Mensaje del 28 de Febrero de 1999
Habla Artemio:
Bueno Señor Jesús, después de este largo día, humildemente te pedimos que vengas Señor, que vengas Señor si es tu voluntad y todos los que quieran venir si es su voluntad.
En tu nombre Señor, en tu nombre, todo en tu nombre Señor, nosotros nada, vos todo Señor, alabado seas Señor, alabado seas Señor, alabado seas, quiera Dios que cumplamos siquiera con esos cinco minutos de alabanza al Señor durante el día. Jesús de la Misericordia está acá con nosotros, cuánta luz, cuánto fuego, cuánto amor, cuántas cosas, la Virgen también, está todo lleno como siempre.
Bueno Señor, habla que nosotros te escuchamos.
Dice Jesús:
Todos están esperando que Yo diga algo respecto a este día, pero no voy a decir nada, sería repetir lo que dije otras veces y sería repetir lo que ya conocen bien.
Me gustó mucho que el sábado se hayan quedado todos admirados, porque tanto Yo como Mi Madre, como Martín, como la Madre Teresa, como Artemio, todos hayan hablado de las bienaventuranzas, ustedes creyeron que a lo mejor estaban agotadas con las que están en el Evangelio, bueno, eso abarca todo, pero pueden desmenuzarse y decir muchas cosas más, en última instancia todo es lo mismo, pero el ser humano tiene que ensayar y el Señor también por supuesto nuevas formas de decir, aunque diga lo mismo pero con otras palabras para que lleguen más a los seres humanos en cada tiempo, en cada lugar. Yo esta noche más que decir cosas, me gustaría interrogar.
Según vuestra cuenta entramos en el quinto año de apariciones, ¿qué ha pasado dentro de ustedes en todo este tiempo?, algunos dirán que llegaron después, otros que no vienen tanto, pero en las cosas del Señor todo está muy hilado, uno puede perder partes, pero se sabe todo igual. Ahora, Mi presencia aquí, como la de Mi Madre y otros les ha hecho más felices o les ha traído mayores conflictos, Yo dije que vine al mundo a traer fuego para que el mundo arda, no dije que iba a traer la calma total, para que todo el mundo se adormilara, entonces estas palabras que han provocado muchos incendios ¿les ha hecho más felices?.
Ustedes se preguntarán si todos los Mensajes del ‘96 que circulan por el mundo están haciendo tanto bien que muchos al leerlos se han convertido totalmente, ¿por qué Yo no me apuro en hacer que se pueda imprimir los del ‘97 y los del ’98?, me reservo la respuesta, porque si los hombres quieren ver, ya pueden ver mucho en todo lo dicho en el ‘96, además sabiendo que se habló del qué es lo que pasaba y en el año siguiente cómo solucionarlo, en muchos existe la expectativa de saber cómo, es cierto. Ahora bien, se han puesto a pensar que decir qué es lo que está pasando fue oportuno transmitirlo masivamente en aquél momento, el cómo tendrá que venir oportunamente, ¿acaso olvidan que el Padre derramará sobre la Tierra inmensidades de Espíritu Santo?. Cuando los hombres estén llenos de ese Espíritu, aquellos que voluntariamente quieren abrir su corazón para tenerlo, entonces allí será oportuno que puedan leer el cómo. En otras apariciones y en otros mensajes, como las cosas dichas pueden tomarse en forma aislada, entonces se van publicando periódicamente, pero Yo a ustedes no les inspiré publicar esto periódicamente, sino en totalidad. Lo que pasa aquí es distinto a lo que pasó en otros lugares, Yo no me repito y Mi Madre tampoco, entonces ustedes compartiendo con Artemio son custodios, celosos custodios de estos Mensajes que verán la luz, como Mi Madre dijo: ”en el momento oportuno, ni antes, ni después, en el momento oportuno”.
