Y en el principio era el Verbo, el Verbo era Dios y el Verbo estaba en Dios, el Verbo vino a los hombres. El Verbo viene todos los días a los hombres, a cada instante y los hombres no lo reconocen o lo reconocen a medias, un poquitito y se afana contando las espinas que tiene clavada en su carne y no mira que ahí delante estoy Yo ofreciéndole todo pero cuenta las espinas nomás.
Mensaje del 21 de Julio de 2001
Habla Artemio:
Señor, el otros días nos visitaste con pantalones y camisa y hoy tenés puesto el poncho blanco que viniste dos o tres veces el año pasado con ese poncho blanco con flecos negros de quince centímetros por lo menos pero es muy livianito el poncho, no es muy espeso, es una tela gruesa, con consistencia y es medio largo, parece que lleva pantalones debajo.
En todos los lugares donde iba Señor, por el Norte, miraba por todos lados si había algún poncho así, no sé por qué, tonterías humanas. En la parte del cuello tiene unos dibujitos acá como con temas indígenas parece, tiene el cabello seco el Señor hoy, le tapan un poco las orejas, no es tan común y al estar seco es más claro y no tan, tan ondulado pero no con rulos ¿eh?, no.
Ahora, Señor a nosotros nos gusta contemplar cada cosa que traes porque también forma parte de vos, somos así como los chicos que miran siempre primero lo exterior, nunca llagaremos a entender Señor por qué así un día con un manto, otro día con un manto corto, otro día con pantalones y otro día con este poncho que tenés, digo poncho yo porque tiene un agujero en el medio, una tela cuadrada y no sé cómo llamarlo de otra manera.
Son las pequeñas cosas que hacen a la totalidad ¿no?, primero se mira la envoltura de algo siempre, porque así somos los humanos Señor, tal vez lo primero que uno describe es la ropa que tenés y no como están las llagas hoy, porque siempre están distintas.
Señor Jesús, que hermoso si uno pudiera ¿no? decirte cosas, en el atardecer de este día compartir, hablar sobre los problemas que cada uno tiene, ahora pero yo me pregunto cuando uno está delante tuyo parece que no tiene nada, y si no tiene nada de malo, pero vos sabés Señor, sí, no hay duda, lo sabés todas nuestras intimidades, nuestras alegrías, nuestras soledades, nuestros dolores y lo sabés y no es que no puedas hacer nada por ellos pero como vos dijiste: que necesidad tengo Yo de hacer milagros, puede que los haga, puede que no, por eso, más que hacer las cosas las hacés hacerse, son las delicadezas que tenés con nosotros Señor para no privarnos de nuestra libertad y está bien Señor, está bien, se entiende porque sino qué mérito habría en algo bueno que podamos hacer, por supuesto todo lo bueno viene de vos pero cuando uno hace algo bueno tiene un sabor diferente ¿no?, por eso, vos querés que, vos querés el camino un poco largo a veces, a veces de nuestro tránsito o de nuestra conversión, será porque uno la saborea más. Además siempre decían hasta los antiguos que las conversiones fulminantes a veces pueden ser, a veces, una vuelta atrás en forma inmediata, cosa que nunca ocurre Señor cuando hay un largo proceso en todo.
Nosotros decimos y queremos que la semilla plantada en la tierra Señor inmediatamente nos muestre sus flores, pero tenemos que esperar que salga el sol, caliente la tierra donde está la semillita, esperás que nosotros humedezcamos la tierra, controlás nuestra ansiedad para ver cuando nace la planta y así la vamos siguiendo, esperando, esperando hasta que por ahí quiere mostrar un capullo y ya nos empezamos a hacer idea de qué color será ese capullo, como el que conozco, como el que todavía no conozco, cómo será. Y también después vemos cómo ese capullo florece en plenitud o en algunos casos se forman las semillas, en otros no, porque hay otras formas de reproducción y sigue el proceso Señor, sigue el proceso, tiempo, como vos dijiste, los milagros pueden ser inmediatos o pueden tener un tiempo y ese tiempo para quien está con vos Señor depende de vos.
Ahora, cuando uno Señor siembra la semilla o pone un bulbito o lo que sea riega, espera y diariamente mira como evoluciona, es distinto Señor de que si de repente tuviéramos la flor, es distinto, totalmente distinto, porque parecería que fuimos también nosotros haciendo nacer en nosotros ese color que esperamos que nazca de la semilla y después cuando vemos que la flor se marchita confiamos en que queden semillas para otra vez, para seguir repitiendo la historia, pero la historia que no se repite Señor es cuando pasamos a estar a tu lado para siempre, esa historia no se repite porque el amor que no se termina, no se termina nunca.
