Mensaje del 19 de Junio de 2002

Habla Artemio:

Hoy es 19, 19 de Junio del 2002.

Hoy Jesús ha venido con todos los Santos y Santas y Nuestra Señora, pero ayer, anoche estuvo solo ¿mmm?, entonces vamos a escuchar su Menaje de este día.

Vos también lo estarás viendo ¿eh?, tiene una túnica bastante raída, medio sucia ¿no?, está descalzo, con las manos colgando ahí ¿mmm?, el cabello detrás de las orejas.

Bueno, está como el Sagrado Corazón porque tiene abierto en el pecho, se ve su corazón.

Dice Jesús:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, quién me sigue a Mi no anda en tinieblas”.
Y decías bien recién: el mundo está en tinieblas porque los hombres no se aman unos a otros, en la medida de lo posible se destruyen.

A veces conversamos con Mi Papá y también con la Virgen María, Mi Mamá: cuánto sufrimiento tienen que padecer los hombres por causa de otros hombres. Un poquito nomás de organizado que estuviera el mundo, bastaría para que al menos hubiese un pedazo de pan de trigo y un pedazo de pan de amor.

Aunque duele, así objetivamente el hambre, pero saben que a Mi me preocupa más el hambre de amor, todos andan mendigando un poco de amor de los demás; muchos padres quieren a sus hijos, pero no se los demuestran lo suficiente y sus hijos reclaman más amor, las parejas entre sí, las personas, amigos, relaciones, qué fácil es dar un poco de afecto en un saludo cariñoso, en una palabra amable, en un gesto servicial pero no y si vos te fijas al llegar la noche, cada uno cierra sus puertas en su pequeño mundo y ya no existen los otros, ya no existen los otros.

Este un lugar apacible y tranquilo pero Yo miro las grandes ciudades donde los hombres todavía les falta varias horas para llegar a su hogar, donde comerán lo que hay, los niños ya estarán durmiendo, los hombres tendrán un amorcito con su mujer, otros no porque…, por cincuenta motivos, pero más allá de eso está esa falta de afecto que hasta se respira en el aire. Sí, hay muchos que se aman pero la mayoría no y a veces el amor es nada más que por interés, es decir no aman, se aman a sí mismo a través de los otros.

Necesito manos, pies, mentes, corazones para que me ayuden, para que me ayuden mucho y el mundo pueda tener un poco más de amor. Uno piensa en esa persona que de chico decía: cuando crezca bueno, tendré alguien cerca que me querrá, tendré mi familia, tendré, tendré, tendré, pero el niño creció, se hizo hombre, formó su familia pero su mujer no le quiso tanto y mucho menos de lo que podía decirse, los hijos se desperdigaron por ahí y ahora ese hombre solo dentro de su hogar frío y casi en penumbra mastica el fracaso de una vida donde lo que más faltó fue el amor. ¿Es un caso único este que estoy relatando?, noo Mis queridos, hay tantos, hay tantos en este momento que darían cualquier cosa por una pequeña miguita de afecto, cualquier cosa darían, pero no y llegará el día en que cerrarán los ojos y lo llevarán con cierto respeto al campo Santo, dejarán allí algunos rezos y algunas flores y seguirán en su vida sin pensar demasiado en aquél que quedó allá frío para siempre.

Mis queridos, necesito vuestras manos, vuestros pies, necesito vuestras ideas y vuestros pensamientos, necesito de ustedes porque Yo vine para que el mundo fuera de otra forma, no así.

Ayúdenme Mis queridos, ayúdenme, el Hijo de Dios y Dios mismo les dice: tengo tanta necesidad de vuestras manos, pero más de vuestro corazón, ayúdenme, ayúdenme.

Amén.