Y vuelvo a dejarles planteados una pregunta, el estar cerca de Mí Mis queridos: ¿les ha hecho bien?, ¿les ha realmente plenificado vuestra alma?, aunque todos no me pueden ver, pero todos de alguna forma están sintiendo Mi presencia, entonces, el solo hecho de estar en mi presencia ocurre lo que se llama: Santificación. Y ahora Yo les digo desde Mi ángulo o desde Mi punto de vista, observando vuestras vidas, vuestras formas de actuar, de proceder, de decir, de amar, vistos a medida que fue pasando el tiempo, ustedes no lo notan, pero Yo he notado tremendos cambios en vuestra estructura interna, justamente digo estructura porque se han desestructurado en gran parte y los progresos realizados, o en otras palabras la conversión, ha sido enorme y eso es lo que cuenta.
Dice Nuestra Señora:
Todo el día cuando pienso en ustedes, pienso que ocurre lo mismo que cuando un bicho se mete en la oreja de una persona, la persona tiene que conocer su realidad, que es un bicho en su oreja, pero cuánto le molesta hasta que alguien se lo saca o lo mata, pero quien tuvo el bicho en la oreja tiene la experiencia para siempre de lo que es un bicho en la oreja.
Cuando se habla de ustedes y de todo lo que pasa acá, existen las reacciones más diversas y extrañas, pero en todos aquellos bien nacidos produce una enorme satisfacción, como quien al tomar contacto con todo esto se llenan de una inefable riqueza y los demás, como escapa a sus esquemas y a su estructura, si pudieran y la ley no los condenara los hubieran destruido, pero no solamente destruido, sino que además los hubieran cortado en pedacitos para desfigurarlos más, porque todo lo que aquí se dijo o se hace, mas allá de los errores que pueda haber, produce una tremenda irritación, ¿por qué?, porque es justamente lo que decía Mi Hijo: el fuego que trajo a la Tierra para que la Tierra arda, no se quede allí.
Entonces, la conclusión es muy simple, cuando alguien se pone de parte de los enfermos, de los que menos tienen, de los que menos pueden, de los que en apariencia menos son, produce en los demás, sobre todo en los que detentan el poder en todos los órdenes, una irritación que no la pueden calmar con nada, porque es como empezar a ver algo y una vez que se vio con claridad, por más que uno se vuelva atrás, esa imagen nadie la borra de la retina, en consecuencia, cuando una verdad no quiere aceptarse, hasta puede enloquecer a alguien, llámese de odio, resentimiento, o cualquier sentimiento bajo y deplorable.
Entonces, manejar las cosas de arriba, es decir del Señor, siempre es irritativo, ¿por qué?, porque serán verdades que incomodan, sobre todo aquellos que harían cualquier cosa, menos aceptarla. Que quede claro, además no es una novedad, la historia misma nos está diciendo con montones de ejemplos lo que Mi Hijo y Yo les estamos expresando esta noche.
Dice la Madre Teresa:
Los hombres distinguen muy bien cuando alguien esta delirando o esta diciendo la verdad, por eso cuando se refieren a la verdad opinan que deliran, pero si realmente se delirara no le llevarían el apunte y no les preocuparía, pero les preocupa ¿por qué?, porque saben que es la verdad. Que yo sepa Nuestro Señor y su Madre nunca han gastado palabras porque sí, ustedes observen todas las Revelaciones, no sobra ninguna palabra, no hay ninguna palabra dicha porque sí, no hay nada que sobra, por empezar porque viene del Hijo de Dios y de su Madre y en segundo lugar porque el Hijo de Dios nunca se entretiene con tonterías. Que eso sea aceptado o no, agradable o no, lindo o no, es un problema aparte, pero produce una tremenda picazón, que justamente no se puede aquietar con ninguna pomada, ni ningún medicamento, porque es una picazón de la conciencia.
Entiéndanlo todos, se perdonan muchas cosas a los hombres pero no se les perdona que digan la verdad, ¿acaso el mundo no es un teatro?, donde cada uno representa su papel de la mejor manera posible, pero el personaje está detrás de la máscara o la persona está detrás de la máscara, se admiran de los carnavales en distintas partes del mundo, ¿acaso mis queridos, ustedes no viven continuamente en medio del carnaval o qué es entonces lo que pasa diariamente?, solamente hay que tener un poquito de agilidad mental para ver todas las caretas que usan las personas.