Muchas veces uno piensa Señor que: ¿no se aburrirá un poco uno siempre haciendo lo mismo?, y yo me pregunto: alguien cuando se siente amado y cuando ama profundamente, no un poquitito, ¿se aburre, se cansa?, quisiera que ese instante se prolongara eternamente, o acaso no le decimos a una persona cuando la amamos, quisiera que este momento fuera eterno, esa es la expresión más común de cualquier persona que está enamorada: quisiera que este momento no terminara nunca y así vamos a decir cuando estemos delante tuyo, delante del Padre, entramos en el tiempo que no termina nunca.
Que lindo Señor, si podemos estar todos juntos también allá ¿no?, del otro lado, sería feo si alguno no estuviera, todos juntos gozando el para siempre, algo que no entendemos, todo es precario en este mundo, todo termina, ya el momento de recién ya terminó y lo que será el vivir para siempre ¿no?, lo que será.
Bueno, habla Señor que te escuchamos.
Dice Jesús:
Y en el principio era el Verbo, el Verbo era Dios y el Verbo estaba en Dios, el Verbo vino a los hombres. El Verbo viene todos los días a los hombres, a cada instante y los hombres no lo reconocen o lo reconocen a medias, un poquitito y se afana contando las espinas que tiene clavada en su carne y no mira que ahí delante estoy Yo ofreciéndole todo pero cuenta las espinas nomás.
Habla Artemio:
Sí Señor, así somos, por educación o por lo que sea somos así Señor, somos así y ya que interrumpí te pido disculpas porque ayer quisiste venir, como dos horas me perseguiste para manifestarte y a mí no me alcanzó el tiempo.
Dice Jesús:
Yo vengo todos los días, mañana, tarde, noche y más tarde también, a veces tengo ganas de hablar más con vos para decirte algo, otras veces no tanto, te acompaño en lo que hacés pero me gusta hablar con vos, decirte cosas.
Por eso a veces me pregunto si terminaremos alguna vez este diálogo visible, a esta forma me refiero, si van a terminar alguna vez estas Revelaciones, tengo Mis dudas; ustedes dirán: ¿el Hijo de Dios tiene dudas?, el Hijo de Dios tiene parte humana también.
Me gusta hablar con vos y me gusta hablar con todos los que están aquí pero se vuelve un poco engorroso hablar con todos, entonces vos sos el portavoz para el resto.
Los demás se preguntarán: ¿por qué me gusta hablar con vos?, no lo digo para vos nomás esto, en todo caso puede servir para otros ¿no?, me gusta hablar con vos porque escuchás siempre y nunca ponés nada en duda de lo que te digo si te surgen dudas buscás las dudas en vos pero no en lo que Yo te digo, la humildad es la virtud esencial para que a Mí me guste hablar con alguien pero también me gusta de vos una cosa o varias, que no te tragás ninguna píldora, que cuando Yo te digo una palabra enseguida tu mente hace una revisación general de montones de cosas y de vos mismo a ver si estás en tu sano juicio.
No me gustan los que dicen siempre que sí porque no es posible decir siempre sí; ustedes dirán: pero el amor del Señor, todo lo que el Señor tiene como uno va a decir que no, claro que tiene que decir que no porque Yo puedo decir muchas cosas pero ¿las entienden realmente ustedes totalmente o falta un pedacito de tiempo para entenderlo?, por qué esto pasa así y no de otra manera, no lo entiendo Señor decís vos, diría, no sé si la palabra es justa: quisquilloso, es decir, no se te puede andar argumentándote cosas para convencerte, no y eso es muy importante, cosa no aceptada dentro de la gran Madre Iglesia, sí, sí, sí, sí, sí, sí, no, Yo no quiero la uniformidad, me parece de gente anormal, quiero la unidad, dije muchas veces esto ¿eh?, pero no dentro del contexto como el de hoy, ya en el 96 lo dije pero no en un contexto como el de hoy.
Será tan importante la Revelación de hoy que está ocupando un espacio el que Yo diga que me gusta hablar con vos, en todo caso que se haga general ese planteo: ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿a quién?, tiene ganas de hablarle Jesús. Y aunque todos saben que hablo a través del Espíritu Santo, también Dios pero siempre les aparece Mi rostro, Mi imagen porque el hombre tiende siempre a objetivar.
