Es decir, la exigencia del amor no es algo que hay que declamar sino es algo que se debe sobreentender, no se le puede decir a un hijo: debés portarte bien, debés hacer esto, debés hacer lo otro, porque yo te amo mucho, no, el discurso no convence, una mano sobre el hombro o una caricia oportuna le están diciendo al hijo cuánto te amo hijo sin necesidad de decirle que te amo. Mensaje del 22 de Septiembre de 2001
Habla Artemio:
Hoy es 22 de Septiembre de 2001.
Dice Jesús:
Prometí el otro día aquí hablar de la Misericordia, es decir, si uno tiene que hablar de la Misericordia es porque en montones de libros y artículos y diarios y cosas que hablan sobre el amor del Señor apenas si rozan la Misericordia, no se habla como corresponde, pero más que hablar Mis queridos, el tema de la Misericordia hay que vivirlo.
Aquél que supone que la Misericordia todo tiene que ser blandito, todo tiene que ser sí, sí, sí, no, no está en el buen camino. El hombre se supone que al seguir los principios que Yo le di es bueno, es humilde, se supone, pero que los demás nunca vean la humildad, la bondad, la compasión, la tolerancia, que nunca lo vean como debilidad, que esto quede bien claro, simplemente porque no es debilidad, Yo diría al contrario, el amor es exigente, lo dije cincuenta veces ya, el amor es muy exigente, pero no con una exigencia explícita sino implícita, el marido no tiene porqué decirle a la mujer tenés que serme fiel, lo mismo la mujer al marido, se sobreentiende que si se hicieron una promesa un día tendrán que guardarse fidelidad mientras haya amor.
Es decir, la exigencia del amor no es algo que hay que declamar sino es algo que se debe sobreentender, no se le puede decir a un hijo: debés portarte bien, debés hacer esto, debés hacer lo otro, porque yo te amo mucho, no, el discurso no convence, una mano sobre el hombro o una caricia oportuna le están diciendo al hijo cuánto te amo hijo sin necesidad de decirle que te amo. El amor verdadero se debe sobreentender, no con discursos, sí se pueden decir palabras para aclarar cosas, pero no discursos, nadie va a querer a otro porque se lo pida o lo esté vigilando, nada tan tonto como querer vigilar la fidelidad en la amistad, en la pareja, en donde sea, por empezar porque se sospecha y ya se está cayendo en algo muy feo, se ama o no se ama, si se ama se ama con todas las de la ley, en el sentido de que la otra parte entienda todo el afecto que se le tiene, pero no hay que recordárselo, salvo que se lo recuerde con gestos ¿eh?, gestos, los gestos sí son los necesarios.
Ahora bien, cuando en cualquier tipo de relación hay recomendaciones de que no me vayas a fallar ya ahí está el principio de la duda y en consecuencia el que lo dice está fallando, entonces esto apunta a decir que siempre el amor en todos los órdenes es un acto genuino, auténtico, sincero, directo, concreto.
Normalmente el que se siente estafado en el amor sufre horrores y debe ser al revés, quien cometió la estafa en el amor sea denigrado pero la persona estafada se ha acrecentado pero en la cultura en la cual estamos viviendo todos se ve al revés, el que es estafado se lo ve un pobre hombre o una pobre mujer pero quien estafa se le ven todavía méritos y debe ser exactamente al revés. Hoy en la palabra ustedes leyeron claramente que tienen que obrar de una manera, entonces en esta sociedad enseguida se le mira la frente a alguien para ver si tiene alguna prominencia, el que la tiene llévela con orgullo, con mucho orgullo, no se haga tomar de tonto pero llévela con mucho orgullo porque el que tiene que sentirse mal es el estafador, no el estafado.
Quieren que se los diga en forma común como hablan todos los días: el que tiene que sentirse mal es el que pone los cuernos no quien los lleva, porque rebaja su condición de persona a un nivel que directamente da lástima, ahora, pero entonces para eso está el diálogo para conversarlo y terminar una relación cuando ya no va más, porque tampoco es legítimo estar cerca de alguien en amistad, en pareja, en lo que sea cuando se están fingiendo los sentimientos porque eso es otra forma de estafa, esa es otra forma de estafa, fingir sentimientos que no se tienen.
