Mensaje del 13 de Marzo de 1999

Habla Artemio:

Hoy es día viernes 13 de marzo, es de tarde, aquí está M., M., N., M., M. y el nenito de M., y yo, estamos todos mirando el frasco donde tiene la imagen del Jesús de la Misericordia, que en el día de hoy muestra otras imágenes que están fluctuando siempre, se agrandan y se achican, no sé quién es, no sé quién es quién quiere hablar.

Dice Nuestra Señora:

Soy Yo, la Virgen María o como ustedes quieren llamarme, y en el frasco están viendo latir Mi Sagrado Corazón, el mismo que tenés vos en tu pecho, además hay otras figuras, José, San José, está también el rostro de Jesús de varias formas y un montón de ángeles, que a lo mejor por, si ponen más imaginación verían todos esos Ángeles.

¿Por qué esta aparición Mía así tan extraña?, para Mí no es extraño porque Yo estoy siempre y a veces me manifiesto de otra manera. Es un regalo que quise hacerles a todas estas personas y a vos, porque en un instante estuvieron muchas personas aquí adentro.

Habla Artemio:

Y me olvidaba de C., también yo.

Dice Nuestra Señora:

Sí, te olvidabas de Carmen.

Entonen alabanzas al Señor, entonen alabanzas a Mi Inmaculado Corazón, hagan que vuestra actitud mental de oración, aunque no estén rezando, esté continuamente dando alabanzas a Mi Inmaculado Corazón, al Corazón de Mi Hijo, a San José, el Padre Adoptivo de Jesús, entonen cánticos de alabanzas, entonen cánticos, porque el Señor se manifiesta con todo su esplendor en estas obras y dichosos los ojos que pueden verlo, porque estas imágenes que contemplan borrará de vuestra mente toda pesadumbre, toda tristeza, toda duda y todo temor sobre ustedes y sobre vuestros familiares.

Qué necesidad tendría el Señor de mostrarse tan generoso, porque nadie lo ha llamado, a Mí tampoco nadie me ha llamado, que necesidad tendría el Señor de mostrarse así generoso, sin embargo como un fruto tremendo de su bondad se manifiesta para decirles con su presencia, una enormidad de cosas que las palabras corrientes no alcanzan a manifestar en forma adecuada, entonces la verán con los ojos de la mente y con los ojos del corazón. Entonen alabanzas, entonen alabanzas, entonen alabanzas al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo, entonen alabanzas a esta mujer que es la Madre del Señor, la Madre de Dios.

¿Por qué he venido?, ya les dije, siempre Mi presencia Santifica, siempre Mi presencia y la de Mi Hijo purifica todo, alivia todo, tonifica todo, deslumbra todo, soluciona todo.

Me gustan los comentarios que hicieron respecto a los testimonios, ¿qué pueden importar testimonios filmados o fotografiados? cuando ustedes tienen la certeza en el corazón y en los ojos de haber visto todo lo que han visto y lo que ven. Gloria, gloria, gloria, gloria, gloria, gloria, gloria a todos ustedes los que han visto y gloria a todos vuestros familiares y bendiciones hasta la séptima generación de todos ustedes, al decir séptima generación es como decir: bendiciones para siempre, entonces, nada que temer, porque todo está previsto en la mente del Señor. Nada teman, que nada les atemorice, nada, que todo sea un acto de entrega total y definitiva a Mi Inmaculado Corazón, al Corazón de Mi Hijo y a toda esta escena donde los Ángeles sobreabundan y donde hay otras figuras que ustedes no alcanzan a divisar.

Yo los amo mucho, los quiero enormemente, porque dentro de ustedes hay una actitud constante de reverencia a éste, Mi Inmaculado Corazón y al Corazón de Mi Hijo. No hace falta a veces recitar tantas oraciones hechas de antemano, esa actitud constante de vivir en un clima de Dios, es lo que más importa y en ese clima de Dios no hay mañana, tarde y noche, sino que está la palabra siempre, donde hay una relación enorme, donde todos están involucrados, donde realmente la consubstanciación de todo lo Divino y lo humano se entremezclan.

Gloria, gloria, gloria, gloria, gloria porque éstas maravillas son manifestadas a muy pocos, pero estos pocos es porque están siempre con la intención y con la atención de una manifestación de nuestras imágenes, porque nuestras imágenes no son corpóreas, en el sentido de que nosotros habitamos dentro, sino que son una representación para recordarles de nuestra presencia.

Canten himnos de alabanza, porque ustedes aunque no tengan noción de lo que está pasando, aunque no tengan la más mínima noción, están totalmente involucrados con la redención. Ustedes no pueden tener conciencia de toda la maravilla, de todo lo que está pasando.

Anoche se extrañaron cuando Yo dije: “han parado la guerra”, que cosa más tonta dirán ustedes, pero es cierto, un alma por pequeña que sea, en el extremo de la Tierra, cuando tienen una total entrega al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y a Mí, puede conmover los Cielos, la Tierra, los mares y hasta las montañas más altas de la Tierra. gloria Señor, gloria, gloria que todo lo que está acá adentro y todo lo que sea propiedad de esta casa y la tierra que la rodea, canten himnos de alabanzas, canten himnos fuertes de alabanzas, canten himnos fuertes de alabanzas porque todo esto está Sagrado, es Sagrado y cuando vean cosas así tan, no sé como llamarlas, que desaparecen cosas de la casa, piensen, piensen que pueden reponerlas y la persona que se la llevó, se llevó un pedazo de algo Sagrado que seguramente Santificará todos los lugares donde toca. A no preocuparse, hasta habría que poner cosas para que la gente se llevara, así como se llevan los gajitos de las plantas y andan merodeando por ahí para llevarse alguna cosita. Gloria a Ti Señor, que se llevan esas cositas, porque ellos creen haberse llevado algo material y se han llevado un pedazo de algo Sagrado que irá Santificando todos los lugares donde toca, donde vive, donde permanece, por eso den gloria al Señor por todo, gloria, gloria, gloria, gloria, gloria, gloria.

Amén.