En estos días escuchaste tres veces una expresión, no, para ser exactos cinco veces, pero de forma más o menos diferente, tres iguales y dos no, la expresión: la gauchada es muy buena pero el poncho no aparece, el Señor dirán algunos: está distraído como encaja lo que está diciendo con el resto, de esta forma, la persona se dice: el Señor me visita, el Señor me ama, el Señor dio su vida por mí, se dejó matar y todo por mí y entonces por qué me pasa esto, esto, esto, esto otro, esto otro, esto otro, si Él me ama, ¿por qué permite que me pasen estas cosas?, ¿por qué?, como la niña que ayer te decía: ¿por qué murió el niño?, ¿por qué?, ya no le puedo tener más confianza al Señor decía ¿verdad?, y no sabe que Yo he sufrido al lado de ellos pero mucho más por el bebé, pero cómo hago para hacerle entender los tiempos que uno diría de maduración o de cumplimiento de un ciclo biológico o tantas cosas por el estilo, además tengo que hablar en forma sencilla para que todos me entiendan como debe hablarse, en forma simple.
Cuando Mi Padre se le revela a Moisés, ¿qué le dice, hace un largo discurso para presentarse?, no, cuando la zarza está ardiendo y Moisés se da cuenta que no es normal eso que está pasando y reconoce la presencia de Mi Padre, Mi Padre se define: vino a hablarte el que es, nada más. ¿Ven que como con algo tan simple puede decirse algo tan grade?.
Por eso, desconfíen un poquito de que Yo quiero usar muchas palabras rebuscadas para decir las cosas, las cosas son simples, a veces hay que hablar con términos justos, exactos, necesarios, sí, por supuesto, pero aprendan de Mi Padre, Yo soy el que soy dijo a Moisés, vino a hablarte el que es.
Cualquiera diría que no hay relación en todo lo que estoy diciendo, está Mis queridos, búsquenla, está la relación, está, pero ¿qué ocurre?, cuando el alma se siente golpeada, ustedes dirían: shokeada, cuando el alma se siente golpeada por algo, por una ausencia irremediable, por un amor que no puede ser, cuando el alma se siente golpeada por un niño que sufre, por las injusticias de los que mandan, por la opresión de los que están debajo del pie de los demás, entonces aparecen hasta lágrimas en los ojos y el hombre se revela. El Antiguo Testamento está lleno de rebeldías, pero no de gente común, de los Profetas y ellos entendían mucho y eso que tengan en cuenta que al escribir los datos, porque todo está muy impreciso, no todo puede tenerse en cuenta así al pie de la letra, está muy impreciso todo, por eso que a veces hay que tener un sentido común muy amplio y el Espíritu Santo auxiliando para poder entender bien las cosas ¿eh?, no se trata de cualquier cosa che.
Entonces, les decía, que el alma golpeada se obnubila, no ve claro y protesta y se enoja y siempre busca alguien a quien echarle la culpa y normalmente como dicen: el Señor me ama, ¿cómo puede hacerme esto?, pero Yo no te lo estoy haciendo Mi querido, la vida se conjuga de una manera, las libertades de los hombres se conjugan de una manera, los tiempos de los hombres, eso no lo pueden entender fácilmente, por eso el alma se golpea, se tortura, cómo no se va a torturar el alma del aquel ser que es simple, que gana el pan con el sudor de su frente, que va y viene del trabajo, si hasta aquellos que dijeron entenderme tanto y me entendieron mucho y me entienden mucho también se revelan.
Bueno pero vos decías mucho tiempo atrás que la indignación la considerabas una virtud y todo el mundo rasgaba vestiduras, es decir y decían: a otro con ese cuento, pero es cierto, la indignación es una virtud y una protesta bien hecha, con criterio, aunque sea hecha al mismo Dios Padre, no sé si decirle que es una virtud pero casi, porque cada uno se maneja con las armas que tiene, con los elementos que tiene a mano, entonces depende de la rectitud de una protesta, de la rectitud de una indignación, de la rectitud de cualquier cosa para que muchas, muchas, muchas palabras que a veces están vacías de contenido pueden tornarse virtudes.
El dolor puede ser una virtud o puede ser una enfermedad, si a uno le gusta sentir el dolor y disfruta del dolor porque siente placer con el dolor, es enfermedad pero cuando el dolor cala los huesos y entra hasta en los escondites más grandes del alma y el hombre traga amargo y dice: por vos Señor, por vos, por vos Señor, por vos, es otra cosa del ejemplo anterior.