Hay que ser sincero, directo y concreto: te amaba, pero ya no, podemos quedarnos juntos para que no sufran nuestros hijos pero no sé si nuestros hijos no van a entender muy bien que ya no nos amamos. Tanto es estafador aquél que engaña como aquél que finge algo que no siente. Por eso, hay que ser auténtico en todo, ¿todo esto está dentro del tema de la Misericordia?, por supuesto, que dijimos al comienzo.
Digo esto porque parecería que el tema es especial dentro de la sociedad en la cual están viviendo donde aquellos que juegan a los galanes se creen tener una viveza especial y tienen cierto estatus de personas que se han liberado de muchas cosas, no es así. El que puede sentirse bien es aquél que dice: bueno esto no va más, se terminó, pero fingir no.
El que quiere leer entre líneas estas palabras léalas, porque va a tener muchas respuestas a muchas situaciones que vemos dentro de la sociedad y que no son las correctas, la convivencia forzada es una situación que hace peligrar la salud psíquica y física de una parte y de la otra y de la descendencia, nada tan erróneo como decir: mantengámonos juntos por lo que estamos criando, ¿qué quieren?, que el día de mañana vuestro hijo se pare delante de ustedes y les diga: no nos sirven como ejemplo porque no fueron auténticos, fueron falsos, totalmente falsos.
Valga esto para la pareja, para las amistades en general, para todo, aunque duelan las cosas hay que decirlas, no decirlas a los golpes, decirlas suavemente, amablemente, en la Sagrada Escritura está como se debe amonestar a un amigo que ha fallado en algo.
Cuiden todas estas cosas, cuiden, si quieren que sigamos con otros ejemplos, aunque no quiere decir que ya haya terminado con esto que dije, ni siquiera lo empecé todavía, porque dejé planteado toda la cuestión, toda la cuestión ¿verdad? de cómo se le considera a aquél que es genuino, auténtico y toma la decisión de decir basta ¿mmm?.
Está hablando Jesús, el Hijo de Dios y Dios mismo, quien quiere oír que oiga.
Si Yo pienso en otra obra de Misericordia: dar de comer al hambriento, por ejemplo ¿no?, pero hambrientos hay millones de, con distinto hambre, está el hambre muy simple que es de tomar un alimento, un pedazo de pan, pero están todas las otras hambres de amor, de afecto, de cariño, de consideración, de respeto, de tolerancia y podría agregar cincuenta palabras más, claro, un poco de comida para llenar el estómago y ya cumplí con la obra de la Misericordia, no, eso es uno en un millón, hay montones de hambrientos, de las más diversas clases de hambrientos y todo buen cristiano que se precie de tal tiene que descubrir el hambre que tiene el otro, qué tipo de hambre tiene ¿mmm?, es posible, que nos encontremos que hayamos pasado muchos años al lado de la vida de alguien y no nos hemos dado cuenta qué hambre tenía, cuidado con eso Mis queridos, porque ustedes tienen que hilar muy fino, ustedes no tienen la palabra de un simple ministro que a regañadientes y a las cansadas prepara una homilía que después dice a desgano ante un público que bosteza, no, no, no, ustedes están oyendo la palabra del Señor, en consecuencia ¿mmm?, delante de cada ser humano me debo preguntar: este ser humano ¿hambre de qué tiene?, hambre ¿de qué?.
Ahora, el problema es que no se lo plantee solamente que una persona, debe planteárselo todos porque sino no se pueden dejar satisfechas todas las hambres, en vez si todos están en una misma posición de estudiar a los demás qué hambre tienen, qué debo hacer para calmar el hambre de este ser ¿eh?, entonces cambiaría todo, absolutamente todo.
Comento esto, no para ponerte de ejemplo sino que uso un ejemplo, vos durante la semana viajaste y al rato de estar junto a la persona con la cual viajabas le dijiste: ¿estás triste?, ¿puedo ayudarte en algo?, y siguió la conversación y claro que pudiste ayudarle en un montón de cosas, pero ¿qué pasó?, ni bien subiste al vehículo miraste el rostro de tu hermano y viste que había tristeza en su rostro, no te pongo de ejemplo, me viene bien decir cómo hiciste, nada más, en todo caso no te podrías poner orgulloso porque son cosas que te inspira el Espíritu Santo, no son cosas tuyas, pero en eso sí hay que valorar algo, la disponibilidad para escuchar al Espíritu Santo.
