Mensaje del 02 de Mayo de 2002

Dice Jesús:

Yo soy el pan bajado del cielo, quien me come ya no tendrá hambre de otra cosa.

Habla Artemio:

Mientras está en silencio el Señor me está respondiendo algunas cosas personales.

Dice Jesús:

Me pareció muy bueno el recuerdo de las generaciones que pasaron, ¿quién se acuerda del pasado?, ¿quién se acuerda de aquellos que fueron dando origen a su vida?; es que el hombre vive tan apurado para poder llevar el alimento a su casa o por otras cosas que no piensa, ahora tampoco es habitual en el hombre pensar en todo eso, salvo excepciones y en algunos casos.

Pero, las cosas serían diferentes si el hombre recordara algo de las cosas buenas que edificaron su pasado. Muchas veces te oí hablar a vos de sentir los perfumes de la niñez, si el hombre supiera cuánto bien le hace remontarse a tiempos pasados en su vida e hiciera una selección sobre las cosas que le dieron satisfacción y alegría. Vos decís los perfumes de la niñez y no solo los perfumes sino algunos acontecimientos, el sentirse niño o adolescente o revivir algún momento lindo, no los feos porque esos ya me los has entregado a Mi.

¿Eso es una forma de soñar de imaginar, de…?, no, eso es una forma de fortificar el presente, es una manera de revitalizar las cosas buenas que cada uno tiene en su vida, es una forma de rejuvenecer, siempre que no se vea eso con nostalgias tristes; y no es difícil acordarse de el calor de la mano de mamá cuando uno era pequeño y ella le llevaba, no importa que pasaron los años, no importa que mamá ya no esté, no importa que el tiempo pasó, pero ese instante en el que pasa por la mente esa sensación del calor de la mano de mamá le procura al hombre un bienestar muy grande; es como si les dijera a las células que están envejeciendo, le dijera: reavívense nuevamente, porque está viviendo el niño que hubo en mí.

Si supieran los adultos, en general las personas grandes, que es un método maravilloso, si es que puede llamarse así, revivir algún tiempo hermoso o regresar algún día, aunque sea por un momento, allí en el lugar dónde uno amó la vida; aislándolo ese momento de las cosas feas que pudieron pasar antes o después, pero revivir ese momento.

Si todos aquellos que están en conflictos y vienen a su mente cosas feas, horribles, le dieran un pequeño espacio para reavivar la llama del momento en que amaron intensamente la vida, allí estaría o está el secreto del rejuvenecimiento, cuando esto se lo hace, yo diría casi cotidianamente, hilvanando todos aquellos momentos en que se fue feliz, incluso en aquellas parejas que han roto sus relaciones, incluso en aquellos que se consideran enemigos, ¿no podrían revivir el momento en que con tanta ilusión engendraron un hijo?.

El ser humano dice que no quiere acordarse para no sufrir, es al revés, debe acordarse para no sufrir.

Si la persona que ya acaricia muchos años en su haber fuera hilvanando y a veces hasta podría anotarlos en un cuaderno, aquellos lindos días en que la primavera realmente era primavera, dónde los chicos jugaban debajo de los durazneros en flor y se pensaba en ellos y en su futuro, y se pensaba en que fueran hombres honestos, hombres de bien, hombres sanos, ¿por qué no procurar entresacar del pasado todo aquello que a uno lo hizo feliz? Y más aún si ya algunos de esos seres ya han partido no pensarlos que están en un nicho frío sino pensarlos como están realmente rozagantes y felices a nuestro lado, nada más que no los podemos ver.

Muchas veces me digo a Mi mismo, si el hombre tomara un poquito de conciencia de lo bien que está después de la muerte, tal vez habría muchos que apurarían el trámite, pero eso no es lo correcto porque la vida nos llama a vivir todo lo que sea necesario y cada uno debe luchar para cumplir más años y más años, ¿y si hay enfermedades?, pero no les he estado Yo recién tendiendo la mano para que me las ofrezcan a Mi las enfermedades que tienen, que Yo quiero sanarlas. Partan siempre de una base, no se sana aquel que no quiere, aquel que se deja estar y se abandona y va pensando los años se apilan y yo tengo que partir y…, no, esa no es la forma de vivir, la forma de vivir es tener siempre la esperanza a flor de piel, de que mañana será más hermoso que hoy y pasado más todavía y que no me va alcanzar el día para gustar de todas las cosas que ese día trae, por supuesto siempre y cuando hagan lo que Yo les dije, demen a Mi todos vuestros dolores, vuestras preocupaciones y vuestras angustias; ¿acaso al comienzo no hicieron un ofrecimiento, a Mi como el Señor de la Misericordia?, pues bien ofrezcan todo y abran los ojos por la mañana y piensen: otro día más lleno de esperanza para vivir de la mano del Señor y de Su Madre, y otro día más para acordarme de cosas lindas que pasaron o que están pasando, otro día más para ver como toda mi familia fue creciendo y dejando descendientes y más descendientes, viendo que mi sangre se fue prolongando en tantos seres.

¿Ven Mis queridos que les estoy proponiendo un plan de vida totalmente distinto al que se vive?, les estoy proponiendo la antivejez, envejece el que quiere, los demás no envejecen, no envejecen.

Ustedes dirán, el cuerpo humano tiene tantos achaques y uno tiene tantos problemas, pero me estás repitiendo lo mismo que te dije antes, ¿y que hago Yo sino pedirte todos los días que me des tus dolores?, no me los das en serio, porque sino ya no los tendrías.

Las preocupaciones y los problemas y las cosas, también dámelas, pero a veces es bueno tener alguna preocupación o algún problema porque incentiva para moverse ¿no?, busquen el equilibrio entre todo lo lindo que se vivió, todo lo hermoso que se está viviendo y todo lo hermoso que Yo les prometí el día que cierren los ojos para siempre, porque Yo nunca prometo en vano, Yo soy fiel y cumplo Mis palabras, cuando alguien se vuelve pesimista o está triste, ustedes díganle: a Mi Jesús me prometió el amor para siempre, entonces sería hasta un pecado estar pesimista y triste y si no estoy bien de salud también tendré que ir del médico, porque Yo también uso las manos del medico para darte lo que necesitas para sanarte y te doy las manos de tantas personas que pueden estar cerca de ti para ayudarte en tus tareas y en tus cosas.

Todo esto es hermoso, Mis queridos, véanlo como un programa antivejez, antivejez, si se aferran con todas las fuerzas a Mis manos y a las de Mi Mamá y viven dejándome vivir en vuestro corazón plenamente, ¿que pueden tener miedo, de qué?, ¿qué puede preocuparles?, no sé, ¿qué puede entristecerlos?, no se me ocurre, ¿qué puede bajarles el ánimo?, no hay motivos, si el presente es hermoso, rescato del pasado todo lo mejor que viví y el futuro es el amor para siempre.

Entonces Mis queridos este es el Jesús de la Misericordia que les habla en esta tarde para decirles todas estas cosas e injertarles toda la vida nueva que solamente el Hijo de Dios y Dios mismo puede injertar.

¿Me dan la mano Mis queridos?. ¿Me abren vuestro corazón?. ¿Me dejan vivir con ustedes para siempre?.

Amén.