Mensaje del 17 de Junio de 2002

Habla Artemio:

Hoy es 17 de Junio, muy bien.

Habla Señor, tu siervo escucha.

Dice Jesús:

“Yo soy la Luz del mundo, quien me sigue no anda en tinieblas”. Quien me sigue puede vivir en este mundo una vida hermosa y mucho más de este otro lado.

No quiero distraerlos mucho hoy con las palabras que diré, pero me gustaría referirme un poco, por supuesto sin agotar el tema, me gustaría referirme a lo rápido que pasa la vida.

Ciertamente que cuando se tienen muchas cosas que hacer los días están llenos, completos, plenos y en los días que no hay mucho que hacer parecería que sobra el tiempo y al sobrar el tiempo ocurre que como uno no tiene nada específico en que pensar piensa en cualquier cosa, pero normalmente cuando no se tiene mucho en que pensar uno trata de dar satisfacción a las cosas elementales que predominan en nuestro cuerpo: diversiones, comer, dormir. Es decir, es cierto que un día a la semana tiene que, conviene que esté dedicado a alabar al Señor, sí, sí, muy bien, pero eso no quita que también se hagan otras cosas, que sin ser malas ni por casualidad también me alaban. Alguien puede tejer un chaleco y estar alabándome, alguien puede plantar petunias y estar alabándome, alguien puede caminar por cualquier lugar y estar alabándome.

Y pero ¿por qué esto de la alabanza?, bueno porque cuando uno ama a alguien, le gusta decirle cosas lindas, normalmente ocurre, siempre cuando se ama a alguien se le dice cosas lindas ó se le mira en silencio pero con los ojos llenos de amor ¿mmm?.

Y comenzamos diciendo de que lo relativo o lo corto que es esta vida sobre la Tierra, bueno corta según como se mire también porque si uno llena los días intensamente, uno va a ver que si bien pasa el tiempo rápido pero están tan llenos de cosas esos días que, uno se siente como si hubiera vivido un montón de vida, no solamente la de uno y pensar que muchos matan el tiempo para que el tiempo no los atormente y es una lástima porque hay que buscar aquellas cosas que a uno le resultan placenteras y al mismo tiempo son buenas para todo nuestro ser. ¿Qué cosas pueden ser placenteras?, y depende siempre de cada persona por supuesto, siempre, siempre depende de cada persona; hay alguien que bueno, puede sentir mucho placer en una cancha de fútbol, pues bien en eso no hay nada de malo pero también habrá que pensar que toda la vida no puede ser una cancha de fútbol.

Y también habrá que pensar que no solamente estamos solos nosotros, están aquellos que nos rodean que pueden ser nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros padres, relaciones, etc., y entonces viene aquí un planteo muy importante, todos aquellos que viven en relación conmigo: ¿cómo se sienten conmigo?, ¿qué vida tienen conmigo?, ¿qué soy para ellos?, ¿qué represento para ellos?, ¿soy una bendición o soy alguien realmente quejoso y molesto que siempre esta con algún problema?, es decir propio de esas personas cansadoras que siempre están sacando a relucir sus problemas, actuales o viejos, ó ¿soy una persona que trata de adaptarse a las circunstancias familiares para pasar un buen momento escuchando a uno, escuchando a otro? ¿mmm?.

También en esto viene bien pensar en lo que hablaron al comienzo sobre la sabiduría, no es tan simple vivir una vida con sabiduría, ¿por qué?, bueno muy sencillo, porque el que vive sabiamente sabe aprovechar cada minuto, sabe aprovechar los días, sabe obtener de esos días satisfacciones y alegrías que colman su alma ¿mmm? y también sabe que puede hacer felices a muchos otros, muchos. Por ejemplo Yo pregunto: en los hogares de ancianos que están cerca de este lugar ¿todos los que ahí conviven han tenido la visita de sus familiares o algunos han pasado el día solos?; no me quiero hacer la idea de esa viejita que se acuerda cuando los días domingo venía toda su familia a pasear y ella hacía los tallarines con tanta devoción, eran tallarines sagrados esos ¿eh?, eran tallarines sagrados, pero más que los tallarines en sí estaba todo el problema de la reunión familiar, donde entre bocado y bocado había alguna palabra de afecto, una mirada cariñosa donde se disfrutaba de la vida en familia y además de todo eso se, era feliz ¿mmm?.

Entonces Yo pienso, para dar un ejemplo nada más, en esa señora ya anciana que pensará dentro del hogar de ancianos por supuesto: que pena aquel tiempo que paso, cuando estas manos ahora un poco deformadas amasaban los tallarines que comerían todos, porque mas que tallarines eran un poco de espíritu y de amor, amasados con harina y huevos y ahora ya no, nadie se acuerda de aquellos tiempos, la familia no era tan grande y entonces parecía que había una cierta dependencia de afecto entre unos y otros, pero ya todo quedó en el recuerdo y ahora he pasado este domingo en una absoluta soledad porque hay mucha gente aquí cerca que me rodea pero cada uno está en su mundo y yo añorando los tallarines que hacía, pienso que en el fondo mis hijos deben acordarse de ese gusto tan lindo que tenían, porque mamá les servía un plato lleno y ellos saboreaban y saboreaban las palabras también que se decían unos a otros, había armonía, paz, tranquilidad, se terminaba de almorzar y después se estaba así de sobremesa comentando cosas, cosas a lo mejor muy simples y muy triviales pero que rellenaban todos los momentos esos en los que abundaba o sobreabundaba el afecto.

