Entonces, que quede bien claro todo esto y tampoco no, no se evalúen con tanta firmeza y a veces con crueldad, sepan ofrecer todas las cosas al Señor porque de esa manera van a crecer de otra forma, sabemos que todo lo bueno viene del Señor y de todas las demás cosas por supuesto que también pero todas encaminadas por el Señor ¿eh?, respetando siempre toda la libertad que cada uno tiene, cuando Yo digo la libertad que cada uno tiene me refiero en general ¿no?, porque no todas las personas tienen una total libertad para decidir, para pensar con claridad, para discernir. Mensaje del 04 de Mayo de 2001

Dice Jesús:

… (El Mensaje empieza cortado)…, tampoco se aplicaría así, acostúmbrense a vivir, no el momento porque sí, siempre hay que tener en cuenta lo que va a pasar mañana también pero esfuércense ese momento por vivir lo mejor posible, porque sino mañana lo van a lamentar y van a decir: lo perdí el tiempo, ¿tanto?, tanto, hay que vivir cada momento con toda la intensidad que las circunstancias de ese momento permiten, teniendo siempre como una lección diaria lo que uno pasó y también pensando en que uno se proyecta hacia el futuro pero que no se nos escape este momento porque sino después nos arrepentimos y decimos: está muy vacío el día o ese tiempo o este tiempo o lo que sea, pero el hombre no quiere entender esto, no, y entonces vive haciendo proyectos para el futuro, que a veces muy lejanos y ese proyecto futuro, como faltan tantas circunstancias entonces se desfigura, no sirve, o bien siente remordimiento por cosas del pasado, tampoco sirve, porque en todo caso hay que aprender de ese pasado y luego adelante.

Nunca por pensar en mañana dejen de vivir hoy y más aún, dejen de vivir este momento, por montones de cosas, algunos por allí dicen que las oportunidades no se repiten tan fácilmente, sí, es cierto, pero también porque cada momento necesita un estado de plenitud, es decir, tiene que estar con plenitud porque sino no sirve y cuando uno lo vivió así nomás entonces empieza uno a remorderle y dice: cuánto tiempo que perdí, bueno pero en este momento no es cuestión de ponerse a contabilizar el tiempo perdido sino de aprovechar el presente y aprovecharlo con toda intensidad, siempre presente con proyección de futuro pero sin exagerar porque sino el futuro se desfigura, si casi no tenemos conciencia de lo que vivimos, el momento que vivimos, la mayoría de las personas. Yo dije: no tenemos conciencia porque Mi parte humana se identifica con la parte humana de ustedes, mitad de Mi naturaleza es humana.

Entonces, que quede bien claro todo esto y tampoco no, no se evalúen con tanta firmeza y a veces con crueldad, sepan ofrecer todas las cosas al Señor porque de esa manera van a crecer de otra forma, sabemos que todo lo bueno viene del Señor y de todas las demás cosas por supuesto que también pero todas encaminadas por el Señor ¿eh?, respetando siempre toda la libertad que cada uno tiene, cuando Yo digo la libertad que cada uno tiene me refiero en general ¿no?, porque no todas las personas tienen una total libertad para decidir, para pensar con claridad, para discernir. Yo les dije que en los países
subdesarrollados, en general en todos los países, un sesenta por ciento o más no llegaba al límite de la total comprensión de todo porque a veces es posible que algunas personas incluso hasta tengan estudios muy superiores pero eso no indica que en todos los órdenes de la vida estén a esa altura, hay gente que tiene muchos méritos hechos en el campo de la ciencia, de las artes, de todo, pero su corazón piensa como, casi un bebé de pecho, es decir afectivamente no han madurado para nada, entonces Yo les pregunto, teóricamente les digo: todos obran con libertad pero en la práctica les digo: tengan cuidado al mirar a los demás porque ¿quién es plenamente libre en sus actos?, ahí está el problema.

Cuando uno dice por ejemplo quiero llevar la palabra del Señor, eso no es solamente para llevar el Evangelio ¿no?, sino también para ir acrecentando la libertad en las personas para que puedan elegir bien, hacer las cosas bien, tener discernimiento, muchos creen que llevar la palabra es solamente hablarles de Mí, no, llevar la palabra significa despertar en el hombre todo aquello que tal vez esté semi dormido o dormido para que pueda vivir de otra manera.

Dicho esto así hay ciertas conclusiones que son obvias, por ejemplo, todo el que realiza una acción determinada tiene sus motivaciones, esas motivaciones muchas veces son fruto de una anormalidad que viene a través del tiempo o actual, entonces si el hombre está actuando bajo una fuerza poderosa que sale de su interior o viene del pasado, o viene por herencia, o viene por condicionamiento de todo tipo, entonces la libertad de ese hombre es tan relativa o Yo diría que prácticamente no existe, no, y si esto es así, que es así, entonces por qué enojarnos tanto con aquellos que realmente hacen las cosas mal o muy mal, sino no es lógico que nos indignemos por todo lo que no está bien hecho, pero, pero comprendamos, es culpable aquél que tiene plena conciencia de sus actos, entonces antes de ver si alguien es culpable pensemos: ¿tiene plena conciencia de sus actos?, incluso así está después todo el problema de las intenciones, qué sabe uno con qué intenciones la gente está obrando, la conclusión parecería lógica, no hablar nada de nadie porque uno puede equivocarse, y bueno, claro, es así, pero en todo caso hablen bien de todos, que en todo caso no se van a equivocar tanto y además el hablar bien de por sí tiene un mensaje tan positivo y muchas veces una palabra buena de alguien señala un camino, porque Yo les dije que siempre es mejor antes que corregir ¿no es cierto? y señalando el error, hay que alabar lo opuesto para que la persona diga: ah, estoy equivocada, entonces por aquí va la cuestión… (se dio vuelta la cinta)…, lo malo entonces con la alabanza de lo opuesto, por montones de razones , porque eso condice con la esencia de la persona por un lado y por otro se está reconociendo también que cada ser humano es único, inédito, irrepetible, entonces no nos confundamos, es preferible que nos quedemos con la boca abierta antes que pronunciar una palabra que no sea la adecuada sobre los demás, porque las palabras que uno dice sobre los demás es como un granito pequeño de nieve sobre la cima de la montaña que empieza a correr hacia abajo pero cuando llega abajo es un verdadero montón de nieve que arrasa todo.

No nos prestemos nosotros a morder esos granitos de arena en la cima de la montaña porque estamos haciendo mucho daño.

Insisto sobre esto y voy a insistir tantas veces como lo crea necesario porque el problema del mal en el mundo preocupa a todos y el problema de por qué triunfan los malos preocupa a todos, pero fíjense si alguien es muy bueno cómo es posible que le pase esto o lo otro, bueno pero una cosa es ser bueno y otra cosa es no tener capacidad para hacer muchas cosas, entonces es cierto como decimos siempre: todo depende de Dios pero también todo depende de uno.

No se confundan Mis queridos, y para no tener que arrepentirse después nunca abramos juicio sobre nadie y cuidémonos muy bien de decir media palabra que después tergiversada por otros lleva a situaciones muy difíciles, a situaciones que ya no tienen prácticamente solución.

¿Saben qué?, los amo mucho, saben que cada palabra que digo apunta a vuestro bienestar, saben estas cosas y muchas más y Yo también sé que esas palabras trasmitidas después a todo el mundo, más allá de lo que ustedes puedan enterarse cada una de estas palabras es como una semilla que queda en las personas y empieza a hacerles vislumbrar realidades distintas en la que están viviendo.

Les amo tiernamente.

Amén.