• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 25 de Agosto de 2001

Este compromiso que les doy hoy no es una carga ni quiero obligarlos a que hagan las cosas, simplemente convencidos de que un Dios de amor los creó y los sostiene y los sustenta no pondrán reparos en mirar a alguien pensando que se sane, que sea feliz, que sea bueno, ¿esto significa estar todo el día pensando en Mí, en lo que les digo?, noo, vivan espontáneamente, que la mayoría de las veces las cosas que uno hace espontáneamente son las más valiosas.
Mensaje del 25 de Agosto de 2001

Dice Jesús:

“Y en el principio era el Verbo y el Verbo era Dios y el Verbo estaba en Dios y el Verbo vino a los hombres y los hombres no lo reconocieron”.

En este día, en este invierno de Agosto de este año 2001 Yo les otorgo a todos los presentes dones y carismas especiales que después ratificaré signándolos con la cruz, así como dijiste que eran seres elegidos, es cierto, es cierto, para siempre, pueden andar retozando por ahí algunos, como teniendo un descanso de vida espiritual por qué no, ni se acuerdan tal vez de Mí pero a Mí eso me tiene sin cuidado porque Yo cuando elijo, elijo, elijo y pueden retozar nomás que después vienen otra vez y el retozar no es malo, en absoluto, porque después les hace ver mucho más toda la miel del amor del Señor.

Sí, todo lo que dijiste te lo he dictado a través del Espíritu Santo y estabas en otra dimensión y aunque suponiendo que algunos de los presentes se hubiera distraído y no te hubiera escuchado pero las palabras que has pronunciado hoy quedan grabadas para siempre en la mente de todos.

Hoy en este día les quiero dar un montón de dones y carismas, que cada uno va a utilizar como se sienta inspirado por el Espíritu Santo, ahora bien, cuando el Espíritu Santo les diga: hagan, hagan, no les va a pedir nada fuera de lugar ni nada que los incomode, pero sí les va a pedir el testimonio. Si hay un niño que está enfermo y los padres no son creyentes ni nada por el estilo uno puede visitarlos y cariñosamente pasar la mano sobre el bebé; ustedes dirán: estoy haciendo algo, privando de la libertad a alguno, no, Yo les autorizo a que lo hagan, no anden exhibiéndose porque a nadie le gusta que le recalquen las cosas y se las refrieguen en la cara, hagan menos ruido que la hierba al crecer, pero si tienen que tronar como un trueno también truenen, pero ¿saben?, un trueno es algo de la naturaleza pero una palabra como un trueno que sale de un hombre, tiene que ser un trueno con amor porque sino destruye.

Este compromiso que les doy hoy no es una carga ni quiero obligarlos a que hagan las cosas, simplemente convencidos de que un Dios de amor los creó y los sostiene y los sustenta no pondrán reparos en mirar a alguien pensando que se sane, que sea feliz, que sea bueno, ¿esto significa estar todo el día pensando en Mí, en lo que les digo?, noo, vivan espontáneamente, que la mayoría de las veces las cosas que uno hace espontáneamente son las más valiosas.

Les cuento a tus hermanos algo que hiciste hoy, mirabas desde unos veinte metros las flores de tulipanes y dijiste con toda tu alma y todo tu corazón que cada una de las células que forman esas flores sean una alabanza al Inmaculado Corazón de María para que ella utilice esos méritos para lo que quiera, claro, la célula es algo muy pequeño, en consecuencia se supone que hay un montón de células formando esas flores, ¿y hubo una premeditación para hacerlo?, no, surgió espontáneamente, que todas esas células que forman ese color sean alabanzas a Mi Madre y vos seguiste tu camino, lo que vos no viste es que los Cielos y la Tierra se conmovieron; vos dirás: ¿con tan poquito?, para el hombre es poquito, para la Economía Divina una enormidad, una enormidad.

Por eso les decía las cosas espontáneas a veces tienen una carga mucho más grande que las cosas pensadas y masticadas y estructuradas, no me gusta la gente estructurada, por supuesto los amo a todos con estructuras o sin estructuras pero se me sirve mejor a Mi sin estructuras, me refiero a las estructuras que oprimen porque hay otras estructuras que son valiosas pero ustedes las distinguen muy bien unas de otras.