Dice San Martín de Porres:
Todo lo que se pensó esta noche, se habló, se dijo, tiene una aplicación universal, en todo caso no se sale de las, o de los patrones a los cuales obedecen la mayoría de los hombres, entonces, esto que se oyó es la realidad y en consecuencia, no queda otra alternativa que aceptarla.
Estaba yo un día paseando por los jardines del Convento Dominico de Lima y atendiendo las flores, que por cierto eran muy abundantes dentro del jardín del Convento, entonces aparece un compañero de la orden y quiso arrancar una flor, tal vez una de las más hermosas que había en el jardín, al hacerlo no se dio cuenta que había un insecto dentro de ella y el insecto salió de la flor y hundió su aguijón en la cara de mi compañero y este buen hombre parecería que quería tomárselas conmigo porque ese bicho lo había picado, es decir, tenía que buscar un chivo expiatorio y me buscaba a mí porque yo era simple, porque yo era humilde, porque yo jamás hubiera contestado nada y todas las cosas por el estilo. Es decir, hubo una invasión a la naturaleza por medio de ese hombre que quiso arrancar lo mejor y no se dio cuenta que al hacerlo trastornaba todo un orden establecido. Saquen de este ejemplo que les acabo de contar, muchas conclusiones, porque da para mucho este ejemplo.
San Artemio:
Yo me apartaré un poco del tema de esta noche que usó Nuestro Señor, Nuestra Madre, la Madre Teresa y Martín y les diré simplemente esto: no crean que el tener mucha caridad, el amar profundamente al prójimo, no significa también pedirse las propias razones; es decir, todo tiene que ser para los demás pero sin dejar de ser uno, en consecuencia, por criaturas del Señor, por seres creados a imagen y semejanza del Señor sepan sostener sus posiciones, no olviden nunca la autoestima y en todo caso, cuando a veces defienden vuestra persona hasta un poco violentamente, no hacen nada más que salir en defensa de aquél que les dio la vida, el ser y vuestra personalidad.
Entonces, y algo de eso se dijo en el Mensaje, en todo caso el místico no es aquel que vive entre arrobos místicos mirando al Señor, sino también aquel que se defiende con uñas y dientes cuando la ocasión así lo exige, pero cuidado, por más que uno se defienda con uñas y dientes, nunca debe cambiar dentro del ser, dentro de la persona, un tremendo amor por aquello que hace y aquellos a quien combate o bien transmite verdades.
Es decir, no confundan humildad con humillación, son cosas distintas, muy distintas, la humildad es una virtud, la humillación es una postergación y además es indigno a los ojos del Señor, una cosa es la humildad repito, y otra cosa es la humillación.
Un Santo no es aquel que siempre dice que sí a todo… (se corta la grabación)…, que defiende las verdades como debe defenderlas y tampoco confundan humildad con ser pusilánime, además sepan y tengan bien en claro que humildad no significa quitarse cosas que uno tiene, sino reconocer lo que uno tiene, ni más ni menos, pero como dice el Evangelio, estar orgulloso de ello, pero no como cosa de ustedes, sino estar orgulloso de Dios que les ha dado eso.
Yo dije que me apartado un poco del tema, en realidad no me he apartado tanto, solamente fue un colofón para cerrar esta aparición de esta noche.
Amén.
Habla Artemio:
Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré... (se corta la grabación)... .
Mensaje del 28 de Febrero de 1999
Ustedes se preguntarán si todos los Mensajes del ‘96 que circulan por el mundo están haciendo tanto bien que muchos al leerlos se han convertido totalmente, ¿por qué Yo no me apuro en hacer que se pueda imprimir los del ‘97 y los del ’98?, me reservo la respuesta, porque si los hombres quieren ver, ya pueden ver mucho en todo lo dicho en el ‘96.