Mensaje del 05 de Abril de 2002

Habla Artemio:

Está Jesús solo.

Dice Jesús:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, quien me anda a Mi, quien me sigue a Mi no anda en tinieblas”.

El ser humano siempre se alarma o se incomoda ante las cosas que vienen desordenadas pero no busquen culpables, tampoco busquen que no los quieren, tampoco busquen tantas malas intenciones, se supone que después de siete años de recibirme, ustedes están en otra dimensión y ya estas cosas no debe preocuparlos en absoluto pero sí reaccionar como corresponde en cada momento.

Yo dije: vos locomotora, Yo maquinista y lo sigo sosteniendo, el Celoso Custodio de Mis Mensajes no puede ser un papanata que deja pasar todo, no. Una cosa tiene que quedar bien clara en todo momento, si Yo vengo y te hablo todos los días, que Yo sepa todos aquellos a quienes Yo hablé o Mi Madre habló alguna vez terminaron en los altares, eso no significa que vos tenes que pensarte sobre un altar, porque hasta el último día tendrás que seguir luchando, sufriendo y perdiendo sangre sino…, cualquiera esta en más condiciones que vos para los alteres.

Que quede bien claro, a todos les resulta evidente que tu camino es el de los altares pero que a todos también les quede muy claro y evidente, que tu camino es de una lucha constante, una guerra constante donde nunca hay tregua, Yo creo que eso lo entendiste muy bien vos. Pero que nadie crea que tiene el Cielo comprado, que nadie crea que puede tener ya el altar comprado porque la Santidad y los altares se deben ganar todos los días como dije antes, perdiendo sangre, sufriendo lo indecible, sacando fuerzas de donde no se tienen, lo que una vez llamamos y seguimos llamando: el martirio blanco.

Ni para vos ni para nadie Yo pongo en tu camino esos ejemplares despreciables pero habrá que tener consideración de ellos, porque Yo utilizo a esos despreciables para hacerte crecer, subir, llegar alto. Eso no justifica lo que ellos puedan hacer, no, pero Yo lo utilizo y saco ventajas para Mis objetivos.

Nadie tiene el Cielo comprado, el Cielo se lo va tomando todos los días un poco cuando se va regando el camino de sangre, sudor, lágrimas y dejando por aquí un dedo, por allá un pie, por allá un brazo, por allá un intestino, es decir las partes de un cuerpo y también todas las partes de un alma.

Todo esta muy bien, lo hecho, el ejemplo de Esteban esta clarísimo, pero la batalla continúa y hay que seguir alimentándose para generar sangre y así seguir perdiéndola, no hay otra alternativa. Cuando se hacen ciertas opciones es hasta el final, necesariamente hasta el final, entonces esto debe hacernos mirar el mundo de los hombres desde otro ángulo, pero sí pensar siempre por dentro: “que nada ni nadie puede detener a un hombre cuando el Señor le dio la fuerza para caminar”.

Amén.