Cosas prodigiosas van a ocurrir, que aquello que están en la vereda del frente seguirán estándolo pero no tendrán otro remedio que reconocer que lo blanco es blanco y lo negro es negro, en el sentido de que aunque anden en una vida torcida van a tener que reconocer los que han elegido una vida derecha.

Mensaje del 18 de Noviembre de 2001

Habla Artemio:

Jesús no se enoja pero ya está acá hace un rato largo que espera, no, Él no se enoja y hoy dijo en la palabra: alégrense.

Hoy es 18 de Noviembre, está Jesús, su Mamá, todos los Santos, están los hijos de la señora, está tu hija al lado tuyo, de P., y la tuya también, tiene un vestido celeste medio acampanado, ¿vos sabés quién tenés al lado?, tenés un hombre medio flaco de cara, alto como vos, un poquito más, ¿quién es?, tu marido, ¿cuánto hace que murió?, oh, te tiene tomado así del cuello, la mano puesta sobre el hombro, se lo ve muy contento, está sonriente, linda persona ¿eh?. Tu hija está sentada ahí en el respaldar y la de P. está parada ahí al lado de él cerca de la puerta, ¿eh?, y los hijos de la señora uno de cada lado está. Está la Rosa, mi mamá, mi papá. Bueno, vamos a escuchar al…, todavía no la vi nunca…, mirá, tiene una pollera oscura y una blusa que tiene todo como alforza acá delante, como alforza, yo no sé si se llama alforza pero es como un volado, así.

Dice Jesús:

Esto que ocurre en este lugar de que aparezcan los familiares de las personas que están presentes y otros familiares también no ocurre en otro lugar, ocurre acá y es un regalo del Señor.

Lentamente te vas a ir enterando de todos los regalos que está haciendo el Señor a este lugar, además tengo que decirte esto, todos aquellos que habitan en este pequeño pueblo de la pampa gringa, todos están, por dentro, en un proceso de transformación. Mi Padre, Yo y el Espíritu Santo nos hemos propuesto de que en este lugar se termine la maldad, nunca se va a terminar totalmente porque el maligno siempre hace de las suyas pero todos aquellos que tuvieron el poder en este lugar e hicieron tanto daño a través del tiempo, incluso estando dentro de la Iglesia, es decir, decían que estaban dentro de la Iglesia, muchos han
desaparecido pero los otros se van a ir convirtiendo lentamente, sin prisa y sin pausa, los problemas de la conversión pueden hacerse en forma muy rápida o con un proceso a veces un poco largo, pero aquí los malandrines tienen captura recomendada, ¿qué quiero decir?, que Mi amor les va alcanzar a todos, les va a llegar a todos y hasta al más duro se les va a ablandar el corazón, ya vas a ver todos los regalos que el Señor les va a hacer.

Ahora, y no solamente en este pueblo sino todas las personas que vienen al grupo de oración, sean de donde sean, van a ver también señales muy claras que en los lugares donde viven van a ocurrir serias trasformaciones. El Señor no se anda con chiquitas, el Señor cuando quiere obrar obra en grande y qué mejor que este lugar tan maldecido por tantas cosas, es hora ya que empiece a respirar un aire puro, no me refiero a que este pueblo fue hecho en una laguna, no, no el aire puro ese, me refiero al aire puro del Señor, lentamente van a ver como aquí nadie se va a enriquecer en forma ilícita. Vayan perdiendo la idea de esquilmar a los demás porque aquí no van a poder enriquecerse a costa de otros, son esos regalos que hace el Señor para una comunidad, hacerlos entrar en vereda sin privarles de su libertad pero convenciéndolos de que el camino debe ser derecho.

Todos repito, los que vienen al grupo de oración van a notar que en sus respectivos pueblos o ciudades van a notar cambios muy grandes, muy, muy grandes. Lo van a notar a través de signos, los signos son acontecimientos que deben ser interpretados, deben ser interpretados para saber a qué atenerse.

Cosas prodigiosas van a ocurrir, que aquello que están en la vereda del frente seguirán estándolo pero no tendrán otro remedio que reconocer que lo blanco es blanco y lo negro es negro, en el sentido de que aunque anden en una vida torcida van a tener que reconocer los que han elegido una vida derecha.

Hoy no les digo más porque pienso que lo que les he dicho es muy grande, es enorme, los dejo en compañía de vuestros familiares, un rato por lo menos y después nos iremos, quedaremos por supuesto pero de la vista de ustedes nos iremos.

Agrego nada más que esto, todo lo que pasó ayer aquí es también un signo de un verdadero milagro colectivo, ustedes vieron alguna vez gente de muchos lugares mirarse afectuosamente y muchos de ellos era la primera vez que se veían, todos parecían ser de la familia, eso es un signo del amor del Señor y lo que van a ver todavía.

Amén.