Por eso Mis queridos, Yo estaría horas y horas hablándoles pero ante que estas palabras lleguen a los hombres va a pasar tiempo, por razones también humanas, va a pasar tiempo, porque si ustedes buscan en estos siete años casi ya, tienen todos los elementos para formar un cuerpo de doctrina sobre todo los temas.
Es decir, todos los temas no los he tocado pero los he tocado también a través de lo que dijeron algunos Santos o a través de saber cómo pienso, si les estoy dando a la Parábola del buen samaritano la importancia que le doy, si le estoy dando la importancia a la Parábola del hijo prodigo, ¿no les está diciendo eso que estoy hablando de muchos temas que producen profundas ronchas, profundas ronchas en aquellos que quieren tener todo cocido en paquetitos, todo estructurado?. Si te digo quién es mi hermano en esa Parábola y te digo en la otra: el hijo que no entiende al padre que perdona, que vuelve, el padre que entiende que la ley no le sirve, ¿qué, se va a poner a darle un discurso sobre cómo vivir y sobre cómo no malgastar el dinero de la forma en que lo hizo?, no, mi hijo ha vuelto alegrémonos, ¿no destruye en ese momento ese hombre la ley?, ¿no destruye en ese momento todas las venganzas?, dejame alegrarme porque este hijo estaba perdido y ha regresado a casa, pero padre yo siempre me porté bien y para mí nunca hiciste una fiesta, vos lo tenés todo hijo pero este hijo estaba perdido y ahora ha regresado.
Fíjense Mis queridos una cosa, el padre pudo haber pensado: como se le terminaron los víveres vuelve, como sabe que en la casa del padre hay comida viene a sacarse el hambre, el padre podía haber pensado cincuenta cosas pero no, piensa bien.
Entiéndanlo hombres de todas las latitudes, que, no sé si siempre pero casi siempre el pensar bien hace que eso se vuelva bien, tantas veces algo no funciona porque nosotros, los humanos no tenemos la confianza, el padre pudo haber dicho: vuelve porque tiene hambre, noo, el padre dijo: me alegro porque este hijo estaba perdido y ha vuelto a casa, podía haber dejado de lado muchos festejos y muchas cosas pero no, pónganle zapatos nuevos, anillos en sus dedos, ropas buenas. Piensen, piensen en la Parábola del hijo pródigo, hay un mundo allí, un mundo que Yo titularía: el de la confianza, el mundo de la esperanza, el mundo del salto al vacío, el mundo del que se abandona en la seguridad del amor sabiendo que el amor no puede fracasar, nunca, ¿oyeron?, nunca. Cuando parece que fracasa es porque no se amó totalmente, no se amó con toda el alma.
Hay que buscarle vueltas al asunto que por ahí está.
Déjenme estar alegre porque este hijo que estaba perdido ha vuelto a casa, no se le ocurrió nada en contra y la pena que da ¿verdad?, ver que el otro estando al lado del padre tan virtuoso no haya aprendido, que pena, tuvo que aprenderlo con un golpe, y un golpe fuerte, pero ¿cómo?, yo siempre al lado tuyo y ni una fiesta, ni un asado con mis amigos.
Ahora, Yo desde siempre hice hincapié en esto ¿no?. .. (se dio vuelta la cinta)…, Yo hice hincapié en tantas cosas pero ¿quieren algo más revelador de quién es mi hermano?, la Parábola del buen samaritano.
Entiéndanlo de una vez por todas, nadie es cristiano de veras si no entendió y lleva a la práctica y vivencia diariamente la Parábola del buen samaritano y esto es importante para los hombres de este siglo XXI, ¿saben por qué?, porque quieren prioridades, ¿qué es prioritario?, ¿qué es primero?, en la palabra lo tienen, para el sacerdote ir a orar, el otro tenía que hacer, pero él invierte su tiempo, toda su generosidad, le limpia las heridas, no le pregunta ni como se llama, nada le pregunta, absolutamente nada, ¿alguno alguna vez se puso a meditar qué habrá pensado este hombre cuando le limpiaba las heridas sobre quién era esa persona quien estaba limpiando?, cuando lo estaba curando, ¿qué habrá pensado?, ¿habrá pensado en los otros que pasaron de largo?, no, para nada, pensaba en ese hombre concreto que tenía despedazada su carne y lleno de dolor.
Les repito, no se entendió Mi Mensaje, mientras no se entienda la acción del buen samaritano y ya lo dije otra vez: todo el mundo le esquiva a esto, porque en el fondo son tan contados los buen samaritanos. Ahora, eso no quiere decir que a veces alguna persona proceda bien pero Mis queridos, la cuestión es proceder siempre bien y si no puedo por cualquier motivo porque no está a mi alcance pero sí mi actitud debe ser esa.
