Me viste sediento y me diste de beber, ¿y cómo me das de beber Mi querido, si están tan lejos esos que se mueren de sed?, tené tu corazón, hombre de todas las latitudes, tené en tu corazón el deseo ferviente de alcanzar agua a todos ellos ¿eh?, el resto, Mi Misericordia lo hace. Mensaje del 29 de Septiembre de 2001
Habla Artemio:
Hoy es 29 de Septiembre del 2001.
Señor, perdóname que hable yo un poquito primero ¿no?, sabés que viéndote así con harapos, todo así con esa túnica que tenés tan rotosa, tan así, viéndote a través de los agujeros los moretones todavía y estarán siempre por supuesto, sobre el hombro derecho pegada la túnica, pegada a la carne, lo que no te sangran ahora son las cicatrices de la cabeza, se ven nomás. Daría la impresión Señor que estás flaco, más flaco que siempre, da la sensación, siempre estás igual, vos no sos de un cuerpo tan enorme. Tus rodillas Señor, están sangrando también porque está húmeda la túnica.
Si uno tomara conciencia Señor de todo lo que vos sufrís lloraría a gritos ¿no?, pero en vez de llorar a gritos vamos a decirte todos que todos los sufrimientos nuestros diarios que se unan a los sufrimientos tuyos Señor para que como dice San Pablo, completemos lo que le falta a tu Pasión, es decir, unimos nuestro sufrimiento al tuyo para que vos sigas redimiendo a los hombres Señor, exactamente.
Dice Jesús:
Hoy les regalé ese tema que a ustedes tanto les gusta que les diga: hijos de la Luz, podrían haber salido tantos mensajes sin embargo justo esa hoja en un papel tan finito como tiene la Biblia.
Ustedes han analizado que, que si el hijo de la Luz es el que realmente cumple con todas las obras de la Misericordia, no me gusta la palabra cumple, digo cumple para que ustedes la entiendan pero no es la palabra justa, ustedes dan, no cumplen, si cumplieran se referiría a la ley, ustedes dan, dan.
Imagínense ustedes en distintos lugares del mundo en este momento, no voy a ser nombres de lugares porque ustedes demasiado bien lo saben, pero piensen que ese país en conflicto tiene tanta escases de agua, tantas escases de agua, que miles mueren deshidratados y ustedes saben cómo es morir deshidratado, es una muerte espantosa, porque la mayor parte del cuerpo humano es agua y morir deshidratado es tan doloroso como no pueden imaginarlo.
Entonces, los he tratado allí hijos de la Luz, quiere decir hijos que están dando las obras de la Misericordia, ¿y qué pueden hacer ustedes si aquello está tan lejos?, dije ese país como puedo decir otro ¿eh?, pero tengan una expresión interior de deseo de acercar agua a esos que mueren por falta de agua, tal vez comer, comerían pero no tienen qué tomar.
Me viste sediento y me diste de beber, ¿y cómo me das de beber Mi querido, si están tan lejos esos que se mueren de sed?, tené tu corazón, hombre de todas las latitudes, tené en tu corazón el deseo ferviente de alcanzar agua a todos ellos ¿eh?, el resto, Mi Misericordia lo hace. Unimos Mi Misericordia a tu deseo de dar de beber y la sed se calma, esto es tan extraño que no es comprensible,
solamente es comprensible a la Luz de Mi Misericordia, que vos pongas el deseo de alcanzar un vaso de agua y Yo por Mi parte con Mi Misericordia le haga pasar la sed.
Hasta ahora estoy refiriéndome al agua así pero cuántos en el mundo están sedientos de Mi palabra y ustedes tampoco pueden llegar a darla, porque están lejos, pero también pueden hacer lo mismo que les dije antes, unir vuestro deseo a Mi Misericordia. El hombre no lo entiende todavía que el mundo se mantiene en pie por Mi Misericordia, el mundo no lo entiende, porque Mis queridos, en este caso los que tienen ganas de beber agua o de beber una palabra de amor no son pocos.
Miren todo el Oriente, miren cuántos hombres aparecen y dicen algunas palabras y como la gente no tiene la Mía los escuchan con atención y la llevan a su corazón, pero ustedes saben que solamente Yo tengo palabra de Vida Eterna, ¿ellos no se salvarán entonces si nadie les acerca la palabra de vida?, sí, se salvaran, claro, claro que se salvarán pero es muy diferente, es muy diferente aquél que un día me dijo: te amo Señor, a aquél que siguió nada más que las palabras de alguien que creyó dirigirlos y en el Oriente está lleno de gente así.
Entonces, Yo acepto ese ofrecimiento de hoy, ¿saben cómo lo acepto?, de esta forma, pongo en boca de todos esos a quien no llegó todavía Mi palabra con el ofrecimiento de ustedes, pongo en su boca: yo te amo Señor, no te conozco, pero yo te amo Señor, te amo. Entonces, vos dijiste antes: cada latido del corazón, cada pielcita que cae, cada vez que parpadean, cada vez que respiran, bueno, cada vez están poniendo en la boca de alguien: yo te amo Señor, yo te amo Señor, entonces Mis queridos ustedes son Mis misioneros, aunque no se muevan de su casa, aunque estén durmiendo, aunque ni se acuerden, cada vez que el corazón da su latido está diciendo, poniendo en boca de alguien: yo te amo Señor, yo te amo Señor.
