mi amor. ¿Y qué te pido a cambio?, nada, ¿qué te exijo?, nada.

Mis queridos vuelvan a vuestra casa pero, piensen que ya no están mas las penas en vuestro corazón; piensen que aquellos dolores van a desaparecer o ya desaparecieron; piensen que aquellas enfermedades que a lo mejor se estaban gestando y ustedes no lo sabían, Yo ya las borré; piensen que vuestros familiares, por aquellos que ustedes se preocupan, ya está solucionado el problema. ¿Y cómo será mañana?, no pienses como será mañana, si estas conmigo siempre mañana no te debe importar, porque Yo me encargo de tu mañana.

Cuántas veces más queres que te diga que te amo, cuántas veces más para que te convenzas y puedas decirles a los demás: ¡Jesús me ama!, me ama desde siempre y para siempre, no tiene en cuenta las cosas malas que yo hice, nada, nada, porque ya lo quemó todo, todas las cosas malas que yo hice ya no existen, porque el Señor me ama y Él me ha limpiado de todo.

Y esta noche cuando te vayas a acostar o antes, o cuando te despiertes en la noche, no te olvides nunca que al lado de tu madre si todavía, si todavía la tenes o si no la tenes está también la Mía y que no hay una sola noche, ni una sola, ni una sola noche que ella no te tome en los brazos y como si fueras un pequeñito te vuelva a decir aquello que te hizo feliz siempre: arrorró mi niño, arrorró mi sol, arrorró pedazo de mi corazón, arrorró mi niño….

Los amo, los amo tiernamente, Mi Madre los ama, Mi Padre los ama, el Espíritu Santo está siempre disponible para darles todo lo que necesitan.

Hasta cada momento Mis queridos, hasta cada instante, hasta cada respiración que hagas, hasta cada latido del corazón que tengas.

Amén.