No puedo estar yo en este momento en el Sur de África o en el Norte de Canadá o en el centro de la India pero puedo tener la actitud de querer remediar toda la miseria material y espiritual de tantos. ¿Es un actitud nada más?, Mis queridos, ustedes tienen que tener en cuenta que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están midiendo todo, todo, esto quiere decir que necesariamente para estar dentro de lo que corresponde diríamos, hay que obrar siempre de una manera, bueno, Yo diría tantas veces no nos es posible, porque también tenemos que ser buenos samaritanos con nosotros mismos.
Yo te dije el miércoles: calzate porque si te resfrías después me vas a pedir que te aclare la mente ¿mmm?, estaba bien el descalzarse, pero el enfriarse demasiado era una limitación que después tenías.
Creo que todo está claro, muy claro. No entendamos la Parábola del buen samaritano solo para con los otros, también tenemos que ser buenos samaritanos para nosotros, ¿eso será una forma de exaltar el ego?, no, ¿será una forma de hacer caldo de cultivo del orgullo?, no, es tener en cuenta un cuerpo, un alma que Yo he creado y quiero que tenga un buen fin, ¿esto se aplica para todos Mis queridos?, no, hay veces que no, ¿quieren un ejemplo?, Maximiliano Kolbe, él podía haber pensado: puedo escapar, puedo irme lejos, puede que a lo mejor me salve de estas bestias humanas, puede muchas cosas pasar y que alguien se beneficie con los auxilios míos de sacerdote, no, en ese momento aparece otra virtud muy escasa entre los hombres, el heroísmo, el heroísmo y cuídense muy bien de pensar en que son demasiado escasos los héroes, ¿saben cuáles son escasos?, los que hacen mucho ruido porque tienen actitudes delante de mucha gente o los ven muchos, pero hay tantas clases de heroísmo Mis queridos, ese hombre que parte con la madrugada hacia el trabajo, sin ningún tipo de estímulo, ni de su casa ni del trabajo ni de nada, ese hombre va sumando actos heroicos, poquititos, poquititos, poquititos, poquititos pero los va sumando, o esa mujer que a lo largo de la vida hizo el sustento para sus hijos o para quien sea a la mañana, a las doce, a la tarde y a la noche, ¿una vez, dos veces?, no, toda una vida, eso también es heroísmo, no por supuesto quien lo hace protestando, aunque a veces puede que uno proteste también pero el que lo hace por amor.
El Señor se está poniendo latoso, Yo creo que por hoy es suficiente, más que suficiente, con habernos acordado del Padre que se alegra con el regreso de su hijo y del samaritano limpiando las heridas, ya tenemos un mundo construido con eso, pero ¿tan importante será limpiarle las heridas a un enfermo?, es una cuestión interior de actitud, a veces no serán heridas, serán otra cosa, habrá mil formas diferentes de hacer lo que hizo el buen samaritano, mil formas diferentes, un millón de formas diferentes pero lo fundamental ¿qué es?, la actitud de servicio, pero un servicio total ¿eh?, no medio mezquino, medio con y qué dirán si me ven, y que pasará si esto o lo otro. Acostúmbrense Mis queridos a vivir de una manera y en eso vuelvo otra vez al hijo pródigo, acostúmbrense al salto al vacío, abandonándose en la confianza del amor porque eso es, sacar a relucir la esperanza, pero el salto al vacío tiene que estar tan lleno de amor porque sino se van a tirar a la pileta y no tiene agua la pileta, claro, ahí me pedirían un milagro a Mí, que no se rompa los huesos pero aquí estamos hablando de otra cosa, del salto al vacío. Si el hombre tomara conciencia de lo que es el salto al vacío abandonándose en el amor, lo digo con una expresión común: todo lo convertiría en oro, salto al vacío, no sabiendo que hay una red abajo esperando, no, sabiendo que hay nada, pero hablamos tanto de la prudencia que al último nos estructuró de tal forma la prudencia que nos asfixie y nos mata en todo.
Basta por hoy Mis queridos, no saben cuánto los amo, no saben, no saben cuánto espero estar aquí sentado visiblemente para decirle cosas, porque Yo también estoy haciendo un salto al vacío Mis queridos, estoy haciendo un salto al vacío con el mundo, ¿lo han entendido ya?, quien no pensó todavía que todos estos Mensajes son un salto al vacío no entendió nada, son un salto al vacío, no me digan que no es apasionante ¿no?.
Amén.