Mensaje del 23 de Noviembre de 2001

Dice Nuestra Señora:

En lugar de iniciar Yo, salúdame como me saludas siempre: Inmaculado Corazón de María, sé la salvación mía. ¡Inmaculado Corazón de María sé la salvación mía!.

Ahora viene Mi Mensaje. Convénzanse de una cosa: Yo soy una Madre tierna y amorosa y estoy en todos lados. Si quieren ir a verme a otros lugares vayan, pero me tienen tan cerquita que a veces, la mayoría de las veces, a pesar de tu preocupación por que me miren y me tengan en cuenta no lo hacen. Hablo de mucha gente. Son ingratitudes, pero no importa, Yo no les hago caso. Solamente esas cosas me dicen una vez más cómo es el corazón del hombre.

Tienen las cosas armadas de una manera y no están con un corazón abierto y disponible para recibirme en cualquier lado en donde esté. ¡Arreglados estaríamos si esperamos la ayuda de la Madre teniendo que ir a Medjugorge para verme !. ¿Qué queda para los inundados, qué queda para medio país que no come?. ¿Qué queda para todos los postergados de la tierra, que no pueden moverse de su lugar?.

Todo está bien, no hay nada mal y en esto no hay ningún reproche, pero tengan siempre cuidado. Si a ustedes les parece que aquellos que menos tienen, menos pueden, menos saben, menos todo, son los que más necesitan de Mi, nunca le hagan el juego a aquellos otros que no lo dicen pero viven de una manera como si el sol saliera solo para ellos.

Mis queridos, con mucho dolor voy pasando por todos los hogares en donde el hambre es una cosa más, pero en donde hay toda una promiscuidad, una forma de ver la vida precaria. ¡Están todos huérfanos, abandonados!. ¿Pero por qué, Mis queridos?. ¡Porque nadie se les acercó a llevarles el mensaje de que soy la Madre que los quiere!.

¿No te parece a vos que si por mal que estén supieran que Yo los amo vivirían mejor?. Pero tan desubicados están que hacen misiones donde justamente a los que tendrían que misionar no se los llama y los otros que de una u otra forma están debajo del ala de los ministros a esos sí se los llama. ¡Esos no llevan nada a ningún lado, ni siquiera con buena voluntad!.

Además, el misionar se hace con la vida, se hace con una conducta, se hace con una forma de presentarse ante la sociedad y no llegando a una casa y hablando una hora de Mi.

Mí Corazón está dolorido por todas estas cosas. Porque hace dos milenios que ensayan, ensayan y ensayan y no entienden por donde van las cosas. ¡No entienden!. ¡Los valores están patas para arriba!. Los soberbios, los orgullosos, los que creen que realmente están asistidos por el Señor, ¿que van a llevar por ahí?. ¡Si no convencen a nadie!.

Tampoco es cuestión de llevar cosas para dar. ¡Mis queridos, tienen que llevar vuestra presencia!. Salgan a la calle, caminen por la calle y vayan mirando cada casa con la intención de bendecirlos a todos, de desearles a cada uno lo mejor. No hace falta hablar tanto, hace falta mostrar una vida. ¡Hace falta mostrar una vida que tenga una forma de ser, eso es lo que habla de Mi!.

Ustedes no son bebés de pecho, por eso les hablo de esta manera. ¡No se dejen arrastrar por la corriente de la estupidez!. Obren conscientemente , y ante cada acto de los otros piensen " ¿sigo este acto o no lo sigo? ". Si está lleno de estupidez o de apariencia no lo sigo, aunque por eso tenga que pelearme con alguien.

Y no es cuestión de pelearse para nada, la cuestión es con aquellos que uno no se entiende porque están en el camino torcido, tarde o temprano se van a disgustar con ellos, o mejor dicho se van a disgustar con ustedes. ¡Entonces que lo hagan pronto para que recapaciten!.

Y antes de decir tantas palabras es mejor guardar silencio y por dentro cubrir a esa persona con Mi Manto, que es decir ponerla en Mi regazo. Que no les preocupe otra cosa. Sean autónomos en la forma de pensar. ¿Dónde va la gente, como dice el proverbio popular?. ¡Donde va Vicente!. ¡Ustedes no pueden ir donde va Vicente, ustedes tienen que ser auténticos!. Alguna vez alguien tiene que hacerlo para romper esos esquemas tan torpes.

Muchas veces por caridad se callan y no dicen nada. ¡No, no se callen, digan como deberían hacerse las cosas!. Si les gusta, que lo hagan, y sino, no. "Yo no tengo la verdad, digan, pero aspiro a tenerla porque todos los días le pido al Espíritu Santo que me diga que debo hacer y creo que no me aconseja mal".

Ustedes dirán "Madre, tenés que decir otras palabras más cariñosas". ¡Nunca les mezquiné esas palabras!. Pero también les digo que crezcan como cristianos. ¡No se queden enredados allá, en el siglo ocho, diez, doce, quince!.

¡Caramba, uno a veces en la vida tiene que calcular muchas cosas!. Y si nos referimos a las cosas del corazón es fácil, porque el corazón aconseja bien siempre que esté guiado por el Espíritu Santo. ¿Estoy un poco triste hoy?. ¡Claro!. ¿No soy un ser humano?. También soy Reina y Señora de todo lo Creado, coronada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Pero soy un ser humano, y me pongo a esa altura, para poder entender todo.

Resumiendo, soy una Madre, que además de ser Madre es la Madre del Hijo de Dios, Dios mismo, Mediadora de todas las Gracias.

Entonces, vayan donde vayan, con mucha delicadeza preséntenme en sociedad diciendo "la Virgen María tal cosa, la Virgen María tal otra". ¡Quieran a vuestra Madre!. Pero no la quieran de una forma pesada, que ni ustedes entienden. Que sea algo original, algo creativo, algo chispeante. Al que esta lleno de Mi siempre le va a salir la palabra oportuna ante cada ser. Quien no me tiene a Mi adentro por más que se esfuerce solamente tendrá palabras vacías, totalmente vacías.

¡Hombres de todas las latitudes, los invito a que me presenten en sociedad como corresponde!. No estamos en el siglo doce, ni en el ocho ni en el siete, estamos en el siglo veintiuno.

¡Preséntenme en sociedad acorde a estos tiempos!. ¡Cuánto los amo!. ¡Cuánto los amo!. Ténganme siempre presente, porque quien tiene siempre presente a alguien que le ama se siente mejor, se siente bien.

Amén.