Sí, es así, y ¿qué es lo que me pesa?, ¿qué es lo que me pesa de este mundo?, no les digo nada nuevo, les digo esto para que lo compartan, el mundo está huérfano de amor, está hambriento de amor, en esta noche son más los que tienen hambre de amor que hambre de pan, sabiendo que los que tienen hambre de pan son tres cuartas partes de la población del mundo.
Mensaje del 02 de Mayo de 2000

Dice Jesús:

Hoy estoy en uno de esos días como a veces también están ustedes, que parecería que tienen sobre sí todo el peso del mundo.

Sí, es así, y ¿qué es lo que me pesa?, ¿qué es lo que me pesa de este mundo?, no les digo nada nuevo, les digo esto para que lo compartan, el mundo está huérfano de amor, está hambriento de amor, en esta noche son más los que tienen hambre de amor que hambre de pan, sabiendo que los que tienen hambre de pan son tres cuartas partes de la población del mundo.

He visto en este día de todo lo que sería o es capaz el hombre para tener, para respirar un poco de afecto, para tener dos brazos fuertes que le abracen, le digan sin decir ni una palabra: te amo mucho, en un silencio total. Otros pagan para recibir una caricia, pero nadie piense solamente en los lugares adonde se va para eso sino también piensen en los padres que le dan cosas a sus hijos para que sus hijos se muestren buenos y generosos o también aquellos hijos que se muestran buenos y generosos para que sus padres sean manos abiertas. Todos son hambrientos de amor, pero no todos lo buscan en el camino acertado.

Podríamos enumerar tantos, no solamente de los padres y los hijos, los que prometieron amarse pero después no pasó, los que prometieron fidelidad y después no pasó, los que prometieron no estafar nunca pero después no pasó, los que dijeron que ante una cosa determinada dirían sí afirmativamente pero luego las circunstancias le hicieron decir que no. Todos son hambrientos y los que están cerca de ellos esperando la reciprocidad también son hambrientos, no sé cuál hambre es peor, si el hambre que hace hacer ruidos dentro del cuerpo o aquella que viene por la escases o nada de afecto.

De cualquier forma, todos vivimos en medio de hambrientos, de una forma o de la otra, todos tienen hambre, también los hay aquellos que tienen hambre del Señor y van a muchos sitios a buscarlo al Señor pero en esos sitios no se lo presentan y deberían presentárselo, otros y así sucesivamente.

En el fondo todos los hombres tienen hambre de Dios porque el hombre fue creado para eso, para levantar sus ojos al Cielo y decir una alabanza a su Creador, pero aquellos que podrían ofrecer un bastón o muletas para llegar no es fácil que lo hagan y Yo sigo respetando los tiempos de cada uno y los ambientes en que cada uno se mueve, las casos que cada uno hace, los proyectos que cada uno tiene, las palabras que cada uno dice, los afectos que cada uno profesa. En muchos estoy ausente, en otros quisieran que esté presente pero no puedo, en otros puedo y debo estar presente, pero no me abren las puertas de su corazón, en consecuencia no puedo entrar y hay seres a los cuales he ido atrás de ellos toda su vida para que me abran su corazón, pero no lo hacen.

¿Podrían ustedes ayudarme a que los hombres abran su corazón para que Yo puedo entrar?, hay tantas maneras de hacerlo Mis queridos, ayúdenme, Yo quiero entrar en los corazones y confío en que ustedes me ayudarán a abrirlos y así entraré y cenaré con ellos, es decir compartiré todo.

Y vos Mi querido, cada uno de ustedes que me escucha, ¿me han abierto ya vuestro corazón totalmente para que viva en él y no me vaya nunca más?, ¿realmente me has abierto tu corazón o has dejado solamente filtrar en él aquello que convenía, aquello que te gustaba, aquello que no te traía problemas, aquello que no era una cruz?, ¿has abierto tu corazón Mi querido?.

Que esta pregunta siga esta noche golpeando las puertas de todo tu ser, vos dirás: pero ¿por qué esa insistencia?, es muy simple, Yo te amo y quiero estar con vos.

Vamos, abran sus puertas que quiero entrar, no dejen al amante afuera, Yo quiero entrar, quiero fundirme con ustedes en un amor para siempre, ¿y qué promete eso Mi querido?, eso promete que se lucha muy distinto cuando Yo estoy dentro tuyo y te estoy dando las fuerzas para enfrentar todos los problemas de todo tipo, naturaleza y condición, se lucha tan distinto.

Ábranme vuestro corazón, es un lamento desesperado que les doy a todos los hombres que quiero amarlos y al amarlos transformarán sus vidas, todo será hermoso, todo será una primavera en flor.

Amén.