Además, en las relaciones sociales hay que tener la suficiente autoridad moral como para que cuando diga algo el otro respire con confianza de que uno no está preguntando para meterse en su vida sino para ayudar realmente y terminó el diálogo y se olvidó la cuestión de comentarla con los demás porque la palabra, también me refiero lo que leyeron hoy en la Sagrada Escritura, la palabra de alguien tiene valor en la medida en que sea seria y que sea confiable.
Ustedes ven que cuando se habla de los temas de la Misericordia todo el mundo piensa en grandes acciones, tremendas acciones, sí, sí, también las hay, claro que las hay pero comienzan con estas pequeñas acciones, comienzan con estas pequeñas acciones.
No me gusta tu cara porque me parece que no estás bien, ¿puedo ayudarte en algo?, o directamente, sé que estás viviendo una situación difícil perdoná que quiera meterme pero si te puedo ser útil en algo usame, pero Mis queridos cuando uno dice usame al otro, en el buen sentido incluye un montón de cosas, no cosas así simples y pavadas, incluye montones de cosas, compromisos grandes a veces, compromisos grandes pero también en esto hay que hacer caso de aquél proverbio que dice: no des a quien no merezca.
Yo creo que lo que parece tan difícil de entender o de aplicar no lo es tanto, hay una forma de vivir, también nos va en la vida de una manera como decís vos pero también hay una forma de vivir, los demás deben saber a qué atenerse con uno, los demás deben saber si pueden confiar en uno, los demás deben saber si tiene uno algo para darle.
Es muy simple todo esto, podría resumirse en ordenar nuestra conducta, en mirar con los ojos del Señor o simplemente ponerse en blanco y esperar que el Espíritu Santo inspire. Si tienen miedo que los mal interpreten van a avanzar poco ¿eh?, pero acuérdense de esto, si vuestra palabra sale con amor profundo nadie va a creer que se está haciendo un acto falso o retorcido, empecemos por practicar todas estas cosas que son muchas ¿eh?, mucho más de lo que parece.
Y además quiero decirles, que como aquí se dan tantos Mensajes, a veces se olvidan de la mayoría ustedes, pero Yo prometo firmemente que todo aquél que a la hora de las doce cuando el sol está en el cenit lo vea moverse, la gracia que me pida en ese momento será concedida, al sol no lo pueden mirar directamente porque les hiere los ojos, mírenlo a través de lentes especiales o a través de una placa radiográfica, pero no se hieran los ojos mirando al sol directamente, qué van a ver cuando el sol esta en el cenit que un círculo, mejor dicho una circunferencia sale del sol y va hacia un lado o hacia otro, puede hacerlo una, dos o tres veces, el sol permanece en un mismo lugar pero la circunferencia se mueve una, dos o tres veces, prometo firmemente, todo aquél que en ese momento me pida una gracia por difícil que parezca se la concederé, ¿saben por qué?, porque Mi Madre les dijo: miren el sol cuando está en el cenit, que ese movimiento que hace, esa pequeña danza es una señal que ha dejado Mi Mamá en este lugar de las Apariciones ya hace mucho tiempo, hace muchos años.
Dice Nuestra Señora:
Es cierto, Yo dije muchas cosas lindas que podrían hacer y que bien me llenarían de gusto pero no, no se las pido así directamente porque no tienen todos los Mensajes en vuestras manos pero miren que Yo les he prometido tantas gracias, les he prometido tantas cosas lindas pero no muchas, Yo diría algunas o muy pocas se practican ¿eh?, no, no es obligación, solamente si quieren obtener más beneficios de la Misericordia del Señor.
Yo allá hace casi siete años les dije con sinceridad: esto va en grande, esto no, esto no anda con chiquitas, esto va en grande, bueno el que lo creyó feliz de él, el que no lo creyó créalo porque ha perdido mucho tiempo, ha perdido mucho tiempo y ustedes saben que la Misericordia del Señor no hay que desperdiciarla ¿eh?, la Providencia hay que llamarla siempre, no hay que desperdiciarla ¿mm?, porque los días de nuestra vida en la Tierra están contados, no así la eternidad, entonces no digo de llenarse de devociones y de cosas que después se cumplen mal o a medias pero si… (se dio vuelta la cinta)…, no tengan dudas que es así, se los he demostrado tantas veces, el otro día con las piedras preciosas que sacaba un alma del Purgatorio, es todo como un, el corazón se pone en cada cosa que uno diga ¿saben?.