Mi Misericordia para ser terriblemente eficaz necesita de que ustedes me den lo que me están dando, entonces Yo uso todo eso para extender Mi palabra, que quiere extender Mi amor, que quiere decir extender ese estado de alegría interior que tiene el que está con el Señor, alguna vez lo insinué pero hoy lo digo muy fuerte: necesito tus manos, necesito tus dedos, necesito tu corazón, necesito tus ojos, tu piel, necesito el aire de tus pulmones, necesito todo eso para que Mi Misericordia llegue a los lugares más remotos de la Tierra, mirá tus manos cuán valiosas son, pensá cuando tus ojos miran le están alcanzando a alguien Mi Misericordia, Mi amor, qué fácil que es ¿verdad? Mis queridos, qué fácil que es generosidad, lo único que hace falta es humildad, es un tremendo deseo de dar, ¿qué?, no importa qué, Mi Misericordia se encarga de tomarlo para darlo.
Cuando mires tus manos o sientas respirar en la noche o sientas que late tu corazón con fuerza pensá: la Misericordia del Señor está usando todo esto para hacerle decir a aquellos que están en lejanas tierras: te amo Señor, te amo Señor, te amo Señor. Acostado en tu cama, sentado en tu silla, caminando aunque sea simplemente pero Yo estoy usando buenamente todo eso para llegar a todos aquellos que hoy dijimos: no tienen que beber agua ni tienen palabras para beber que calme la sed, como la mujer que estaba junto al pozo. Cuando puedan lean ese pasaje del Evangelio, ese pasaje del Agua Viva: Yo te daría de beber el Agua Viva para que no tuvieras más sed.
Es posible que algunos que oyen o leen esto digan: es una forma de consolarse ante la imposibilidad de hacer otra cosa, los que así dicen no entendían Mi Misericordia, no, no la entendieron, ni por casualidad.
Mis queridos, los hombres tienen, así como tienen sed tienen hambre, es cierto que tienen hambre de pan de trigo, de pan de harina pero más grande es su hambre de una palabra de afecto, de una mano sobre el hombro que diga: te amo y todo eso puedes hacerlo Mi querido, todos, todos, ¿acaso no les repetí hoy una vez más que son todos hijos de la Luz?, ¿ustedes creen que les digo fácilmente a alguien hijos de la Luz?, porque ustedes son Mis colaboradores en Mi plan de Misericordia.
Piensen desde que se han ofrecido hoy a cuántos sedientos han calmado la sed de agua y de Mi palabra, a cuántos estómagos habrán llenado y a cuántas mentes y corazones también, esto es queridos, Mis queridos, el haber aceptado un día la locura de Mi cruz, porque la locura de Mi cruz no siempre es dolor, la locura de Mi cruz también es la inmensa alegría de llegar a los confines del planeta para colaborar conmigo, para colaborar con Mi Misericordia, no les digo salgan a la calle y grítenlo porque tal vez no entenderían, mientras tanto confíen en que Mi Misericordia todo lo puede, incluso con aquellos corazones más duros, más trágicamente duros, solamente es una lástima Mis queridos que ellos se pierdan el sentir lo que están sintiendo ustedes ahora, ¿no sienten que vuestro corazón tiene las medidas del universo?, ¿no sienten que vuestra respiración lleva hasta los extremos de la Tierra el aire caliente?, qué lástima, cuántos se privan de todo esto porque es tan hermoso ¿verdad?, no es maravilloso que mes des tus manos y tus pies y tus piernas y tu cuerpo para llevar Mi Misericordia hacia todos lados.
Y ustedes no lo hacen porque el día de mañana tendrán el beneficio de la Bienaventuranza Eterna, de ver a Mi Padre cara a cara para siempre, lo hacen porque son generosos, porque entendieron el dolor del otro, porque piensan este vaso de agua que saboreo miles y miles y miles no lo pueden hacer.
Mis grandes misioneros, Mis hijos de la Luz, bienaventurados, bienaventurados porque han entendido Mi palabra y bienaventurados porque cada día están entendiendo más Mi palabra y bienaventurados porque, porque dan más de lo que tienen. Bienaventurados hijos de la Luz, bienaventurados.
Y cuando esta noche al dormirse no sé en qué pensarán pero Yo estoy allí al lado de cada hombre, haciéndoles compañía, esa compañía distinta a la compañía humana, ¿saben por qué?, porque Mi compañía es fiel, no los abandona nunca, por toda una eternidad. Ustedes un buen día empezaron a confiar y Yo les digo: esa confianza nunca será defraudada porque siempre seré fiel y hace falta recordarles que ser fiel es ser constante en los afectos, es decir, el amor para siempre. Por ahí si encuentran a alguien digan por lo bajo: cuánto me gustaría que vos también tuvieras el amor para siempre.
Y para terminar Mis queridos en este día, desde que ustedes están reunidos Mi Misericordia y la llama de amor del Corazón de Mi Madre hicieron tantos prodigios en el mundo que si se enteraran de algo nada más llorarían a gritos de felicidad, gritos de felicidad.
Amén.