Mensaje del 15 de Mayo de 2002

Habla Artemio:

Hoy es 15 de Mayo de 2002.

Necesitamos Señor que nos de tu Mensaje, tus palabras de todos los días que son el alimento para nuestra alma, la fuerza para nuestro cuerpo y el empuje para seguir viviendo en todos los ordenes.

Dice Jesús:

Miro a cada uno de ustedes con todo el afecto que puede mirar un padre, un compañero, un amigo, un hermano y no sé si crees mucho en Mi o no crees tanto pero no importa, Yo pongo todo de Mi parte, quedate tranquilo y al mismo tiempo que los miro a ustedes, miro a muchas personas más, muchas que en este momento están muy necesitadas, aquellos que están por cerrar sus ojos para siempre, aquellos enfermos muy delicados, los miro a ustedes y los miro a todos porque esa es Mi misión hasta el fin de los tiempos, amarlos y darles todo lo que se le debe dar a un hijo querido.

Entonces, abrí tu corazón, abrilo sin ningún tipo de temor ni de nada, Yo no te voy a pedir nada, quiero que me dejes entrar porque hoy 15 de Mayo, quiero entrar en tu vida nuevamente y llevarte todo lo que necesitas para que seas feliz. Pienso en tus cosas, pienso en tus dolores, en tus angustias, pienso en todo, y te miro a los ojos para borrar toda huella de cosas feas que puede haber dentro de vos, confiá Mi querido, confiá, Mi palabra es palabra de vida eterna y Yo soy la Luz del mundo y quiero hacerte partícipe de esa Luz.

Cuando demoro en hablar es porque le estoy comunicando a Artemio algunas cosas privadas, mensajes para algunas personas u otras cosas.

Yo quiero que sean uno, es decir que haya tanto amor entre ustedes que nunca haya ni peleas, ni broncas ni cosas desagradables, “ámense como Yo los he amado”, ámense siempre y les puedo decir a los presentes que al regresar a vuestros hogares, lleven el calor de Mi palabra allí en vuestro corazón, porque Yo quiero que sean felices, Yo quiero que no sufran, Yo quiero que la vida de ustedes sea alegría y que esa alegría la contagien al mundo.

¿Saben?, los quiero mucho y mientras más solitos estén, mientras más tristes estén en la vida, más los tengo cerca de Mí para convertir todas vuestras tristezas en alegrías. Puedo asegurarles que se irán de aquí no como vinieron, no como vinieron, llevarán la gracia del Señor y es posible que a lo mejor en dos o tres días se sientan igual pero muy poquito falta para que estén bien y estén en paz, estén tranquilos y puedan seguir viviendo con todas las cosas que tiene la vida, a veces lindas a veces feas, pero siempre hermosas porque si me tienen a vuestro lado nada les puede faltar.

Amén.