Les repito, para que no se olviden, para remarcarles más, hoy no es un día para ustedes común y corriente, no, hoy es el día en que el Hijo de Dios hace que el Gran Comunicador, el Espíritu Santo, les llene de todo lo necesario para extender el Reino, ¿a qué me refiero?, a todo, a la transformación de todo, las cosas materiales y las cosas espirituales, las personas, los animales y las plantas, todo, el Padre creó todo, no cositas y entre toda esa creación los eligió a ustedes y los volvió a elegir haciendo posible verme aquí entre ustedes, ¿es un peso para ustedes esto?, no, es una satisfacción.

Cada uno en su lugar, en sus tareas, en sus cosas, sea dócil al Espíritu Santo, dócil y escuche cuando le habla por dentro, será dos, tres, cinco, diez, veinte o mil o una por día, sean dóciles y escuchen, Él les dirá qué tienen que hacer por ustedes, por los que tienen cerca y por los que tienen lejos, sean dóciles al Espíritu Santo, déjenle hablar porque a veces ustedes puede que le aturdan al Espíritu Santo, si ustedes lo aturden no lo pueden escuchar porque ustedes les ponen vuestras razones humanas, Mis queridos, las razones humanas aquí las dejamos de lado en el sentido de que si nos metemos en la dimensión del Señor, del amor del Señor ya todo es diferente, el razonamiento humano es como así, como si anduviera con muletas, defectuosamente pero cuando el Señor está dictando las cosas ya no.

Mis queridos no se ofendan, Yo no los traje aquí, ustedes vinieron, están acá, vinieron, por dentro los inspiré por supuesto pero vinieron por propia libertad y en consecuencia les doy esta tremenda responsabilidad sobre vuestros hombros, ustedes dirán: que Señor más tramposo que tenemos, nos trae mansitos y después nos carga, noo, la carga en todo caso es una carga de amor y es maravillosa. Cuando ustedes salgan de aquí van a sentir que ya nada es igual que antes, nada, seguirán con los afectos de siempre, con las cosas de siempre pero ustedes verán que ya nada es igual que antes, así obro Yo y obra Mi Padre cuando elegimos a las personas.

Quiero en ustedes tanta fe y si uno no tiene tanta fe convencimiento de que si tocan algo lo convierten en oro, dicho metafóricamente; ustedes dirán: ¿y por qué nosotros?, miren, esa pregunta si quieren hacérsela hágansela todas las veces que quieran pero no van a tener respuestas hasta que estén de este lado, porque muy bien ustedes podrían pensar: hay tantas jerarquías dentro de la Iglesia, hay tantas personas en todo el mundo ¿por qué nosotros?, Yo no se los digo, aunque les dije muchas veces pero no, lo van a saber de este lado y además cuando un hijo se siente amado por un padre le pregunta: papá ¿por qué me amás?, Yo nunca he sentido que un hijo le pregunte a un padre: papá ¿por qué me amás?, y la pregunta de ustedes sería: Papá por qué me amás tanto?, Papá por qué me amás tanto que le ponés tanto poder a mis manos, a mis ojos, a mi lengua, a mis piernas, a todo esto, que es mi cuerpo, ¿por qué Papá me amás tanto?, y no te lo respondo porque no hay palabras para responder como ustedes no tienen palabras para responder si vuestro hijo le preguntara: papa ¿por qué me amás tanto?, qué te di yo Papá para que me amaras tanto?, Yo te elegí, pero también me has dado muchas cosas, lo que pasa es que muchas veces el hombre es muy modesto para reconocer las cosas que me da y solamente una mirada hecha con amor me está regalando a Mí un mundo.

Deben acostumbrarse a mirar las cosas del Señor desde otro ángulo, desde otra dimensión, ustedes no pueden decir que no se les avisó, Yo les aviso, miren las cosas desde otra dimensión y cuando miren las cosas así se van a dar cuenta qué…, se van a dar cuenta que, que todos son hermanos, que los dolores no son tantos y las cosas se solucionan más fácil de lo que uno creía, que estando con Dios todo tiene salida, todo, todo tiene salida.

