• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 19 de Mayo de 2002

Es cierto he conectado, he unido Mi sangre a la de ustedes para llevarles la sanación a todo vuestro cuerpo, vuestra alma y vuestro espíritu, es una forma de manifestarles todo el amor que les siento, no solo a ustedes sino a todos los hombres.

Mensaje del 19 de Mayo de 2002

Habla Artemio:

Habla Señor que tu siervo escucha.

Dice Jesús:

En este día tan especial en que el Espíritu Santo invade la tierra estoy con ustedes como casi todos los días.

Yo estoy hablando con tus palabras pero hay algunos que están sintiendo como Yo te estoy dictando lo que estás diciendo.

Es cierto he conectado, he unido Mi sangre a la de ustedes para llevarles la sanación a todo vuestro cuerpo, vuestra alma y vuestro espíritu, es una forma de manifestarles todo el amor que les siento, no solo a ustedes sino a todos los hombres y ya verán que desde hoy, si antes notaban signos, desde hoy notarán más signos en donde se ve que el Espíritu Santo está invadiendo toda la tierra para cambiar tantas cosas que no están bien. Si Yo soy un Dios de amor y el amor mismo ¿ustedes creen que puedo ser feliz viendo las enfermedades, el hambre, las injusticias?, ¿qué es peor que tener hambre?, pero les repito desde hoy verán muchos signos, porque en este Tercer Milenio no será como los dos anteriores, verán lentamente como voy tomando posesión de todas las cosas sin privarles de la libertad a nadie, pero iré tomando posesión de todo para darle a los hombres la oportunidad de vivir de otra manera, y como siempre quedarán los que no quieren aceptar Mis palabras y se pondrán en la vereda del frente para tirar piedras, pero no podrán, no podrán con todo el Espíritu Santo que se derramará sobre los Cinco Continentes.

No quisiera estar en el corazón y en el alma de aquellos que hacen sufrir tantas injusticias a los hombres, porque será mucha su pena al ver como han desperdiciado el amor, lo tenían al alcance de la mano y no lo veían, le llegaba a la altura de los ojos el agua del río desmadrado y no quieren darse cuenta.

Siete años hace que estoy hablando aquí en este lugar que es el Santuario más Grande de América, me dan pena todos aquellos que no quieren escuchar Mis palabras, porque hay dolores y dolores, están aquellos dolores que cuesta remediarlos, pero están aquellos otros dolores que provienen de haber tenido el amor muy cerquita y no haber estirado la mano para tomarlo.

Siete años Mis queridos que tengo la paciencia de ofrecerles en la puerta de vuestro corazón a todos los hombres del mundo la solución de todos sus problemas y no lo pueden ver, hagan como el Ciego de Jericó: Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí, has que vea, porque el problema está en no ver, ¿se imaginan todos aquellos que tuvieron caudales de amor tan cerquita y no lo vieron?, es como morirse de sed en medio de un río y más todavía. ¿Qué cosas hay que tocar en el corazón del hombre para que se abra y escuche Mis palabras?, ¿por qué tanta insistencia en ver si Mis palabras están dentro de la ortodoxia?, Yo les pregunto a todos ellos ¿su amor está dentro de la ortodoxia?, me parece que no Mis queridos y eso me produce una profunda pena.

Busquen en Mis palabras la ortodoxia, es decir que no haya una palabra que pueda contradecir algo de las Sagradas Escrituras, y las Sagradas Escrituras que son un montón de amor apilado es ortodoxia, no la entienden…, algunos ni siquiera han nacido en el proyecto de entender la ortodoxia del amor, si es que puede llamarse así porque Yo los llamo así ya que quiero usar los términos que ustedes usan, quiero que entiendan la ortodoxia de Mi amor, no si hay alguna palabra que puede despertar un poco de picazón en la conciencia, Mis queridos si hay que rascarse la conciencia, habrá que hacerlo, alguna vez habrá que hacerlo por fin, pero no podemos cerrar la compuerta, abramos la compuerta, acuérdense del otro día Yo les dije: "hay que aceitar las compuertas con mucha humildad" y permitir que el río se desmadre, el río de agua viva que inundará todo, lo cubrirá todo.

La ortodoxia, ¿y la ortodoxia de Mi amor para cuándo?, hace siete años que estoy diciendo lo mismo, hace siete años que les he dicho que estamos en la Era de la Misericordia y que estoy dispuesto a comprenderlo todo, amarlo todo y perdonarlo todo, y muchos, muchos, muchos miran hacia otro lado, ¿saben?, cuando un río se desmadra arrasa con todo, más vale tener precaución y tomar los recaudos necesarios.

Todas estas cosas se las digo hoy en el Día de Pentecostés, ¿por qué?, porque hoy es el día del Gran Comunicador, el día del Espíritu Santo, lo que nombran tanto y sobretodo Mis hijos en sus homilías, pero a muchos de ellos no les llega, están lejos, tan lejos como un planeta de otro o una galaxia de otra, ¿es posible Mis queridos?, se los digo en este Día de Pentecostés, que no se abran por fin al amor. Y repito, cuando el río esté desmadrado, recen, ¿resistirán en medio de la corriente?, porque para vivir el amor también hay que prepararse, un corazón que no es humilde está muy lejos de entender, muy lejos.

Ustedes dirán, Mis palabras suenan a qué, Mis palabras son las de siempre un llamado de amor tan grande como el mismo cosmos, ¿será por eso que las mentes pequeñitas, muy pequeñitas no lo pueden ver?, pero Mis queridos, incluso para esas mentes pequeñitas, para ellos también alcanza Mi Misericordia.

Hoy en este día tan especial, les regalo a todos los presentes, aunque a algunos ya se los regalé, le regalo a todos los presentes el poder de bendecir, todo lo que miren, lo que tocan, lo que piensan, lo que hablan, lo que dicen, les regalo con toda generosidad el poder de bendecir y esto es muy grande, porque no se los regala Mis queridos, cualquiera, se los regala el mismísimo Hijo de Dios y Dios mismo, aquel que nació de la panza de María, que nació en Belén, que se crió en la carpintería de su padre y en otros lugares, y que después de decir la Buena Nueva quiso ser colgado en una cruz para derramar su sangre por todos los hombres.

Sientan en este momento, así como antes sintieron Mi sangre corriendo por vuestras arterias y venas, sientan en este momento como Mi Sangre Preciosísima cae sobre cada uno de ustedes para darles todas las gracias y todas las bendiciones, hoy es un día memorable en vuestras vidas, les puedo asegurar que lo recordarán siempre.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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