A veces parece que la vida del cristiano es difícil, noo, es fácil, es tremendamente fácil, pero ¿saben cuándo?, cuando la entrega es total, sino no, el Señor no se conforma con partecitas, Él quiere todo, entonces hay que donarse todo y todo se vuelve fácil, hay que donarse en serio, no de la boca para afuera ¿eh?, les hablo como una Madre, hay que donarse en serio. Sí, ya sé que después uno se levanta cansado como te levantás vos a veces, pero si te tuve toda la noche yendo y viniendo por todos lados, pero son las consecuencias de la donación y un poquito de cansancio no mata a nadie ¿no?.
El problema no es tampoco Mis queridos el adquirir o el querer que Dios le de gracias a sus cosas, está muy bien, si la necesitan pídanla porque Mi Hijo les dice siempre: pidan lo que quieran ¿no?, el problema está o mejor dicho, la solución está en que están continuamente en una dimensión del amor, que les va a llenar la vida de otra realidad. Entonces, cuando alguien llama a la puerta y salen ustedes a recibirle se verá en vuestro rostro esa luz que tiene alguien que lo lleva al Señor dentro, van a hacer la comida y las cosas tendrán otro sabor, porque deben entenderlo Mis queridos, las cosas que están con Dios son diferentes, acaso no les dijo Mi Hijo que aquél sembrador que pasea entre los trigales y canta mientras crecen y ve salir las espigas, el pan que se hace con la harina de ese trigo tiene otro gusto, está bendecido ¿mmm?.
Hace dos o tres días Mi Hijo habló con un lenguaje muy poético, había poquitos aquí, bueno, en la contemplación del hombre con Jesús, conmigo, cuando es auténtico y real aparecen palabras que nunca había dicho antes ¿mmm?, entonces así Mi Hijo le habló de las alas que se agitan en el Cielo cantando himnos de alabanza o la piedra que brilla siendo opaca y sin sentido ¿mmm?.
Conclusión, vivir en la dimensión del Señor, si ustedes quieren obtengan todas las gracias que necesitan pero el problema va más allá de la gracia que conseguí, el problema es que van a tener una alegría constante, una alegría incomparable, esa es la alegría que va a convertir a vuestros semejantes mucho más que una palabra de catequesis, qué tendrá este ser que tiene esta alegría, ¿hace falta que les recuerde?, tal ves sí, lo del Padre Carlos de Foucould, saben que él llevaba una vida liviana, se va al desierto, se construye una choza cerca de un oasis y las tribus beduinas que pasaban por ahí le hacían de toda clase de desprecios y le quemaban la choza que era de paja o le destruían los sembrados o le destruían todo y él nunca se quejaba ni decía una palabra ni le presentaba batalla, al contrario, cuando cerca de allí había alguna lucha, alguna batalla entre las tribus del desierto él se acercaba y les ayudaba a curar a los enfermos, no pasó tanto tiempo, no crean ¿eh?, fueron poquitos años, muy poquitos, dos años, uno y medio o menos y bastó para que todos esos seres que circulaban por los desiertos y que paraban en el oasis se preguntaron: caramba, este hombre recibe de nosotros toda clase de atropellos, se deja azotar, se deja decir palabras horribles, le destruimos la choza, le destruimos lo sembrados y él no solamente que no dice una palabra sino que además cuando nosotros tenemos heridos él viene para ayudar a sanarlos, noo, vayamos de este hombre y preguntémosle: ¿quién es tu Dios?, porque seguramente tu Dios es el verdadero.
Yo sé que esto se dijo varias veces acá pero ¿no conviene recordarlo?, que hermoso, cómo se habrá sentido Carlos de Foucould cuando ese jefe beduino llego pero no a destruir nada sino a decirle: hermano ¿quién es tu Dios?, porque realmente contanos de Él, porque si ese Dios tiene hombres como vos es el verdadero.
Amén.