Mis queridos, les repito, desde hoy ya nada es igual, en apariencia sí, pero en el fondo no, no, ya nada es igual. Este camino que ustedes están transitando es un camino sin retorno, nadie deja al amor abandonado porque sabe que la razón de ser de su vida es el amor, nadie deja el amor abandonado y se vuelve atrás, podría hacerlo por un tiempo porque la mente humana en ese sentido es inefable pero Yo espero, tengo tanta paciencia, milenios de paciencia, che, mirá si estaré acostumbrado de tener paciencia, milenios de paciencia.

Cuánto, cuánto desciende sobre ustedes en este momento, aquellos que tienen
cualquier dolor, enfermedad o lo que sea tóquese el lugar, ¿saben Mis queridos?, no se los dijo cualquiera, se los está diciendo el Hijo de Dios y Dios mismo, piensen en los que están enfermos, piensen.

Ahora, en esta breve ceremonia Yo los signaré y ese signo que pongo en vuestra fuente, en vuestra frente ya nadie lo podrá quitar, nadie, cuando dije frente se cruzó la palabra fuente, eso les indica que hasta el Hijo de Dios tiene esos lapsos para indicar cosas porque esa forma de signarlos es la fuente de un montón de maravillas.

Habla Artemio:

Se acomodan muchos para dejar pasar a Jesús, la Virgen, el Arcángel Miguel, príncipe de las milicias celestiales que les dará, que está presente para darles todas las fuerzas para luchar contra el maligno, Nuestra Madre, Mediadora de todas las Gracias, la Madre Teresa con su cirio encendido recordándoles la extensión de los cinco continentes.

Jesús se para, llega hasta M., y le hace la señal de la cruz. El Arcángel Miguel también le toca la cabeza.

L.: Jesús se para delante de vos, te mira profundamente, hace la señal de la cruz en la frente, el Arcángel pone las dos manos sobre tus hombros y dice: no tengas miedo de nada.

M.: Jesús mira la cruz que tenés, la toca, la aprieta en su mano, las dos y te hace la señal de la cruz. La Virgen está en todo, mira todo, se mueve, va y viene, la Madre Teresa no tanto porque le molesta la vela, larga, pero el Arcángel Miguel, te toca las manos, la cabeza, la primera vez que ocurre esto, el Arcángel nunca había hecho lo que hace.

S.: la Madre Teresa toma la medalla, la besa … (se dio vuelta la cinta)…. Jesús es tan práctico que espera que yo cambie el cassette. El Arcángel te acomoda el pelo, mira tu piel y sigue mirando tu piel, Jesús levanta un poco el flequillo y
hace la señal de la cruz.

N.: se acomodan todos, ustedes dirán: ¿cómo yo veo la mirada si estoy de atrás?, bueno porque la materia incorpórea permite ver. El Arcángel se interesa en la medalla que está colgada y hace la señal de la cruz Jesús, el Arcángel Miguel pone la mano detrás de la espalda y en algo que nunca hicieron, el Arcángel Miguel se vuelve hasta M. y le pone la mano sobre el lugar que tiene enfermo.

Las manos del Arcángel son tan finitas y largas.

C.: la Virgen toma las manos, las tiene un rato entre ellas, Jesús le hace la señal de la cruz, el Arcángel le pone la mano en la espalda también, dice que piensa en la alergia, que no tiene por qué tenerla.

P.: el Arcángel Miguel tomó la cadenita, la tiene en sus manos, la Virgen también la miró, Jesús le hace la señal de la cruz.

Hay como un, se chocan unos con otros ahí pero llegan hasta de I.: Jesús mira la cruz que tiene sobre su pecho y la bendice, la aprieta en las manos, luego hace la señal de la cruz y el Arcángel Gabriel le pasa las manos por la cara suavemente.

¿Quién hay ahí que veo tres o cuatro personas?, ¿no hay nadie, sin embargo el Señor le hace la señal de la cruz a cada uno, yo no sé quiénes son. Ahora sí veo a J. y su hermana, las otras dos no las conozco.