Pero hoy todo eso ya pasó, ya es historia, cada uno formó su familia, algunos están lejos, otros no tanto y yo aquí sola, sin la compañía de nadie, teniendo sobre mi mesita de luz las fotos de ellos, lo único que queda, pero dirá la señora: pero le doy gracias al Señor porque todos tienen salud y además yo vivo rezando por ellos para que nunca les pase nada malo, pero por qué no voy a reconocer, me gustaría que vinieran a verme, no importa que falten los tallarines pero si me gustaría compartir alguna palabra o que me mostraran los bisnietos que ya algunos caminan.

Y ustedes dirán: Señor ¿que tiene que ver todo esto que estás diciendo con nosotros?, y tiene que ver Mis queridos, tiene que ver porque cuando no hay un hijo que viene a visitar a un padre puede haber alguien que se llame con tu nombre y venga a visitar a esa mujer, o a ese hombre o a cualquiera, justamente un visitante con tu nombre, ¿nunca se te ocurrió?. ¿Para hablar de qué cosa?, no importa, aunque sea de bueyes perdidos, pero es hermoso decirle a alguien entrando en un hogar de ancianos: vine a visitarla doña María, vine a estar una hora con usted porque..., bueno porque la quiero y además yo la conocía de siempre y ahora me gusta estar con usted, yo no soy pariente ni nada suyo pero yo le tengo mucho aprecio, yo le quiero ¿sabe? ¿no?.

Entonces ocurrirá algo muy simple pero tan grandioso que todos los Cielos se alegran con eso porque esa persona que va a visitar a esa anciana, seguramente ve Mi rostro o el rostro de Mi Madre en esa mujer. Y esta..., y esta siguiendo aquello de que: “ámense unos a otros como Yo los he amado”.

¿No les parece que el mundo es un poco más que ciertas cosas que tenemos a nuestro alrededor?, no les parece que el mundo está lleno de gente, que está muy necesitada de afecto y que uno podría dárselo, pero no por eso uno no puede darle afecto a los familiares directos que tiene en su casa, por supuesto que también, la cuestión es la actitud que se tenga con aquellos que necesitan, porque en esto de la trasmisión del afecto hay cosas muy bonitas, cuando uno se acerca a alguien para amarle y pone su mano sobre su hombro o le toca su cara, etc., parecería que el amor se multiplica y se reproduce y se hace grande, inmenso y no solamente para la persona visitada, sino para el visitante y para todos ¿no?, claro, pero para eso hay que amar a los hermanos sino no pasa nada.

Yo no discuto si los hijos tienen mucho que hacer a veces, por supuesto tienen que hacer tantas cosas, obligaciones, amistades, sí, claro, pero también habrá que pensar que esa mujer o ese hombre les dio la vida ¿no? y que no podemos olvidarnos de aquello que amamos y que nos amaron tanto y que somos porque ellos fueron antes sino no seríamos. Y pensar que detrás de un amasar tallarines puede haber todo un problema de amor, toda una solución de amor que conmueve a los Cielos, porque nadie va a pensar que esos tallarines tienen harina, huevo y agua nada más, allí hay un ochenta por ciento de afecto, de afecto, incluso esas comidas que uno come y come y come y les cae muy bien y no sabe por qué, ocurre que fueron hechos con amor y además se comieron en un clima de paz, de confianza, donde se cuentan las anécdotas de la semana, donde..., pero para esa persona el tiempo pasó y ahora espera lentamente que lleguen los días de descanso de la muerte.

Sería un poco distinto el mundo Mis queridos, si empezáramos a mirar y legarnos hasta aquellos que están solos ¿verdad?, ¿por qué?, ¿por qué a Mi se me antoja?, nooo, en absoluto, a Mi me encanta sí, pero porque ustedes se respetarían mucho más, además verían en el rostro de esas personas Mi rostro; y ustedes dirán: ¿y pero por qué tenemos que ver tu rostro? y bueno porque como están las cosas soy el único que te habla de amor ¿no?, la mayoría tiene intereses creados, Yo no, Yo quiero que así como Yo te amo vos ames a todos y a Mi me ames en cada una de las personas pero sobre todo en aquellas que están solos, enfermos, que no tienen con quién compartir nada, en aquellos que..., ya la vida está en cuenta regresiva y les encantaría sentir el calor de una mano sobre el hombro.

Como ven Mis queridos, no es un problema de tallarines, es un problema de ver Mi rostro en el rostro de cada persona, de cada hermano y sobre todo de aquellos hermanos que están necesitados.

Amén.