H.: Jesús pone en sus manos cubriendo las tuyas, las retiene así, puestas sintiendo el calor de sus manos ahora, ahora te hace la señal de la cruz, la Madre Teresa se agacha un poco para verte la cara, no tiene tanto que agacharse pero, me mira a mi con, como queriéndome decir: terminala. El Arcángel le pasa la mano sobre el cabello.

D.: Jesús tiene una obsesión con las manos tuyas porque siempre las toma entre las de Él, el Arcángel se acerca primero, te toca el cuello, como si fuera conocido de siempre y Jesús te hace la señal de la cruz y vos sentís que te hace la señal de la cruz, vos sentís y ahora sentís que Él te pone sus manos en las tuyas y sentís caliente, una tibieza.

N. ¿Hay alguien más ahí adentro?, se han puestos todos alrededor y le hacen la señal de la cruz.

Y Jesús sigue caminando y lo encuentra a R. y a su señora, le hace la señal de la cruz a los dos, la Madre Teresa levanta más la vela porque esta oscuro.

Y aunque les parezca mentira ahí está sentado Juan Pablo II, Jesús le pone las manos en la cabeza, le mira las arrugas de la frente, el Arcángel le pone la mano en la espalda sobre la joroba, la Virgen también pone las manos y la Madre Teresa pone una mano sola porque la otra tiene la vela. Jesús no le hace la señal de la cruz, levanta la mano en alto y hace una cruz inmensa de un metro por lo menos y lo más interesante que la cruz queda marcada en el aire, es de madera, no tiene el cuerpo del Señor, es lisa la cruz, tiene las partes de las puntas un poquito festoneadas, es de un color de madera no tan claro y queda suspendida ahí en el aire la cruz que hizo el Señor. El Papa no levantó la cabeza.

Viene hacia acá, lo mira a H.: le pone las manos sobre él y él siente la tibieza de las manos de Jesús, como nunca otra vez la había sentido, siente la tibieza de las manos, después le hace la señal de la cruz, la Virgen mira y el Arcángel Gabriel le pone la mano sobre el hombro izquierdo, las manos del Arcángel son tan finitas y largas, bueno no tanto, quiero decir que son finitas.

Bueno me toca a mí.

Jesús se vuelve a sentar.

Dice Jesús:

Hay en vuestro pecho un pequeño temblor y en vuestro cuerpo algo que no pueden describir, he invadido vuestros cuerpos totalmente, eso les da un brillo de Luz propia y cuando vayan donde vayan sepan que alumbran, que eso no les haga pensar en que son privilegiados por nada, que les haga pensar: el Señor está brillando en mí.

El Padre, Yo y el Espíritu Santo estamos reinando plenamente en este lugar, Mi Madre ha hecho de esta Casa su morada permanente, eso no quita que esté en otros lugares también.

Cuando pasen por este lugar acuérdense: la Madre está aquí adentro observando todo y háganle alguna reverencia, no hace falta que sea exterior simplemente pensando algo.

Habla Artemio:

El Arcángel Gabriel dice que él se instala en la puerta para protección de todo.
La Madre Teresa ya apagó la vela pero no sé donde la pone cuando termina y la Virgen María está muy contenta.

Dice Jesús:

Y ahora Mis queridos, les digo lo mismo que les dije después de Pentecostés cuando los Discípulos me preguntaron: ¿cómo nos van a conocer que somos cristianos?, y Yo les digo: los van a conocer porque se aman y porque sanan a los enfermos, no hace falta que digan una sola palabra en presencia de un enfermo, si el Señor ya no dispuso otra cosa, sin que ni siquiera lo toquen ya le han sanado, si lo tocan mucho mejor, porque si bien es cierto que estoy Yo en todo pero Yo estoy usando de vuestras manos, de vuestros ojos, de vuestro cuerpo, entonces cada pedacito de vuestro cuerpo es sagrado, ustedes son sagrados, porque son el templo de la Trinidad y dense el lugar que le corresponde. Cuando entran a un lugar sientan por dentro que tienen la fuerza de transformar las cosas, esa transformación se vea en forma inmediata o no tanto, no es problema de ustedes, pero ustedes entren con la seguridad de que entra la palabra.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos